Tigres de Papel • “Ya marcharon” • Francisco Javier Mares

Foto, Noticias TV4

“…todavía el estado de Guanajuato […] les regatea –como a las mujeres su derecho a decidir sobre su propio cuerpo- la libertad civil de contraer un matrimonio igualitario y un ¡No! tajante a las «terapias de conversión»…

 

Con ese título se publicó en el libro ‘Aquí Nadie es Inocente’, de este columnista (Tlacuilo Ediciones), la crónica inédita de la primera ‘Marcha por la diversidad sexual’ en la ciudad de León, del 27 de noviembre de 2007, dieciocho años ya, -así este 2025 el cartel oficial difunda que con la etiqueta ‘estatal’, la del sábado anterior, fue la edición número 10. 

Aquí la remembranza de la protesta fundacional…

La leyenda pergeñada en negro sobre la cartulina verde fluorescente escuece: “¡Mi tía es transgénero; la respeto y la amo!”

Acaso el escozor sea más incómodo porque la sostiene en alto, lo mismo a la puerta del Templo Expiatorio que frente a la Presidencia Municipal, una escolar de 10, 12 años de edad, que acompaña toda la ruta a la ‘Marcha por la Diversidad’, la Primera Marcha Gay en León.

A propósito –so pretexto del X Congreso Nacional contra el SIDA-, homosexuales, bisexuales, transexuales, lesbianas y agregados se apropian la prolongación Calzada, la avenida Madero y la plazoleta del asta bandera frente a la alcaldía.

Suyas la noche y el asombro público, cantaron, bailaron, exigieron… se burlaron. 

En la descubierta ella/él viste de azul sinuoso, al viento las piernas y el alto de los pechos cincelados; o envuelve en velos la regordeta humanidad; o va sin más, con el rostro en alto, untada en negro y el desdén como escudo.

A su espalda, los más: mezclilla, maquillaje, plumas, peinado, lentejuelas, gestos, caderas, brincos y besos al aire porque sí, nomás porque sí.

Son menos de 300 cuando salen y más de 500 cuando llegan. Nada mal para un debut al que se adivina retorno. De punta a punta los cuida y los aconseja la voz de la Trevi, que bien sabe que todos los miran.

Y sí. El Rincón Gaucho levanta las cortinas como alzar las cejas, para que sus ojos/clientes aprecien el paso de ‘el circo’; tras un portón un viejo receloso, embozado con la bufanda, afila los ojillos, que no el comentario; una adolescente acorazada entre sus amigas suelta, entre risueña y cohibida, un, “¡no mames, güey!”, loca de celos al paso de curvas tan ajenas.

Pero son los menos. Contra su fama, León respira, sonríe y toma fotos sin agresión que valga la pena consignar: al agravio relajiento desde un carro se opone el claxonazo apoyador desde otro. Casi de diez, en la inauguración de la que algún día será ¿tradición? 

Ya en Madero, el “G Bar” es el balcón oficial desde el que se preside ‘El Desfile Que Conmemora La Presentación En Sociedad De Los Otros Modos’, es decir: la vía pública como espacio amable, y no el bodegón como refugio; las miradas curiosas, no acosadoras; los policías como escolta, no como padrotes madreadores. Allá en lo alto tres anónimos ondean la bandera de la causa.

La plaza principal es tierra prometida que no obligó al desierto, a la obediencia al Moisés que hacía de las aguas ni a la maldición de las tablas de la Ley. “¡Vicente, súmate a la lucha!”, corea la turba en rosa ¿Fox?; ¿Guerrero?; ¿Fernández?, duda el colectivo.

Ninguno de los tres sale de palacio a pesar de la andanada que todavía dura unos minutos, antes de ir con su consigna a otra parte; cartulina en mano, una escolapia busca a su tía…, casi sombras, los marchantes se disgregan silueteados por un arcoíris de neón.

18 años después

Dieciocho años después son miles los integrantes de la comunidad LGBTTTIQ+ (Lesbianas, Gais, Bisexuales, Transexuales, Travestis, Transgénero, Intersexuales y Queer), que festivos o provocadores pregonan consignas, cantan, bailan, se muestran del parque Hidalgo al Arco de la Calzada de los Héroes, en ruta Balm/ Progreso, y luego toda la avenida Madero suya, alcanzan plantan cara a la plaza principal de León, la de ‘Los Mártires del 2 de Enero’. Una presencia y demostración de fuerza equiparable a la de las mujeres en el ‘8M’.

La ‘Marcha por el Orgullo Gai’ se agiganta. Sí, pero…

Dieciocho años después todavía el estado de Guanajuato, ávido de hurgar en los rinconcitos de la Ley, les regatea –como a las mujeres su derecho a decidir sobre su propio cuerpo- la libertad civil de contraer un matrimonio igualitario y un ¡No! tajante a las ‘terapias de conversión’, esa práctica criminal penada ya en la legislación federal. Duerme el sueño eterno en los cajones gubernamentales de los asuntos importantes la investigación de los homicidios de personas ‘trans’ en Guanajuato, casos que al ex fiscal Carlos Zamarripa importaron un reverendo cacahuate. La muerte de Isabella, estrangulada en su departamento del Centro Histórico de León en septiembre de 2022, es prueba plena.

A las cinco de la tarde la descubierta de la manifestación alcanza la protección del ‘Arco de la Calzada’, la puerta del ‘manifestódromo’ de León, en definición de un exsecretario estatal de Seguridad. Aquello es un jolgorio. El arcoíris serpentea entre las humanidades. Hay plumas. Semidesnudos: Corbatas que se sueñan atrevidas. Besos que se saben retadores. Antifaces pudorosos. Caricias furtivas. Panzas osadas. Cueros ‘sado’. Púberes, juventudes, frutos maduros, revelaciones de la tercera edad. Un par de antros desempolvan sus galas de fachada en simple empatía o comunión definitiva con la caravana. El ‘León Tour’ se descubre ‘open mind’. “Mi mamá me enseñó a comer de todo”, se burla en su pancarta una muchacha. La marcha capotea divertida el acecho de transmisiones noveles con más antojo de carnaval que de protesta. 

En la plaza principal, a la cabeza el contingente de la comunidad ‘trans’, topan con la muchedumbre que escudriña los regalos populares en la víspera del ‘Día del Padre’. Una diáspora temprana escatima audiencia al concierto programado. En la retirada, otra vez sobre Madero, ahora en sentido inverso, sonríe a las madrinas de las bodas en el Expiatorio, agobiadas en la explanada por un vientecillo fementido que –“jugando con tu vestido puede dibujar tu talle…”, como les susurra al oído Oscar Chávez.

(A)La Jaula

En hablando de…

En informaciòn del periódico ‘Correo’, Guanajuato cerró 2024 como el estado con más agresiones contra personas de la comunidad LGBTTTIQ+ a nivel nacional.  Los números los recupera ‘Visible’, plataforma que clasifica la violencia por orientación sexual e identidad de género. Se documentaron 77 agresiones, muy por encima del Estado de México -con el triple de población-, que registró 51 casos o –ni se diga-, la CDdMX, con 40. Las agresiones oscilaron de la discriminación verbal y física, a hasta la desaparición forzada y los homicidios dolosos. 72 de los 77 casos ocurrieron en espacios públicos, sin que autoridad alguna interviniera. 47 de las 77 personas agredidas tenían entre 18 y 25 años de edad. Una juventud vulnerable desde todos los ángulos. Y, sí. La mayoría de las víctimas fueron mujeres transgénero, 48 casos. Ellas son el grupo de la comunidad más violentado en todo el país. Bueno, en el papel el Gobierno de Guanajuato tiene una subsecretaría de la Diversidad Sexual, insuficientes algunas imágenes en TV-4, hora de levantar la mano y decir: Presente.

Correspondencia: tigresdepapel001@gmail.com

‘X’: TigresDePapel