Jaime Panqueva
14:11
04/09/21

15 de 25, o cómo comprar indios con espejitos • Jaime Panqueva

“¿Cuándo tendremos una oposición […] con la decencia de excusarse por haber usado tan mal el poder en los sexenios anteriores?”

15 de 25, o cómo comprar indios con espejitos • Jaime Panqueva

De los 128 senadores de la República de la actual legislatura, 25 pertenecen al PAN. Una fracción que puede sonar minoritaria (19.5%), pero equivale a la segunda fuerza política en dicha institución. El senado de España, con funciones muy similares a las de su par mexicano, está compuesto por 262 integrantes, de los cuales 3 pertenecen al partido de ultraderecha Vox (1.14%). Dos de ellos fueron electos y uno fue designado proporcionalmente. Vox se perfila como la tercera fuerza política en el congreso de los Diputados, con 55 (15.7%) de las 350 curules, que a su vez están divididas entre casi una cincuentena de coaliciones o partidos regionales, entre los cuales hay algunos como Teruel existe, Unidas podemos o A la valenciana, una coalición de izquierda ecologista de Valencia. No está de más comentar que las formalidades y requisitos absurdos para formar un partido en la Madre Patria no llegan a los niveles de México, como tampoco mencionar que ningún partido recibe financiamientos como los que el INE distribuye entre sus congéneres mexicanos.

Vox, por su parte, se presenta a sí mismo como un partido de extrema derecha, católico y centralista. Y si tiene alguna duda de sus ideas, le recomiendo dar lectura a sus propósitos para que España volviera a ser grande, publicados hace un par de años y compilados bajo el nombre: 100 medidas para la España Viva, disponible en https://s.libertaddigital.com/doc/las-100-medidas-de-vox-41913604.pdf

La Carta de Madrid, firmada por esa mayoría de senadores panistas y puesta sobre la mesa por esa minoría extremista española, es fruto de una ONG llamada Fundación Disenso, ligada a Vox, pues uno de sus patronos es su presidente, Santiago Abascal. La redacción, no por corta y escueta menos radical, achaca al comunismo, apoyado por el narcotráfico y terceros países, el secuestro de una parte de la Iberosfera.

Tras la declaración de principios, que arremete contra el Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla, infiltrados por ideologías comunistas, compromete a los firmantes a luchar por: “la democracia, los derechos humanos, el pluralismo, la dignidad humana y la justicia.” Algo que suena una obviedad absoluta para cualquiera en la arena política, si no viniera del partido antiimigrante, antifeminista, antieuropeo, profranquista y antiderechos de minorías, que ahora busca extender su área de influencia. Si Napoleón III nos bautizó América Latina para justificar su intervención, la extrema derecha española nos llama Iberosfera, no creo que con menos intereses colonialistas… Si desea leer la carta completa, está disponible aquí.

Explicado lo anterior, se dimensiona mejor lo absurdo de la reunión y firma de la mayoría de la bancada panista en el senado mexicano; de aquellos que se supone lideran la oposición política en México contra la izquierda hereje (o el comunismo, como algunos de ellos gustan llamarlo). ¿Están así de desesperados o son así de ignorantes como para caer tan bajo? ¿Cómo reaccionarían estos mismos grupos si llegara en un futuro el llamado seductor de un golpe militar o un gobierno fuerte de extrema derecha? ¿Cuándo tendremos una oposición digna de llamarse así, por lo menos con cierta autocrítica o con la decencia de excusarse por haber usado tan mal el poder en los sexenios anteriores?

Porque no está mal contrastar estos resbalones del PAN con la exhibición de 58 empresas que se beneficiaron con la condonación de 189 mil millones de pesos en impuestos durante los sexenios de Calderón y Peña Nieto. No sorprende que sean los mismos de siempre: Televisa, Banamex, Grupo Carso, Cemex, ICA, Grupo Salinas, etc.

¿No está ligado el supuesto auge del “comunismo” con la memoria de cómo nos han gobernado las élites también apoyadas por “terceros países”? ¿No es el narcotráfico, al que no se le declara la guerra en la mentada carta, un invento netamente capitalista?

En definitiva, la crítica no sólo debe partir de la oposición hacia el sistema oficialista a mitad de su sexenio. Se han tardado demasiado en dirigirla hacia el interior de sus organizaciones y eso no hace más que abonar al desconcierto que los hace cada vez más inoperantes y susceptibles de caer en garras de conquistadores con espejitos.

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