En la reciente Convención Nacional Bancaria celebrada en Acapulco, los banqueros expusieron que solo existen dos caminos a seguir:

El modelo actual, al que algunos maliciosos denominan vulgarmente neoliberalismo, o El populismo que en el pasado fue impulsado por Luis Echeverría, José López Portillo en la versión del Estado gerente, y Vicente Fox en la versión de populista de ultra derecha.

No es que los banqueros sean unos perfectos ignorantes en materia de economía al dejar de mencionar otros modelos de desarrollo, que han funcionado mejor que el actual.

Lo que pasa es que a ellos les conviene que ese modelo siga funcionando porque tienen inmensas ganancias, aunque más del 50% de los habitantes de México vivan en la pobreza y la informalidad sea de más del 62%.

¿A quiénes beneficia también el modelo neoliberal?

Obviamente a los gobernantes de la República Mexicana, desde Carlos Salinas de Gortari hasta nuestros días, y también a los gobernantes de Guanajuato, desde Carlos Medina hasta el Señor Cándido Miguel  Márquez, quienes en el presente artículo serán denominados las Momias de Guanajuato.

El modelo, en su versión nacional, se puede resumir en los puntos siguientes:

El objetivo fundamental de la política económica es la ESTABILIZACIÓN de precios, aplicando las medidas siguientes:

• El control de precios de la economía mexicana. Cuando se incrementan estos, se realiza la apertura a los mercados internacionales sin restricciones, provocando competencia desleal, porque las autoridades monetarias subsidian desde 1983 hasta 2014, un tipo de cambio subsidiado con las divisas petroleras.
• La  desactivación de la inversión mexicana, al otorgar mayores tasas de interés que la tasa de inflación y reducir el gasto público y la participación del gobierno en la economía.
• Al mantener fijo el tipo de cambio se subsidia a las empresas extranjeras que venden sus productos en México, como ha sucedido desde 1987 hasta 2015.
• Al pagar salarios miserables se desactiva la demanda agregada y se estabilizan los precios.

Este tipo de políticas también las realizan los gobernantes del estado de Guanajuato, en los siguientes términos.

• La Inversión Extranjera Directa se promueve en forma deliberada, ofreciendo los más bajos salarios del mundo, al menos en el sector automotriz.
• No se obliga a las empresas armadoras a utilizar un mínimo del 40% de los insumos guanajuatenses, y tampoco promueven programas de absorción ni mejora tecnológica, para que las multinacionales no se molesten.
• No se obliga a las empresas multinacionales que las divisas generadas se vendan en la economía de Guanajuato.
• No se impone como obligación a los centros de investigación el buscar acercamiento con los institutos y universidades que generan la tecnología de las empresas multinacionales.

Ante esta situación, las autoridades de Guanajuato y de México y a los banqueros, sólo se les ocurre decir que sólo hay una sopa, la que a ellos les conviene, y afirman que existe el riesgo de que el Neoliberalismo va a ser manchado por el populismo.

¡Ay, qué mello!

En contraparte existe un modelo de desarrollo igualmente capitalista, pero en el cual se busca la generación de un incremento de la demanda agregada y, sobre todo, el crecimiento y el freno a las gigantescas concentraciones de capital en unas cuantas familias.

Frente al neoliberalismo se ha construido un nuevo modelo, denominado Neo desarrollista (lo expone Francisco Suárez Dávila en el último ejemplar de la revista Este País). Corrige las deficiencias del desarrollismo (como el esquema ya rebasado de sustitución de importaciones) que floreció hasta los años setenta.

La esencia de ambos es que privilegian el crecimiento.

Así, estos países crecen más del 5%, como China, India, Vietnam, Indonesia, impulsados por medio de la participación del gobierno y se denomina Estado Desarrollador.

En realidad existe este modelo de desarrollo desde que Otto Von Bismarck impulso el desarrollo económico de Alemania, pasando por la etapa de alto crecimiento económico de la post guerra, la aplicación del Keynesianismo y el milagro de Japón, Corea del Sur, India, Los Tigres Asiáticos y recientemente, China.

En México se impulsó desde 1934 y hasta 1974. Fue exitoso y provocó tasas de crecimiento del PIB de más del 6% anual, con una tasa inflacionaria de menos del 2% anual.

La corrupción de los sexenios de Echeverría y López Portillo dio al traste con este modelo, pero es necesario impulsarlo, combinándolo con medidas de Libre mercado, para no tirar a la basura los cambios positivos de modelo actual.

También es indispensable que el combate a la corrupción sea el principal objetivo del gobierno.

De esta forma se trata de evitar que más del 30% del presupuesto público se gaste en proyectos no productivos que significan rentas para los políticos de todos los partidos, que han provocado que el desarrollo económico sea sacrificado en honor de los intereses partidarios y personales.

En términos teóricos, este modelo de desarrollo es heredero del propuesto por John Maynard Keynes, y adaptado a los paradigmas que han funcionado en épocas recientes.

Modelos de desarrollo de los precandidatos a la sucesión presidencial 2018

Dentro del paradigma neoliberal se identifica a los precandidatos siguientes:

• Margarita Zavala

• Ricardo Anaya

• Luis Videgaray

• José Antonio Meade

• Pedro Ferriz de Con

• Jorge Castañeda Gutman.

Dentro del paradigma keynesiano, a los precandidatos siguientes:

• Denise Dresser

• Andrés López Obrador

• Carmen Aristegui

• Cuauhtémoc Cárdenas

• Osorio Chong

• Manlio Flabio Beltrones.