Tigres de Papel • El mal tiempo • Francisco Javier Mares

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“Fueron diecisiete los cuerpos hallados el fin de semana anterior durante una incursión de la Fiscalía estatal en una finca deshabitada…”

 

Hará cosa de quince años, algo más, titulamos así una columna que no perduró. El mal tiempo persiste, y de pronto parece que empeora.

En la cartelera de violencia incesante que presenta Guanajuato, están los diecisiete cuerpos hallados en una ‘fosa clandestina’ en Irapuato; la detención de once guardias nacionales corruptos dedicados al ‘huachicoleo’, y la jornada de sangre, otra, que vivió Salamanca en respuesta de los delincuentes a la acción de la autoridad.

Enmedio, atrapado, el ciudadano.

Fueron diecisiete los cuerpos hallados el fin de semana anterior durante una incursión de la Fiscalía estatal en una finca deshabitada en Irapuato, en investigaciones por la desaparición de personas. Había, dicen las autoridades, una orden librada por una juez en una investigación específica; no se trató de un hallazgo fortuito.

Como sea, encontraron los cuerpos en distintos estados de descomposición: once hombres, dos mujeres y tres más cuyo sexo no pudo ser determinado en el acto. Cinco ya habrían sido identificados, cuatro hombres y una mujer que contaban con las fichas respectivas por desaparición de persona.

Los ministeriales aseguraron cuchillos, machetes, picos, palas y prendas de vestir y calzado.

A ver, recapitulemos: 17 cuerpos humanos enterrados en una finca deshabitada en el corredor industrial que cruza por la mitad al estado. Eso sería un escándalo de dimensiones políticas tremendas en cualquier democracia del mundo. En México, en Guanajuato, no. Ni siquiera es nota principal en alguno de los diarios que aún respiran. La comunidad pierde su capacidad de indignación y asombro, y eso también es una tragedia.  

A la vuelta de la página, la madrugada del domingo los municipales de Apaseo el Alto detuvieron a 11 uniformados de la Guardia Nacional quienes, así como quien está ahí por casualidad, custodiaban, sí, no es broma, un tractocamión que sustraía hidrocarburo casi al pie de carretera. De risa loca, algunos federales huyeron. Los detenidos: un teniente, dos subtenientes y ocho agentes de tropa.

Los guardias intentaron hacer pasar su presencia como un operativo de seguridad al transporte, y de resguardo a la unidad localizada. No era así, por supuesto: los gendarmes citadinos observaron que el tanque del tractocamión se llenaba con el combustible sustraído ilegalmente de un ducto en esos momentos. Los municipales habían acudido ahí a partir de una denuncia anónima.  

Del asunto habló el secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch. Respondió certero. Simplemente, respaldó la labor de la Guardia Nacional. “Once elementos no representan a los más de 133 mil integrantes de la Guardia Nacional que trabajan todos los días por el país”dijo al salir de una reunión con la Junta de Coordinación Política en la Cámara de Diputados.

Cierto es que en Guanajuato se acumulan las acusaciones, fundadas las más, por excesos y desaciertos a cargo de agentes de la Guardia Nacional; también, que no es posible imaginar ahora la seguridad del estado sin la presencia de los efectivos de esa corporación. En el mismo sentido que Harfuch se expresaron el secretario de Gobierno Jorge Jiménez y algunas voces en el Congreso local. Guanajuato tiene confianza en la Guardia Nacional; sólo hay que sancionar a los malos elementos. 

Tampoco es, como desde el primitivismo partidario imagina el diputado panista Rolando Alcántar, que ‘hechos como éste afectan a toda la corporación’. Mucho esfuerzo cuesta a la gobernadora Libia García construir una relación de colaboración sólida con las autoridades federales, y no es de permitir que las incontinencias verbales echen abajo abajo su labor. En fin.

 A mitad de la calle

Las malas nuevas continuaron. Otra vez los salmantinos fueron rehenes de la violencia de los cárteles que respondían así, en la versión oficial, a las acciones de la autoridad. Este lunes, en un par de horas: un asesinato múltiple, heridos, fincas y vehículos incendiados.

Ni siquiera eran las siete de la mañana. En la comunidad de Uruétaroun vehículo fue incendiado y abandonado a mitad de un camino vecinal. Desconocidos obligaron al conductor a entregarlo y lo quemaron. Una media hora después, cerca de ahí, ‘rafaguearon’ una camioneta y un MustangAllí quedaron medio centenar de casquillos de rifle de asalto… y una persona muertaEn otro ataque en la periferia de la planta de Grupo Modelodos personas heridasDetonaciones frente al Centro de Distribución HolcimPor ahí de las ocho de la mañana, un hombre ejecutado en la colonia Villas del ValleCasi de manera simultánea, dos viviendas incendiadas.

La tragedia peor a las 8:50, en la colonia Cuatro de Altamira. Un grupo de hombres armados irrumpió en untaller de fabricación de ataúdes y asesinó a cuatro de los trabajadores. Así, sin más.

Omar García Harfuch compareció ante los integrantes de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Diputados. Les presentó avances de la estrategia de seguridad del gobierno federal. "Reafirmamos que la seguridad es una responsabilidad compartida, y sólo con coordinación y estrategia podremos seguir construyendo la Paz Duradera en el país", escribió en ‘X’ -y qué bueno que así sea.

En entrevista colectiva posterior, el presidente de la Jucopo, Ricardo Monreal, diría que Harfuch ‘respondió todo’. Y ¿Cuáles fueron los avances de la estrategia de seguridad?, le preguntaron a él.

Más de 21 mil detenciones; la incautación de más de 11 mil armas de fuego en los últimos seis meses; destruidos e inhabilitados más de 915 laboratorios de droga; una reducción del 25% en los homicidios, en comparación con el inicio de la administración, “cifras que reflejan un esfuerzo coordinado entre diversas instituciones para combatir el crimen organizado y reducir la violencia en el país”, habría respondido el secretario.

No hay de otra: o nos coordinamos o nos terminamos de hundir.

(A)La Jaula

Los profes

Los profes de la CNTE juegan con fuego. La presidenta Claudia Sheinbaum, que no les da muchas vueltas a los asuntos, los exhibió de fea manera. Ya había una cita con ella en palacio nacional, y gritonearon que tomaban el aeropuerto porque la mandataria no los recibía. Ya nada más falta confirmar quiénes les pagan. Porque los bloqueos y los campamentos no los hacen gratis ¿Boicotear la elección Judicial? Qué tiene eso qué ver, les espeta Claudia. A dar clases, chavos…

Correspondencia: tigresdepapel001@gmail.com

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