miércoles. 24.04.2024
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Jorge Pantoja Merino, un maestro inigualable

Jorge Pantoja Merino, un maestro inigualable

Siempre elegante, profundo conocedor del cine mexicano e internacional, escritor, promotor y gestor cultural, docente, funcionario cultural, conductor de TV, conductor de radio, y un agudo pero ameno conversador. Así recuerdo a Jorge Pantoja Merino, una de las más destacadas personalidades en el ámbito de la cultura en el país.

Jorge Pantoja Merino


Aprendió sobre el séptimo arte desde pequeño en los viejos cines de nuestro Irapuato, en donde fue profesor en la antigua Preparatoria, así como en la Normal Oficial, pero su desarrollo y proyección profesional se dio en Guanajuato capital para después triunfar también en la ciudad de México. En los últimos años había regresado a la capital guanajuatense, donde fue querido y admirado por propios y extraños.

Jorge Pantoja Merino pensaba en el mundo como una ficción, y decía que el cine lo representa maravillosamente. Para él, el celuloide era la “memoria de la identidad”.

Entre muchos cargos que ocupó en nuestra alma mater, se encuentran los siguientes: coordinador de Radio Universidad de Guanajuato de agosto a noviembre de 1985 y hace pocos años se transmitieron ahí sus programas "La Música en el cine" y "El cine en la Revolución Mexicana".

Coordinador del cineclub de la Universidad de Guanajuato, de 1975 a 1996, al que le dio el perfil del que goza actualmente, con acuerdos nacionales e internacionales que permitieron al público conocer películas de arte que de otro modo no hubieran sido proyectadas en la capital.

Lo tuve como invitado hace algún tiempo en el programa “Ventana Auditiva” de Radio UG, al lado del director de cine Jaime Humberto Hermosillo, donde también nos acompañó José Luis Jiménez, uno de sus más allegados amigos y colaboradores; en esa emisión nos demostró por qué ocupaba un lugar preponderante en la escena de la crítica del cine internacional.

Fue un gran gestor y promotor cultural; recordamos su paso por el Canal 11 del IPN en la ciudad de México, donde realizó un espléndido e irrepetible trabajo como director de cine y programación. En un texto compartido en el 50° aniversario del Cine Club de la Universidad de Guanajuato, Ernesto Velázquez Briseño (ex subdirector de Canal 22) mencionó: “Jorge logró que los grandes distribuidores suscribieran acuerdos con una pequeña televisora pública mexicana, éxito no logrado antes por nadie”. Lo mismo logró a su paso por TV4, la televisora pública de Guanajuato, gracias a su asombrosa capacidad de negociación con productoras y distribuidoras de cine extranjeras, las cuales le otorgaban generosas condiciones para la transmisión de películas que indudablemente, nadie en el estado podría gestionar como él. Se puede afirmar que muchos títulos llegaban a Guanajuato sin necesidad de pasar antes por la ciudad de México.

Como cinéfilo, lo mismo podía ver cine en la calle o en las plazas públicas en algún lugar del país, así como en las grandes salas de cine internacionales como los Nordic Screenings, el Festival de Cine Húngaro, el de Venecia, o aún mejor, el de Cannes. También fue curador de algunos festivales como el Festival Mix sobre diversidad sexual.

Son conocidas sus aportaciones a los grandes festivales que se realizan en el estado: Festival Internacional Cervantino, donde fungió como curador y responsable de la programación cinematográfica por muchos años, y más recientemente en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF), donde fue jurado y muy cercano colaborador. Recibió un importante reconocimiento el año pasado en el Festival Internacional de Cine de León.

Producto de su pasión por la cinematografía escribió reseñas de cine. También tradujo al español algunos guiones, así como estructuró interesantísimos ensayos sobre cine. Como escritor nos legó algunos libros por demás interesantes: “Hojas de cine a vuela pluma”, “Alfaguara del cine silente”, “De cinefilia, cinefagia y cinenáutica”, “Placeres Culposos”, además de “Trasuntos de Cine’.

He tomado un brevísimo extracto de su libro “Alfaguara del Cine Silente” para compartir con los amables lectores, la delicia que puede ser la lectura de sus textos: “…Como hijo del siglo se me dio bien el voyeurismo, el vicio impune de todo cinéfilo, el cual practiqué con gusto y placer cada vez que la oportunidad me era propicia. Insisto en un aserto: ver cine se convirtió para mí en un hábitat natural…”

Carlos Monsiváis comentó alguna vez sobre él: “sabe más de cine que yo”.

Descanse en paz nuestro querido Maestro Jorge Rogelio Pantoja Merino, lo vamos a extrañar.