Donald Trump firmó una orden ejecutiva que impone un arancel del 25% a las importaciones de automóviles y componentes, por motivos de ‘seguridad nacional’. Las autopartes de la región del T-MEC estarían exentas en tanto su Departamento de Comercio desarrolle “un sistema para gravar el contenido no estadounidense en el futuro.”

Un escándalo en la economía global; alerta roja en la de México como primer proveedor y en la de Guanajuato, atada a las armadoras de vehículos.

De la atracción de General Motors allá en los estertores del ultimo gobierno priista en Guanajuato –que así sea-, el de Rafael Corrales Ayala, con don Joaquín Yamín Saade al frente de la secretaría de Fomento Económico, al anuncio trumpista de este miércoles, la economía del estado se asumió ‘cochista’.

Tras las aventuras de historieta de ‘pepe pozos’ en la búsqueda de raja económica en la novedad, con mayor o menor entusiasmo los gobernadores panistas, de Carlos Medina a Diego Rodríguez –Miguel Márquez intentó nadar contra el impulso de Juan Manuel Oliva, hasta que le explicaron el negocio; con Libia García habrá que ver- los sexenios azules sucesivos, que ya acumulan 33 años ininterrumpidos, hicieron del respaldo a las armadoras de vehículos -extranjeras, ‘off course’- la línea central de su discurso y de sus acciones en el eje del ‘progreso y desarrollo del estado’. 

Con los años, no se limitaron a los apoyos fiscales y en infraestructura a la instalación de las plantas automotrices. Fueron del subsidio a la capacitación de sus empleados y trabajadores, a imponer trabas burocráticas al sindicalismo independiente –esta última artimaña se rompió, paradógicamente, a exigencia de Trump en la firma del T-MEC- y se ampliaron a la cadena de proveeduría. Guanajuato se perfiló así hacia liderazgos impensables en el jurásico tricolor.

Sin embargo, nada de esto ha impactado de manera definitiva –lo reconocen por lo bajo las voces oficiales-, en la mejora de la calidad de vida de los guanajuatenses. Paradigmático el caso de Silao, al centro del Corredor Industrial, que alberga al ‘Puerto Interior’, insignia de la economía del estado; municipio anfitrión de la General Motors, GM –además tercer destino más importante del turismo religioso del país, por el ‘Cristo Rey’ en el cerro de El Cubilete- que nonás no sale de su marasmo.

Respecto a lo anterior habría que subrayar, sin duda, el renglón referente a la generación de empleo. Primero, la oferta de las armadoras no empareja siquiera a las de las MiPyMES del territorio estatal; segundo, es público y notorio que sus plazas mejor pagadas no son precisamente para los aspirantes locales y, la remuneración de las que alcanzan, ingenierías, digamos, tampoco se diferencia demasidado de opciones ajenas a esa ‘élite’. 

Como sea, en materia de atracción de inversiones; notoriedad en el mapa económico nacional; incluso –y “a’iga sido como a’iga sido”- en la generación de empleo con fines estadísticos, la política guanajuatense en favor de las armadoras de vehículos no podía sino etiquetarse como todo un éxito…., hasta el regreso de Donald Trump ‘reloaded’.

Incertidumbre

-“Lo que vamos a hacer es un arancel del 25% para todos los coches que no se fabriquen en Estados Unidos”, dijo Donald Trump desde el Salón Oval de la Casa Blanca.

Eso es sencillamente demoledor en las economías que nos atañen –y quien diga lo contrario, miente-. ‘Incertidumbre’, es la expresión más reiterada en reacciones y publicaciones.

En 2024, México produjo 4 millones de vehículos ligeros, un récord histórico en producción y exportación. A Estados Unidos va el 80% de esas unidades. Y México es actualmente el primer proveedor de autopartes, seguido de Canadá y China. 

En datos de la Secretaría de Economía del estado, en 2024 se produjeron 896 mil vehículos en Guanajuato, un récord desde la llegada de las armadoras a la entidad -líder de fabricación en México.

En el sector automotriz y de autopartes, el estado alcanzó un valor de producción de 658 mil millones de pesos. Ganó el primer lugar al estado de Coahuila. El sector creció acá en el año 2024, en un 16.8%. Están aquí cuatro armadoras de clase mundial: Honda, General Motors, Toyota y Mazda. 

De acuerdo con la COFOCE, la industria automotriz en el estado exporta más de 36 mil millones de dólares al año y genera una derrama económica de alrededor de 95 millones de dólares mensuales, nada más en nómina. Representa el 80% de las exportaciones de la región y, en números del Clúster Automotriz de Guanajuato, en el estado hay unas 3 mil MiPyMES de 36 municipios en la cadena de suministro del sector: generarían alrededor de 220 mil empleos formales.

Así que Guanajuato es uno de de los estados con mayor dependencia económica de las exportaciones de vehículos y autopartes a los EU. Se perderían al menos un 10% en 2025. En cifras de la COFOCE, el estado podría perder más de 3 mil millones de dólares en exportaciones en 2025 –y eso en números oficiales- si los aranceles permanecen.

En general, afectarían la inversión extranjera directa. Traerían aumento de costos en las cadenas de suministro; desaceleración del nearshoring; caída del sector automotriz en el PIB manufacturero; pérdida de empleos; una fractura del T-MEC, menor competitividad de la región de Norteamérica frente a Europa y Asia. Un escándalo.

¿Se iría de México, de Guanajuato, la industria automotriz? ‘Todo mundo’ coincide en que es poco viable, -así la GM. Guanajuato deslice ‘el petate del muerto’-. Mover una armadora llevaría unos cinco años, dicen los que dicen que saben. Pese a todo, la advertencia está sobre la mesa y, recuerde, el capital sigue –y sirve- solo a sus intereses. Nada más. 

La presidenta de México Claudia Sheinbaum anunció una respuesta ‘integral’ en el próximo episodio, el 3 de abril y, en vía de mientras, se reunirá con el sector. “Esto no acaba hasta que se acaba”, diría el clásico.

(A)La Jaula

Vamos, vamos…

De la reunión de la gobernadora Libia García con el secretario federal de Seguridad, Omar García Harfuch, la SEDENA, la Guardia Nacional y el Centro de Inteligencia, un par de resultados concretos: dos nuevos ‘grupos especiales’ para combatir a la delincuencia en Guanajuato. Uno, liderado por la secretaría federal de Seguridad, enfocado en la  ‘ministerialización’ de los casos, que resulte en órdenes de aprehensión y sentencias condenatorias. Otro a cargo de la Secretaría de la Defensa, aplicado en operaciones especificas en los municipios de atención prioritaria. Nada mal para una visita ‘de pisa y corre’ de Harfuch a Guanajuato, a diferencia de sus estancias en Sinaloa. Harfuch destacó la importancia de la investigación. “Eso es lo que queremos en Guanajuato: dedicarnos a las tareas de investigación, judicialización, inteligencia”. Aquí hemos escrito ‘N’ veces que los desfiles militares no sirven de mucho. Que aquello de la ‘disuasión’, dados los números, quedó en cuento. Luego, en los discursos, solo reconocimiento mutuo. Casi torneo de elogios. “Lo hemos dicho desde el primer día de esta administración, aquí no hay colores que valgan”, rubricó Libia García. El ex gober Rodríguez decía que él “no iba a ir a perder el tiempo a esas mesas”. Avanzamos, pues. 

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‘X’: TigresDePapel