Parentalidad • Consideraciones para una coparentalidad eficiente • Gaudencio Rodríguez
Padre y madre son responsables del cuidado, protección, guía y educación de los hijos e hijas. Para dicha tarea requieren conformarse como equipo parental que exige la construcción de criterios mínimos comunes respecto a lo que consideran educación.
Dicha tarea no siempre es fácil, pues cada miembro del equipo parental es un individuo con una visión propia sobre la crianza derivada de su propia historia de vida. La manera en que le criaron deja un legado acerca de cómo deben ser ahora con sus hijas e hijos para que estos vayan logrando la adquisición de una personalidad.
Mientras que algunos padres/madres tuvieron la fortuna de recibir en su respectiva infancia una crianza bientratante, otros crecieron con métodos autoritarios generadores de maltrato. Para los primeros, hoy, en rol parental será natural el uso de métodos respetuosos de la dignidad de la niña o niño y rechazarán cualquiera que lo vulnere. Mientras que para los segundos lo más natural será utilizar la “mano dura”, bajo la creencia de que esto lo preparará para el mundo violento en el que vivimos.
Cuando los miembros de la pareja tienen visiones opuestas producto de sus propias historias y criterios, la coparentalidad se complica. Es ahí donde con más razón necesitan invertir tiempo para llegar a acuerdos.
No perdamos de vista que para que mamá y papá o las figuras de cuidado y crianza logren cumplir el compromiso y responsabilidad de educar a su hija o hijo deben mantenerse en constante interacción, sosteniendo un nivel de colaboración y coordinación entre ambos a un nivel que permita cumplir con dicha tarea educativa. A esto es a lo que venimos llamando coparentalidad.
Para lograr un equipo sólido, con una coparentalidad eficiente, te comparto estas recomendaciones con base enPlá, Rodrigo, Martín, Cabrera y Máiquez:
• Intercambiar y acordar temas relacionados con la coparentalidad, aun antes de concebir a la hija o hijo, por ejemplo, la división del trabajo doméstico, el cuidado de las hijas e hijos, los valores y creencias a transmitir, etcétera.
• Reconocer la importancia de la pareja en la educación y bienestar de la hija o hijo e incentivar sus esfuerzos en esta labor formativa.
• Mantener un diálogo constante y abierto, comunicarse y apoyarse activamente.
• Cooperar entre sí, es decir, trabajar activa y conjuntamente como un equipo, respetándose y apoyándose en sus iniciativas y actividades con las hijas e hijos.
• Hacer acuerdos, compromisos, pactos y consensos compartidos con la pareja respecto a temas relacionados con la hija o hijo, por ejemplo, la transmisión de valores, las expectativas en el comportamiento, el tipo de disciplina o la atención a las necesidades emocionales, estándares y prioridades educativas, el vínculo con sus pares o amistades, etcétera y revisarlos y actualizarlos periódicamente.
• Ser flexibles y ajustarse para manejar y resolver en conjunto las situaciones y necesidades de las hijas e hijos.
• Construir estrategias educativas que no entren en contradicción y crear las condiciones para resolver los conflictos propios de la crianza, evitando o posponiendo la discusión de un tema que no sea de la competencia de la hija o hijo —abordarlo cuando no esté presente—, así como también evitar incluirles en la resolución de algún conflicto existente entre la pareja.
• Mantener una relación de unión frente a la hija o hijo.
• Buscar ayuda de personas significativas con el fin de complementar el papel parental, por ejemplo, abuelas/abuelos, tías/tíos, madrinas/padrinos, etcétera.
Recordemos que el compromiso es practicar una crianza afectiva, respetuosa y coordinada que traiga como resultado el sano desarrollo de las hijas e hijos y de la familia misma.
No se trata de generar la expectativa de que ambos críen de la misma manera. Esto es imposible porque como ya mencioné renglones arriba, cada miembro de la pareja tiene una historia y una personalidad única. De lo que se trata es de hacerlo lo mejor que cada quien pueda y con su estilo; siempre en el marco del buen trato.
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Gaudencio Rodríguez Juárez. Esposo, papá, psicólogo clínico, psicoterapeuta, conferencista internacional, consultor para UNICEF (2019-2021) en crianza positiva y buenos tratos y para muchas otras instituciones públicas y privadas. Autor del libro Cero golpes. 100 ideas para la erradicación del maltrato infantil (4a. edición, 2023) (de venta en Amazon). Escritor en diversos medios de comunicación e invitado frecuente en medios de comunicación.
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