miércoles. 24.04.2024
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El Otro Escenario

"El pasado 4 de julio, se conmemoró el 20° aniversario luctuoso de Gilberto Bosques Saldívar (1892-1995), el gran diplomático mexicano que logró salvar entre 1940 y 1942 a más de cuarenta mil personas que escaparon del horror de la Segunda Guerra Mundial"

El Otro Escenario

Gilberto Bosques, un héroe mexicano del siglo XX

El pasado 4 de julio, se conmemoró el 20° aniversario luctuoso de Gilberto Bosques Saldívar (1892-1995), el gran diplomático mexicano que logró salvar entre 1940 y 1942 a más de cuarenta mil personas que escaparon del horror de la Segunda Guerra Mundial.

Nombrado por Lázaro Cárdenas como Cónsul General de México en Francia, tuvo que escapar de París después de que la capital francesa cayera en manos de los nazis. Trasladó a toda su familia y al cuerpo diplomático a Marsella, desde donde pudo gestionar la ayuda que salvó tantas vidas.

Dentro de la lista de las mujeres y hombres del arte y la cultura española y alemana salvados por Bosques -entre otros- se incluye a María Zambrano, Carl Aylwin, Manuel Altolaguirre, Anna Seghers, Alexander Abusch, Hanns Eisler, Ludwig Renn, Steffie Spira, Jeanne y Boro Uhse, Paul Westheim y Egon Erwin Kisch, Wolfgang Paalen, Max Aub, Marietta Blau, Ernst Röemer y Walter Gruen. Muchos de ellos dieron testimonio de los grandes esfuerzos que el dignatario mexicano realizó para salvarlos.

Bosques regresó a México en abril de 1944. Miles de refugiados españoles lo esperaban en la estación de ferrocarril de la capital para recibirlo como el héroe que les salvó de una muerte segura si hubiesen sido apresados por la inteligencia franquista o por sus aliados alemanes.

Lo bueno

El rescate de la figura histórica de la valerosa labor humanitaria y progresista de Gilberto Bosques ha comenzado desde hace algunos años, iniciando con investigaciones de historiadores, escritores y documentalistas independientes.

Bosques participó desde sus 18 años en Revolución Mexicana, bajo la tutela de Aquiles Serdán. También tuvo su aportación en la gestación de la Revolución cubana, pues como embajador en la isla, consiguió la visa para Raúl y Fidel Castro a principios de los años 50.

Poco conocido es el intento de un grupo cristero de atentar en la ciudad dDe México contra la vida de don Gilberto, ya de regreso en nuestro país y reconocido como Héroe de la Revolución.

Lo malo

Es el olvido en el que la historia oficial lo mantuvo durante sus últimos años de vida (vivió hasta la edad de 103 años). La comunidad española en México lo recordaba con mayor viveza que el resto de la población mexicana. Sólo después del éxito en taquilla de “La lista de Schindler” (1992), película que retoma la aportación altruista del alemán Oskar Schindler, alguien se dio cuenta que en México aún vivía un diplomático que salvó de una muerte segura a más de 40 mil seres humanos durante la 2ª Guerra Mundial.

Hoy por hoy, no hay un solo libro de texto que hable de su aportación a la humanidad.

Lo innecesario

Hay qué guardar con cautela las semejanzas entre el caso de Bosques y el de O. Schindler (1908-1974), famoso empresario alemán miembro del partido nazi, cuya vida fue escrita en el libro “El arca de Schindler” (1982) y después llevada a la pantalla grande por Steven Spielberg en “La lista de Schindler” (1993).

Aún circunscrito a la ayuda que prestó a los alemanes opositores al régimen Nazi y a judíos europeos que escapaban del holocausto, además de republicanos españoles que huían de la persecución franquista, Gilberto Bosques también salvó a miles de polacos, italianos, yugoslavos y ciudadanos libaneses exiliados, por lo que finalmente fue arrestado en 1943 por los oficiales nazis, y liberado un año más tarde con su familia en un intercambio de prisioneros entre aliados y alemanes.

Las cifras no se han calculado con exactitud, pero probablemente rebasan los 40 mil rescatados en esos años.

Lo equiparable

Existen varios casos similares de altruismo y heroísmo que han pasado desapercibidos para la historia: el del diplomático español Ángel Sanz Briz, que trabajó en la legación de España en Hungría durante la segunda Guerra Mundial y quien, al parecer sin la  aprobación “oficial”, se propuso salvar inicialmente a los judíos sefardíes descendientes de los expulsados por los Reyes Católicos en el siglo XV. Sanz Bris pudo salvar a 5 mil 200 judíos, no sólo sefardíes.

Pero el más parecido al ejemplo de Bosques es el caso del diplomático sueco Harald Edelstam, quien también protegió y rescató judíos en la segunda Guerra Mundial, y cuya defensa de la población durante el golpe militar de Augusto Pinochet en Chile, donde fue embajador, salvó de morir a mil 300 chilenos. Estas valerosas acciones fueron llevadas a la pantalla en la película “El clavel negro”.

Si usted, apreciable lectora, lector, quiere tener más referencias de los reconocimientos y vida de Gilberto Bosques, le presento una breve lista de algunos de los homenajes que se le han hecho en Europa y México:

-El nombre de Gilberto Bosques se encuentra grabado en los muros del recinto del Congreso de su estado natal, Puebla, desde el año 2000.

-Desde el 4 de junio de 2003, una de las calles del Distrito 22 de Viena lleva por nombre “Paseo Gilberto Bosques”, cerca de la sede local de la ONU.

-En el “Yad Vashem”, el memorial en Israel de las víctimas del Holocausto, a Bosques se le honró con el más alto reconocimiento que otorga el Estado israelí en ese contexto, el título de “Justo entre las Naciones”.

-El documental “Visa al paraíso” (México, 2010), dirigido por Lilian Liberman, aborda a través de una entrevista al propio Bosques, la historia de la salvación de más de 40 mil almas.

-También se le menciona en el libro “La guerra perdida” (Alfaguara, 2012), que reúne una especie de trilogía de novelas de Jordi Soler (“Los rojos de ultramar”, “La última hora del último día” y “La fiesta del oso”).

-En 2013 (de febrero a abril), la exposición de fotografías y textos “Letzte Zuflucht Mexiko” (“Último refugio México”) en Berlín, que trató sobre la labor de Bosques, fue un éxito rotundo.

-Durante la reciente visita a Francia del presidente Peña, el gobierno de Marsella impuso a una de sus plazas el nombre de “Gilberto Bosques”, y las instituciones postales oficiales de ambos países cancelaron un timbre postal con la imagen y el nombre del diplomático.