Tigres de Papel • Hilo rojo • Francisco Javier Mares
“Gisela, los paramédicos y los tres funcionarios de Silao, al hilo de abril...”
El asesinato de Gisela Gaytán, la candidata de Morena a la Presidencia municipal de Celaya, se habría cocinado al interior de las filas de su propio partido político…
Los socorristas asesinados a tiros en ese mismo municipio, quemados sus cuerpos dentro de la ambulancia que tripulaban, se coludían con el crimen organizado.
Ahora hay tres cadáveres de funcionarios del gobierno de Silao, que se encontraron semienterrados en una parcela…
¿También eran de ‘los malos’? –porque parece que ese discurso duró lo que la víspera.
Gisela, los paramédicos y los tres funcionarios de Silao, al hilo de abril.
La ‘nota roja’ de los medios, dio cuenta que la tarde del lunes fueron encontrados los cuerpos de dos mujeres y un hombre, malamente sepultados en un camino de terracería en el campo de Silao, en la comunidad ‘Las Trojes’, rumbo a Trejo, para más señas.
Lugareños que caminaban el rumbo, avistaron los pies de una mujer que sobresalían de un montículo de tierra, echaron mano del celular y marcaron al número de las emergencias.
Enseguida, los peritos confirmaron que allí había tres cuerpos, dos mujeres y un hombre. Se les llevó al Semefo. Del caso fue todo en esa jornada. La fiscalía ya se la sabe, compartió que las víctimas no habían sido identificadas, se desconocía la causa de la muerte y cuánto tiempo llevaban ahí.
El jueves, de nuevo el escándalo: se les identificó. Las dos mujeres y el hombre eran vecinos de Silao y empleados del gobierno municipal.
En información del diario ‘a.m’, Fredy Adame de los Santos, ingeniero en Desarrollo e Innovación Empresarial, era una de las víctimas. Tenía 34 años de edad. Participaba del Consejo de Consulta y Participación Ciudadana del Gobierno de Silao.
Nancy Mejía Mandujano, de 42 años, había sido reportada como desaparecida desde el día 8 de este mes. Las circunstancias de su caso aparecieron en el Protocolo Alba Guanajuato.
De Diana Vanessa González Sánchez no existía ficha de búsqueda y, hasta la confirmación de su identidad, que el gobierno de Silao avaló en una esquela, no se conocían datos mayores alrededor de su desaparición.
El mismo jueves, temprano, se reunió en asamblea plenaria la Mesa de Seguridad y Justicia de León, a la que asistió –y eso llamó la atención- el gobernador Diego Rodríguez -“Quiero agradecerles a los ciudadanos sin cargo su compromiso por un bien común; así es como logramos una colaboración entre autoridades y ciudadanía”.
Francisco Gutiérrez Manrique, un Ingeniero Industrial y de Sistemas por el Tec de Monterrey, donde da clases, y al que presentan como ‘especialista en temas de certificación’, es el nuevo coordinador de la mesa de marras –“Anticipó la búsqueda de acciones que contribuyan a mejores prácticas de conducta, prevención y acción en la vida de los leoneses”, escribieron en el boletín.
Para los aplausos estuvieron el secretario de Gobierno, Jesús Oviedo Herrera; el presidente del Poder Judicial guanajuatense, Héctor Tinajero Muñoz; el delegado de la FGR en la entidad, Gerardo Vázquez Alatriste, y Orlando Camacho, ‘coordinador general de las mesas de seguridad a nivel nacional’.
A esas horas, a lo mejor ellos ya sabían de la identidad de los tres muertitos de Silao…
Ni vengan
Silao, una población de 83 mil 352 habitantes, al Censo de Población y Vivienda 2020 del Inegi, es prueba plena de progreso que han traído al vecindario las armadoras de vehículos y el sembradío de naves industriales de ‘Guanajuato Puerto Interior’. Camine sus calles y verá. Aunque, de un tiempo acá, Silao sucumbe a la violencia criminal y a ‘la grilla’ de los partidos políticos –recuerde a su alcalde priista, Benjamín Solís Arzola, ido a la cárcel por ordenar una golpiza pandilleril a una reportera.
Hoy lo gobierna, es un decir, Morena, con el ex panista -y ex alcalde envuelto en esa bandera- Carlos García Villaseñor, en busca de la reelección. Tiene enfrente a la panista –diputada local con licencia- Melanie Murillo, abogada –en su momento, su marido Juan Roberto Tovar fue el alcalde.
También participan: Francisco Javier Chagoya, de Movimiento Ciudadano; Juan Antonio Morales Maciel, de los Verdes, y Leonel Mata Zamora, del Partido del Trabajo, el PT, pero esos son asuntos de prerrogativas exclusivamente.
El caso es que Silao es apenas el botón de muestra del día, de la violencia criminal cotidiana y el sinsentido de las campañas políticas huidizas que asolan al estado de Guanajuato.
La violencia campea en el país, cierto, pero hace años que el estado de Guanajuato es el epicentro. La violencia no da tregua, al menos desde 2015. De entonces a la fecha, los asesinatos rondan los ¡25,000! Guanajuato es el estado más violento del país. Un escenario de masacres impunes. La más aterradora, aquella en 2020 cuando 27 jóvenes fueron ejecutados en un anexo de adictos en Irapuato.
La violencia criminal alcanza a los agentes de la seguridad, incluidos los efectivos de la Guardia Nacional. Guanajuato es el estado en el que matan a más policías.
El estribillo de la violencia como consecuencia de la guerra de cárteles como el de Jalisco Nueva Generación, CJNG; el Cártel de Santa Rosa de Lima, el Cártel de Sinaloa, Los Zetas, etcétera, etcétera, etcétera, lo corean todos, pero nadie lo manda a callar.
Carlos Zamarripa, el fiscal del estado, lleva 14 o 15 años en ese empleo. Al menos en este sexenio, no lo mueve ni la voz del presidente de la República. Formalmente su encargo concluye hasta 2028, aunque se iría antes, gane quien gane: no lo quiere ninguna de las tres candidatas a gobernadora.
Desde hace 33 años, Guanajuato es gobernado por el Partido (de) Acción Nacional, el PAN. Todo un bastión blanquiazul. Hay campañas, es hora de presumir todos estos logros…
(A)La Jaula
Segundo round
Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y ‘Máynez, Máynez, presidente’, se encuentran de nuevo este domingo. Segundo debate, rumbo al dos de junio. Es a las ocho de la noche y, a tope, dos horas, prometen. Habrápreguntas ciudadanas videograbadas. Moderan, sin sombrerazos, Adriana Pérez Cañedo y Alejandro Cacho. Doña Xóchitl amenaza ser más incisiva y ‘cuestionante’. Que ya no hará caso a sus asesores. Que no vestirá traje sastre. Pues, no. Ni que fuera Margaret Thatcher. Se pondrá ropa más cómoda. Un huipil, podría ser. “Eso sí fue un fracaso, me van a ver con algo más cómodo”. Lo bueno es que nomás eso fue un fracaso.
Correspondencia: [email protected]
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