El desastre • Jaime Panqueva
Se acabará este sexenio polarizado y covidoso sin que una de las grandes predicciones de los opositores del régimen haya siquiera llegado a cristalizarse: la destrucción absoluta de la economía y el establecimiento de un modelo comunista digno de otras autarquías subcontinentales.
Esta semana, nos siguió sorprendiendo a muchos que el peso cotizara por debajo de las 18 unidades por dólar, e incluso se comprara en ventanillas de las casas de cambio por debajo de los 17 pesos.
Mientras la inflación parece entrar en cintura, el dinamismo económico refleja dos visiones confrontadas que a pesar de las presiones externas pueden causar un boom manufacturero en los años que sigan a la partida de López Obrador del Palacio Nacional. Por una parte, el aumento sin precedentes en la confianza de los consumidores, en su capacidad para ahorrar y en las expectativas económicas a futuro que han crecido a lo largo de este sexenio para regresar a niveles tan altos como los registrados en los primeros años del gobierno de Felipe Calderón. (ver confianza del consumidor TResearch)
Estas perspectivas de los mexicanos de a pie se ven lastradas por el costo del crédito al que tienen acceso mientras los entes destinados a supervisarlas hacen la vista gorda. En el comparativo del CAT de tarjetas clásicas que realiza el Banco de México, muestra que el crédito por debajo de los 4.500 pesos puede alcanzar un costo anual del 144%. La mayor parte de los créditos en este rubro no baja de un CAT del 80% por año (ver tabla comparativa Banxico). Si a esto no se le llama usura legalizada, no sé qué nombre darle.
Pero si las expectativas del consumidor han mejorado y muestran un optimismo no visto en los sexenios anteriores, se percibe un sesgo divergente de los inversionistas del sector privado encuestados por la misma casa de estudios. El informe percepción del entorno económico de TResearch es pesimista: la mayoría ve un entorno negativo en los próximos seis meses y percibe el 2023 como un año muy malo para emprender negocios. Esto a pesar que 7 de cada 10 encuestados piensa que la economía va mejor que hace un año e, incluso, que hace tres. (ver percepción entorno económico) ¿Hablamos sólo de ambiente de negocios? ¿Está también esta visión relacionada con la inseguridad o las políticas impositivas y salariales que han mejorado el salario de los trabajadores a expensas de las utilidades de los emprendedores?
Para finalizar, hago un cambio rápido de tercio: A pesar de la revaluación del peso, el dinamismo de la balanza comercial se ha mantenido en parte a las políticas del nearshoring que lleva a cabo el sector industrial de los Estados Unidos (ver evolución de balanza comercial). Las políticas cada vez más restrictivas con las que amenaza el gobierno de Biden en sus relaciones comerciales con China, se refleja en el crecimiento de la actividad exportadora en México. La revaluación del peso, evita a su vez que las tensiones inflacionarias se disparen y reduce el porcentaje de deuda pública respecto al PIB, aunque el aumento en las tasas se refleja de inmediato en los costos de esa deuda…
Si bien estos son solo algunos de los elementos que configuran el clima de negocios, la película general muestra que estamos muy lejos del desastre pregonado por muchos y que quizás este sexenio terminará con una economía más fuerte y con mejores perspectivas de las pronosticadas.
Comentarios a mi correo electrónico: panquevadas@gmail.com