León, Guanajuato, México, a 5 de agosto de 2024.

Lic. Carlos Zamarripa Aguirre
Fiscal general del Estado de Guanajuato
PRESENTE.

Lic. Zamarripa:

Distraigo su atención a propósito de un asunto que seguramente ya inscribió en su agenda de trabajo: la tarde de este domingo, en Celaya, asesinaron a balazos al reportero Alejandro Martínez Noguez.

Según los datos disponibles en la prensa, Noguez regresaba de la cobertura de un incidente vial sobre la carretera federal 45 tramo Villagrán–Celaya. Lo hacía en una patrulla de tránsito del segundo municipio referido, cuyos tripulantes fungían como su escolta. Civiles armados les dieron alcance en una furgoneta y dispararon con rifles de asalto. Alejandro, en el asiento trasero, fue herido en la cabeza y el cuerpo. Murió en el estacionamiento del Hospital General Regional de Celaya, a donde sus guardias lo llevaron luego de repeler la agresión y huir los asesinos.    

El 28 de noviembre de 2022, de tarde, hasta su domicilio en la calle Camelia de la colonia Valle Hermoso, allí en Celaya, llegaron dos individuos en una motocicleta. Tocaron a la puerta. Alejandro, abrió. Uno de los tipos apuntó una pistola a su rostro. El tiro se ‘encasquilló’. Una hermana del periodista cerró la puerta y el homicidio se frustró entonces. Esta vez lo lograron.

Hasta ahí los hechos.

Permítame un paréntesis para el contexto personal que motiva estas líneas. Conocí a Noguez allá a mitad de los años 90’. Él debutaba como reportero policial en la oficina de Celaya, dirigida de manera sobresaliente por el periodista Martín Fuentes. Yo, a cargo de la jefatura estatal de información de ‘El Nacional de Guanajuato. 

Casi al cierre de la década, me fui del diario. Había propuesto un programa de radio de ‘nota roja’, en coproducción con ‘La Poderosa’, de la ciudad de León. El proyecto abortó. Decidí insistir, con el apoyo de la dirección de Noticieros de la estación. Prosperó. Así nació ‘Bajo Fuego’ -Al tiempo la mitosis derivó en dos parodias, pero esa es otra historia-. Llamé a Noguez. Le pedí me diera ‘un pitazo’ si algo grave ocurría en sus rumbos. Sólo eso. “Mares, te envío la nota, con mi voz, si quieres”, me respondió. De ese tamaño era Alejandro.

Lo que sigue, Sr. Fiscal, no requiere de suertes adivinatorias. Usted y sus detectives van a capturar a los tres o cuatro miserables consabidos, con la debida orden de aprehensión, se entiende, y los entregarán a un juez de control. Listo. Servida la sociedad.

El punto es que usted lleva quince años haciendo lo mismo. Y no, no es lo correcto. Mire. En los asesinatos ordenados por la delincuencia mandante, lo menos interesante es quien jaló del gatillo. Esos tipos cobran cinco mil pesos por matar a una persona, o pagan con ese acto deudas suyas. Si la mala suerte los alcanza, van a la cárcel a concluir su capacitación. A nadie importan.

En quince años, en ninguno de los crímenes ‘de alto impacto’ cometidos en Guanajuato y que se cuentan por centenares, usted ha revelado –porque, espere, estamos seguros de que sí sabe- quiénes ordenaron las fechorías y, menos, los motivos que seguro irían de la venganza vil a los intereses políticos en no pocos casos. 

‘Capturan a implicados en el homicidio del reportero’, leeremos en los diarios y portales, en pocos días. Esa película la hemos visto hasta el hartazgo. Pronto en cartelera, otra vez.

Basta ya.

La gobernadora electa Libia Dennise García Muñoz Ledo, del partido al que usted sólo falta la credencial, el PAN, comprometió que no seguirá en el cargo. Raro, lo hemos escrito en otras ocasiones, porque ella como diputada fue quien operó políticamente para que su cargo de Procurador de Justicia estatal fuese elevado al rango de Fiscal General Autónomo, y se quedara unos veinte años. En fin.

La cosa se pone peor si es que no hablamos de un fingimiento pactado. La susodicha ‘autonomía’ suya ha servido hasta ahora para que los titulares de los poderes Ejecutivo y Legislativo ‘se laven las manos’ de la tentación de una eventual destitución. ‘Ni dios lo quiera’, oran. 

Váyase ya, Sr. Fiscal. Tenemos claro que su currícula es moneda de cambio en una negociación político electoral. Al PAN le urgía anunciar su cese para ganar la gubernatura. Lo consiguieron. En correspondencia, usted se puso caro. Las formas y monto en los que tasó su jubilación son una desvergüenza. Aquí no hay eufemismo que valga. Todo lo contrario, hay consenso. La unanimidad la rasga la nómina oficial

Señor Fiscal, váyase.

Su desempeño en tres sexenios ha sido muy malo para Guanajuato. No, no le creemos a sus estadísticas maquilladas, que trastocan los feminicidios en simples homicidios. Los homicidios intencionales en ‘culposos’. No le creemos en Guanajuato ni le creen en el resto del país.  

Su estribillo ‘No es lo mío la prevención, yo investigo’ cansa. Ya, por favor. La impunidad que campea en el estado de Guanajuato dispara los índices delictivos. Eso lo entiende cualquiera con tres dedos de frente. Para variar, su trabajo en un gobierno de signo político distinto da la razón al presidente morenista Andrés Manuel López Obrador. Ya váyase.

Han asesinado al reportero Alejandro Martínez Noguez. Que no se nos olvide.

A La Jaula

Redes

El presidente turco Tayyip Erdogan condena a las empresas de redes sociales. Afirma que tratan de "amordazar las voces del pueblo palestino". Así que bloquea el acceso a Instagram. En México, el presidente AMLO anuncia una cumbre de ‘tiktokeros’. Este mundo está loquito.

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