Tigres de Papel • Tabla de multiplicar • Francisco Javier Mares

A siete meses del comienzo de su ejercicio, a la gobernadora Libia García se multiplican –y complican- los pendientes en Guanajuato. La publicitada coordinación con el gabinete federal de seguridad extravía las declaraciones; la rebatinga con los membretes empresariales por los dineros del Fidesseg dejó de ser simpática; sus diferencias con la alcaldesa de León, evidentes, irán a peor conforme se avisten de nuevo los tiempos electorales… 

Y nada que mejora esto, pues. Los hechos violentos la semana anterior son el espejo del que reniega Guanajuato. 

En las propias letras del gobierno estatal: se registraron incendios de vehículos en cuatro puntos carreteros del suroeste del estado de Guanajuato, sin personas lesionadas. Todos los hechos se presentaron en vías de tránsito clave.

Los puntos confirmados: 1. Carretera Pénjamo-Abasolo, a la altura del puente Los Ocotes, entre las comunidades de Soledad de Morales y Los Pinos; 2. Carretera Pénjamo-La Piedad, a la altura del tramo ‘Albapesa’; 3. Carretera Estatal Libre Abasolo-San Gregorio, cerca del Cecyteg; 4. Carretera Federal 90 La Piedad-Pénjamo, a la altura del puente La Maraña o La Purísima, antes de la comunidad La Estrella.

Conoceríamos luego por los informativos que la violencia que atrapó la atención nacional comenzó en Michoacán, alcanzó Jalisco y pasó por Guanajuato. Habría que sumar a Querétaro, que si bien nada tuvo que ver en la jornada, suma al discurso de la coordinación interestatal un acierto cuya urgencia es clara y su inoperancia, también. Guanajuato y Querétaro son PAN; en Jalisco, ‘aiga sido como aiga sido’, repite Movimiento Ciudadano, y en Michoacán reina Morena. El arcoiris del poder. 

Juan Mauro González Martínez, el secretario estatal de seguridad, reportaría ‘bajo control’ la situación. Que “Las autoridades de seguridad estatal, en coordinación con instancias federales, trabajan en la liberación total de las vías afectadas, ‘priorizando’ la seguridad de las y los ciudadanos”. Como sea, la alerta asustó en los municipios de León, San Francisco y Purísima del Rincón, Manuel Doblado, Pénjamo, Abasolo, Huanímaro, Valle de Santiago, Yuriria, Moroleón, Uriangato. La risa en vacaciones.

Dallas News’ informaría que “Ocho muertos ha dejado hasta ahora una serie de ataques en Michoacán, Jalisco y Guanajuato, incluso en algunos puntos limítrofes, que sumieron en el miedo y el caos las zonas afectadas, en lo que las autoridades consideran que son disputas de territorio entre organizaciones criminales. Por cómo se manifestó la violencia, con bloqueos de vías hasta por siete horas, destrozos en comercios y vehículos quemados, los expertos catalogan las acciones de narcoterrorismo”. 

El analista David Saucedo se preguntó si “¿Se puede considerar que el operativo de respuesta de ayer ante los narco bloqueos fue un éxito? No se detuvo a ninguna de las células incendiarias. Durante cuatro horas estuvieron robando y quemando ‘tráilers’ y camiones y no hay un solo detenido.”

Y no. La autoridad estatal no puede insistir en que “se privilegió la liberación de las carreteras”. El consabido desatino en el discurso. ¿O sea, cómo?: “Señores delincuentes, concluyan sus ataques porque debemos retirar los tráileres incendiados…”

No, pues no.

(Muy) verde olivo

El caso es que el gobierno, en ninguno de sus órdenes y niveles, atina ‘pie con bola’ en la cancha de la violencia que ha dispuesto en México el crimen organizado. El discurso semanal de la reducción de los porcentajes es como el foco encendido para espantar a los ladrones.

El viernes abrió la exposición “La Gran Fuerza de México”, a cargo del Ejército Mexicano, en León. Inauguró la gobernadora Libia García. Asistió la alcaldesa anfitriona, Alejandra Gutiérrez. Muchos generales y coroneles y capitanes y harta tropa. Por ahí, el secretario de Gobierno, el de Seguridad estatal, una diputada. Unas cuantas decenas de colonos “útiles para toda ocasión” fueron llevados como “público en general”. Cargaron con sus chamacos para que vieran de cerca a los soldados.

Y ese es el punto.  

Uno de los generales dijo al micrófono que esa muestra itinerante lleva más de 14 años. Eso nos remite al sexenio de Felipe Calderón, en el que todo comenzó. El propósito es obvio y es público. ‘Acercar’ a los mexicanos al quehacer, capacidades y fortalezas en armas de su ejército. Énfasis en la niñez. 

Sinceramente, no parece la mejor idea. Ese ejército que a lo largo de las décadas vimos únicamente en los desfiles anuales en el zócalo, y en auxilio de la población en tragedias por sismos, incendios o inundaciones, es ahora omnipresente.

Está en las avenidas, en la barriada, en las comunidades, en las esquinas y en las plazas. Desde aquel trienio 2012/ 2015, en el que Bárbara Botello trajo al PRI de regreso a León, hemos escrito aquí que los ‘desfiles’ militares sirven de nada si solo arrestan a personas que beben y orinan en la vía pública. Los índices de la violencia criminal nos dan la razón ¿Ahora vamos a ‘familiarizar’ a las infancias a esa presencia cotidiana? ¿Esa es la gran propuesta al México del futuro inmediato? Son un par de preguntas retóricas, por supuesto.

En la ceremonia sazonada bajo un calor infernal, en ese barbecho que es ahora el ‘Parque Explora’, ocurrió algo ‘divertido’. En su turno la gobernadora Libia García subrayó la presencia de su secretario de Gobierno, Jorge Daniel Jiménez Lona, “al que quieren mucho aquí en León” –el disgusto de la alcadesa Alejandra Gutiérrez retrató de inmediato.

Esas diferencias ‘anecdóticas’ crecerán conforme el calendario electoral asome en el horizonte. Falló la primera intentona de Alejandra y sus compadres, de tomar por asalto la dirigencia estatal del PAN, pero no será última. Necesitará de tribuna el próximo trienio y la presidencia del Congreso del Estado antoja.

Ese mismo viernes, la gobernadora García Muñoz Ledo no asistió a la inauguración de la Feria del Libro de León, enseguida, a unos pasos en el Poliforum. Pretextaron complicaciones de agenda. No las había. A ver. La Fenal, condenada a una exasperante medianía, urge de recursos y de voluntad política que la saquen de ese marasmo que cumple ya 36 años. La gobernadora, que se asume lectora, decide ni siquiera participar en su arranque. Malas noticias para la Fenal, rehén ocasional.

Y así, mientras el gobierno de León reparte terrenos municipales a las fundaciones de los amigos, y millones de pesos a las cámaras empresariales, la disputa por el Fidesseg ya cansa, por decir lo menos. No, la sexteta de presuntos capitanes de empresa que llevaron a tribunales la pelea no va a soltar ‘la chuleta’ que les entregó el entonces gobernador Diego Rodríguez. Y la gobernadora Libia García les reitera que esos modos caducaron. Que busca una plataforma pública en la que haya transparencia y sin intermediarios –como ahora que se quedan con los dineros, para ser claros.

Siete meses parecen muy breves para que el agua se estanque, hay que removerla…

(A)La Jaula

A propósito.

En nota de ‘Zona Franca’: “En el primer trimestre del año en Guanajuato 124 mujeres han sido víctimas de homicidios dolosos. Esto representa el 22. 2% del total de asesinatos cometidos contra las mujeres en México. Además en este periodo se registraron seis casos de feminicidio”. Lo demás es lo de menos.

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