viernes. 19.04.2024
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Jaime Panqueva
08:30
05/09/20

Nessun dorma

"...rogamos porque los demócratas sigan el mandato de la cruel Turandot: que nadie duerma."
Jaime Panqueva
Jaime Panqueva
Nessun dorma

Recuerdo los discursos del presidente norteamericano Donald Trump durante la nominación por su partido la semana pasada; su agresiva retórica con la que busca inspirar miedo y furor en su electorado. Por una parte, achacó a los demócratas la violencia de las protestas antirraciales y auguró la destrucción de la economía en caso de que este partido acceda a la Casa Blanca, edificio que utilizó, a pesar de legislaciones en contra, como telón de fondo de su aceptación como candidato. Por otra, se sigue presentando a sí mismo con el salvador de la nación, el gran reformador y el único capaz de poner las cosas en su lugar.

Impresiona cómo la prensa norteamericana parece perderle el paso para contrastar sus dichos con la realidad objetiva. La labia de Trump no conoce límites, es capaz de disfrazar su discurso supremacista diciendo que ha “hecho más por la comunidad afroamericana que ningún otro presidente desde Abraham Lincoln”. A la vez, arroja agua sucia al partido oponente al tacharlos de “comunistas”, algo que se considera un insulto en una sociedad epítome del capitalismo, y que nos regresa a la vieja dicotomía macartista de la guerra fría. Después de mí, el diluvio, solía decir Luis XV.

En menos de dos meses se realizarán las elecciones, y las estadísticas, nuevamente, están en contra de Trump. Aunque la ventaja, tras la convención republicana, ha vuelto a recortarse de doce a siete puntos, según la encuesta más reciente de USA Today/Suffolk University. Digo nuevamente, porque hace cuatro años vivimos el desinfle de la candidatura de Hillary Clinton, que llegó a las urnas con una ventaja que auguraba su triunfo. Surprise.

Las semanas faltantes serán decisivas, con eventos que están en centro de la atención pública: la evolución de la pandemia de covid, la reactivación económica y la evolución de las protestas antirraciales ante el develamiento de nuevos videos de brutalidad policial.

Vendrá el enfrentamiento directo entre los presidentes y vicepresidentes en los debates que podrían encausar a muchos indecisos por una de las dos opciones, y que pueden ser el punto débil de los demócratas en cuanto a Biden, pero a la vez una gran oportunidad por la calidad retórica de su aspirante a la vicepresidencia.

La moneda continúa en el aire; la oratoria del miedo y el orgullo de Trump, quien acostumbra cerrar sus mítines con la última aria de tenor que escribió Giacomo Puccini para su ópera póstuma, Turandot, se enfrenta al discurso del rescate de la dignidad y los valores, de Biden. Trump, fiel a su naturaleza, no tendrá empacho en usar cualquier método para obtener la victoria, nunca lo ha tenido. Esta semana, en Carolina del Norte, invitó a sus seguidores a votar dos veces. El mundo entero, que sufre los efectos de las políticas antimultilateralistas y antiecologistas de Trump, sigue en vilo. Muchos rogamos porque los demócratas sigan el mandato de la cruel Turandot: que nadie duerma.

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