Tigres de Papel • La Corte Suprema • Francisco Javier Mares

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“Este viernes estuvo en León, en casa, pues, Sara Irene Herrerías Guerra. Ella es candidata a ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación…”

Este viernes estuvo en León, en casa, pues, Sara Irene Herrerías Guerra. Ella es candidata a ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, SCJN. Asistió a un desayuno ‘en corto’, a invitación, en el que expuso los por qué y para qué de su aspiración.

Fiscal Especializada en materia de Derechos Humanos (FEMDH) de la FGR, Sara Irene Herrerías Guerra es Licenciada en Derecho por la UNAM; Maestría en Derecho en la misma institución; Maestra en Criminología y Doctora en Ciencias Penales y Política Penal, por el Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE).

Lleva más de 30 años en la prevención e investigación del delito, la impartición de justicia y la defensa de los derechos humanos.

Trayectoria hay. Titular de la Subprocuraduría de Derechos Humanos, Prevención del Delito y Servicios a la Comunidad en la ex Procuraduría General de la República, PGR; de la Unidad para la Defensa de los Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación; de la Procuraduría Social para la Atención a las Víctimas de Delitos del Gobierno Federal, PROVÍCTIMA, que pasó a ser Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, CEAV; Fiscal Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas en aquella PGR; Directora General del Programa de Igualdad entre Mujeres y Hombres de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, CNDH, etc., etc., etc.

Es con esas cartas credenciales con las que planta cara a quienes favorecen los reflectores en esta primera elección a voto popular, del aparato del Poder judicial en México. Nombres que van y vienen en los medios de comunicación tradicionales y, de manera profusa en las plataformas digitales y las redes sociales: las ministras Lenia Batres Guadarrama y Yasmín Esquivel Mossa, cercanas a Morena, de manera señalada, o Loretta Ortiz.

Nombres y apelativos como el de Paula García Villegas Sánchez Cordero, hija de la ministra en retiro Olga Sánchez Cordero, y Marisela Morales, ex procuradora general de la República. Allí forman también otras aspirantes como Zulema Mosri o Ingrid Tapia. Entre los varones, Arístides Rodrigo Guerrero y, en el torbellino público los días recientes, César Gutiérrez Priego.

Una contienda alrededor de la que todavía hay más dudas que certezas. Las y los participantes, casi todos sin experiencia electoral alguna. Pocos o ningún encuentro multitudinario, y a tumbos en las redes sociales. Son más de 3 mil 400 personas tras los 881 empleos de jueces, magistrados y ministros. Candidatos ‘sui generis’ disponen de 60 días de proselitismo –que acaban el día 28 de este mayo- sin precampaña, en la primera elección del Poder Judicial de la Federación.

Vótele, vótele…

En el desayuno Sara Irene expone pausada, casi didáctica, sin aspavientos, y ni de lejos una arenga. Entre sus interlocutores hay abogados y curiosos profesionales. Habla de principios como cercanía con la ciudadanía; acceso a la justicia con un enfoque humano, un respeto irrestricto a los derechos humanos, transversalidad en las sentencias de la SCJN.

Sus propuestas pasan por una justicia confiable, entendible, ágil y para todas las personas; “que los jueces constitucionales actúen para proteger al pueblo, aplicando las leyes dictadas por los representantes populares, no construyendo reglas especiales basadas en su criterio”; una justicia pronta, porque la que llega tarde no es justicia; justicia humana y que atienda las causas y las consecuencias. En la boleta morada lleva el número 16 (Herrerías Guerra Sara Irene), allí al lado izquierdo, en uno de los cinco recuadros que corresponden a la elección de ministras.

Sara Irene escucha votos de confianza y los consabidos reclamos guanajuatenses –leoneses en específico- al dominio gubernamental federal con signo político distinto. Atiende preguntas duras también: ¿Un acierto o no la elección de juzgadores por voto popular, de primera instancia a ministros de la SCJN? ¿La que tenemos ahora es una Suprema Corte de Justicia de la Nación corrupta? ¿Es cierto que algunos nombres ya han sido perfilados? ¿Vamos a una elección a ciegas?

La aspirante, muy distinta a sus contrincantes encumbradas en la propaganda, muestra tablas y mesura: A nadie de quienes participamos nos corresponde calificar. La reforma es. Y es oportunidad de transparencia y de acercar la impartición de la justicia a la ciudadanía; ni en la Corte y, menos, en el Poder Judicial es posible generalizar, cada quién tendría sus juicios particulares; hay quiénes se mueven y aparecen más que otros, cierto; hay mecanismos y alternativas para conocer a los aspirantes, sus trayectorias y propuestas; hay que informarse y hay que votar…

En voz de Sara Irene, su trayectoria le ha enseñado que la justicia debe atender los conflictos con sensibilidad y eficacia, pero también con objetividad, reconociendo y respondiendo a las necesidades de los involucrados; siempre ha trabajado para garantizar que las instituciones en las que ha formado parte sean accesibles y confiables, y gracias a su experiencia en el servicio público conoce el país, sus realidades y sus desafíos.

En fin. Este año se renuevan: nueve cargos para la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN); cinco magistraturas del Tribunal de Disciplina Judicial; dos magistraturas de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF); 15 magistraturas de las salas regionales del TEPJF; 464 magistraturas de circuito y 386 personas juzgadoras de distrito.

Con un tope de gastos de campaña de un millón 468 mil 841 pesos a los cargos a la SCJN, el Tribunal de Disciplina Judicial y la Sala Superior del TEPJF, limitados los espacios de promoción, la mayoría de candidatas y candidatos se pertrechan en campañas austeras. Por eso los vemos sólo en redes sociales y medios digitales, sin contratar siquiera espacios publicitarios, además.

Como sea, la elección es el domingo primero de junio. Entérese y vote; no haga caso a los que dicen que no.

(A)La Jaula

Cartas marcadas

Mucho ruido hizo la designación de Luis Ernesto Ayala, el exalcalde y ex casi todo en la burocracia y la política de la aldea –menos gobernador, caray-, como jefe del consejo del ente ‘ciudadano’ por excelencia en León: el Implan. Pues no. La mayoría en el Ayuntamiento no entiende que no entiende. Del consejo de Explora se va el exalcalde Jorge Carlos Obregón Serrano. Llega el exalcalde Luis Manuel Quirós Echegaray. Con él, los de siempre. Puros apellidos de crónica de sociales. Han de ser los únicos que hay.

Correspondencia: tigresdepapel001@gmail.com

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