Tigres de Papel • Queremos pastel, pastel… • Francisco Javier Mares
La muchachada en pleno que fue como como aspirante a las campañas electorales, lo mismo de la presidencia de la República que de la regiduría última, reclama su rebanada de pastel…
Pero son tantos que no alcanza para todos. Quien ganó, ganó. Y quien no… coquetea con el retiro, finiquita el contrato o se anota un puntito en la meritocracia. A ver si en la otra.
Esto es la mar de divertido.
En la grande/grande, a la panista Xóchitl Gálvez le pasó un tren por encima. Claudia Sheinbaum, de la coalición ‘Sigamos Haciendo Historia’ (Morena, PT y PVEM), cosechó 33.2 millones de votos, y la aplastó con más de 30 puntos porcentuales de diferencia, algo así como 17 millones de sufragios. Bueno, hasta en Guanajuato, Claudia ganó a Xóchitl. Sumó más de un millón de votos, y su ventaja fue de unos 200 mil –Aguascalientes, se queda con el título de único de los 32 estados mexicanos que no votó mayoritariamente por Claudia, medalla que Guanajuato se colgó en 2018 respecto a Andrés Manuel López Obrador.
El barón Claudio X. leyó a Xóchitl las letras chiquitas del acuerdo de su candidatura presidencial en la coalición ‘Fuerza y Corazón por México’, y la manda a ‘impugnar’ una elección que saludan Biden, Putin, la ONU y el brasileño Lula.
A ‘toro pasado’, los números en la mano, ahora una legión de necios habría de reconocer que Marko Cortés, en su loca alianza con el PRI y el PRD, llevó al PAN al desastre. La presidencia de la República fue un sueño de opio y se quedaron hasta sin Yucatán, para empezar. De ‘Alito’ Moreno, ni hablar: él es un priista. Eso sí, mientras sus viudas lloran sobre la calculadora, Marko y ‘Alito’ cobrarán como senadores.
Allí en la Cámara Alta del Congreso de la Unión, uno de los senadores panistas plurinominales, de obsequio, pues, será el ex gobernador de Guanajuato, Miguel Márquez. La contienda con su ex correligionario panista, Ricardo Sheffield, ahora vestido de guinda, es la comidilla de la post campaña guanajuatense. Valientes hubo que decidieron votar por alguno de los dos y, los más, lo hicieron por Sheffield. El ex azul le sacó al azul más de 80 mil votos de diferencia.
La buena de esa disputa es que en la fórmula ganadora está la activista Virginia Magaña, lo que sin duda es una buena noticia, así vista la casaca del PVEM. Será senadora. Márquez se cuela como ‘primer mejor perdedor’ –vaya etiqueta-, y su compañera Adriana Rodríguez Se-Queda-En-Casa. Eso es bueno, diría López-Gatell. Por cierto, a Morena le faltan cuatro senadores para alcanzar la mayoría calificada -condición que encarece algunos votos particulares, pero nada más.
Al panismo de Guanajuato se fue la risa del ‘Plan C’ de Morena -conocido como ‘carro completo’ en la era de las cavernas del PRI-, y ya debiera hacer cuentas más cuerdas. Esta vez, de un zarpazo, la fuerza guinda, acabó con el juego del ‘toma todo’ que traían los panistas con las diputaciones federales: les arrebató ocho de quince. Los blanquiazules únicamente ganaron dos distritos, y en bola con el PRD y el PRI, otros cinco. Ayno.
Caras y gestos
Acá, por supuesto, la elección estrella es la de gobernadora. La panista Libia Dennise García Muñoz Ledo será la primera gobernadora en la historia del estado de Guanajuato –también con los hierros del PRI y el PRD, cortesía de Markito. Ni modo.
Seamos claros. Si su contrincante por Morena y socios fue la ex panista Alma Alcaraz Hernández. Libia Dennise era desde el principio una mejor opción.
A ver. Alrededor de Libia hay una estructura con experiencia de partido y de gobierno -con una montaña de señalamientos, sí, y en ellos habrá que necear, no sólo en mera ocasión de campaña-. A Alma, a pesar de las buenas intenciones que pudiera tener, la cerca una plaga de ‘grillos’, desde la delegación del Bienestar que explota en sus veleidades Mauricio Hernández, hasta su nuevo gran ‘dedo’ elector que es Ricardo Sheffield. Libia, ante la desconcertante medianía de Jesús Oviedo, la grisura de Luis Ernesto Ayala y las ñoñerías de Alejandra Gutiérrez, se encontró de pronto con la oportunidad de la candidatura y la aprovechó; Alma era feliz con su quincenota como diputada local y la sacaron de ahí a tirones; Libia hizo una campaña de tierra; Alma, una de redes y fotografías trucadas; Libia, entregó propuestas con las que se puede estar o no de acuerdo, pero las arriesgó y perfiló un equipo; Alma, refugiada en el discurso federal, echó a la basura seis años del tesón de AMLO, y fue incapaz de capitalizar la oleada nacional en apoyo de Claudia. Así de complicado y así de simple. Yulma Rocha, de MC, se queda con ese partido y con su 5.3%. Le fue bien.
Libia García gana con apenas 10.4 puntos porcentuales de diferencia –no el 2 a 1 que Diego Rodríguez recetó a Ricardo Sheffield en 2018-, suficientes para descartar todo sospechosismo.
Le tocará en suerte, es un decir, un sexenio complicado. Su discurso rupturista con los modos proverbiales del pasado albiazul, y un Congreso local que deja de ser monolítico, la esperan en el arrancadero.
Desde 1997, en el segundo tranco de Vicente Fox gobernador, el PAN había disfrutado de los excesos propios de una mayoría absoluta en el Congreso de Guanajuato. Antes, el priista Carlos Chaurand se divirtió con la novatez del interino Carlos Medina, en una actitud que luego matizó Francisco Arroyo, también tricolor. Eso acabó, al menos por ahora.
Morena ganó en ocho de los 22 distrito locales –en la elección anterior tuvo sólo uno-, y así el PAN pierde la mayoría absoluta en el Congreso del Estado.
El PAN triunfó en 11 distritos en solitario, y con sus socios del PRI y del PRD en otros tres. Solitos, puros conocidos: Ana María Esquivel, Aldo Márquez, Isabel Ortiz Mantilla, Rolando Alcántar, Juan Carlos Romero Hicks, Víctor Zanella, Jorge Espadas Galván… Y es que ellos son como una familia, Noemí Márquez, Víctor Zanella y Rolando Alcántar, por ejemplo, estarán ahí por tercer período consecutivo. Nueve años de antigüedad. Hasta para una buena demanda les alcanza.
Con los pluris el PAN apuesta a 15 y Morena a 12. Pleito seguro. Así que la Legislatura promete emociones. Como sea, la atención será para el líder del grupo mayoritario. Por jerarquía, sin duda, el turno corresponde al ex gobernador Juan Carlos Romero Hicks. Ahora que si lo prometido es calorcito, Jorge Espadas, resolvería los desencuentros. Pese a la diferencia de perfiles, ambos aseguran solvencia en el desempeño.
Dato curioso, el PAN arrasó en León en los distritos locales y en los federales. En los primeros, Jared González, súper amigui de la alcaldesa; Ana María Esquivel; Aldo Márquez; María Isabel Ortiz; Rolando Alcántar y Jorge Espadas. En los federales: Fernando Torres; Éctor Jaime Ramírez; Laura Cristina Márquez y Miguel Ángel Salim. Puro chamaco. Lo de Salim y Espadas es folclor político mexicano genuino: intercambiaron distritos e hicieron la campaña del compañere… Un encanto.
Luego están los municipios. El PAN ya nada más ganó 10, aunque firma en otros 13 con sus compis del PRI y el PRD -antes los azules tenían 26 de 46-. Morena se abre paso. Fue de tres tristes trigales a trece, que suenan nada mal. Y en solitario. Para no pulverizar las nóminas, caray.
Quedan a ver qué hace con ellos la autoridad, municipios como San Miguel de Allende, Silao, Dolores Hidalgo y Yuriria, donde al IEEG se le hace bolas el engrudo a la hora de contar los votos. Aunque, bueno, si ya en el sorteo para el debate enseñó las mañas de ‘El otoño del patriarca’, que congelaba la bola a sacar por ‘una mano santa’, es de pronóstico reservado el futuro electoral inmediato de esas municipalidades. Hagan sus apuestas.
(A)La Jaula
Los índices
Será el sereno, y los aplausos, pero el porcentaje de votantes en las elecciones de México apenas ronda el 60% de la lista nominal. Lo mismo en la elección federal que en la local de Guanajuato. Mucha ‘grilla’, cursos y discursos, pero el INE y el IEEG, tan caros que son, nomás no sirven para lo más básico de su encargo: que los mexicanos voten.
Correspondencia: [email protected]
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