Jaime Panqueva
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19/12/20

Cuarta Carta al Niño Dios en el año de la pandemia • Jaime Panqueva

“Llegamos al final de este año virulento…”
Cuarta Carta al Niño Dios en el año de la pandemia • Jaime Panqueva

Querido Niño Dios:

Llegamos al final de este año virulento agradecidos por todos los bienes recibidos, donde también incluyo los contagiosos, que si no nos han llevado al hospital o a la tumba, nos ayudaron a reflexionar sobre la fragilidad de la vida y la importancia del conocimiento científico.

Te agradezco también por aquellos presentes que te pedí el año pasado y tuviste la generosidad de concederme, a saber: el trono municipal para Lorena Alfaro (si se descuidan), la carta de renuncia de Elvira Paniagua (que no se la aceptaron), el nacimiento con el Marro para nuestro Fiscal (aunque no lo atrapó él) y las piyamas de rayas que siguen acechando cada vez más cerca a Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

No te preocupes por aquellos regalos pendientes; total, hay más tiempo que vida. Y como en el pedir está el dar, vuelvo a solicitar regalos a granel para cuanto menesteroso hay en la vida pública nacional e internacional. Y dice así:

Para los gobernadores rebeldes: Una partida del presupuesto federal que se llame Premio de Consolación.

Para Diego Sinhué: Una caja de kleenex tamaño familiar para enjugar tanta lágrima.

Para la oposición: lo mismo que pedí el año pasado: inteligencia y creatividad, cuánta falta les hace.

Para los FRENAzis vivientes: Un manual de campamentos y guía de supervivencia ideológica.

Para Joe Biden: Una flotilla de bulldozers para demoler muros, y que no le vayan a regalar el premio Nobel en su primer año…

Para Donald Trump: Un campo de golf que lo tenga entretenido otros cuatro años, y un celular chino sin cuenta de Twitter.

Para Alejandro Gertz Manero: Una carta de renuncia y un cupo en un centro geriátrico.

Para Ricardo Ortiz Gutiérrez: Una morena que audite los últimos seis años.

Para AMLO: Una rueda de prensa de a de veras, donde pueda usar un cubrebocas de a de veras. Una buena dosis de sensatez.

Para Hugo López Gatell: Tras culminar la pandemia, una candidatura a la alcaldía en alguna desprevenida ciudad de provincia (lo usual, vamos).

Para Salvador Cienfuegos: un nuevo boleto para Disneylandia y una cita con la Corte Penal Internacional.

Para Marcelo Ebrard: ¿Qué puedo pedir para él, si parece que lo tiene todo? ¡Ah, sí! Un poquito de humildad.

Para las feministas ultraviolentas: Un protestódromo engalanado con las imágenes de los grandes patriarcas nacionales y una caja de aerosoles.

Para los providas: Un kit ProAborto, para que puedan ofrecerle variedad a su clientela sin afectar su flujo de caja.

Para todos mis lectores, mucha paz y prosperidad. Vienen cosas mejores.

Felices fiestas para todos, si el Niño Dios lo permite.


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