El trabajo de descansar en verano

"El panorama para las mamás-chofer pinta, de un inicio, maravilloso. No más carreras matutinas intentando a convencer a sus retoños que es por su bien, revisando mochilas, uniformes, loncheras en un día a día que a estas alturas parece interminable"

El trabajo de descansar en verano

¡Terminan las claseeeees! Grito de guerra de estudiantes y madres exhaustas. Estamos a un paso y comienza el nuevo reto: ¿Qué haremos estas vacaciones? Algunos quizá tengan la oportunidad de compartir en familia unos días de descanso y diversión en algún sitio turístico, o visitando a la familia en algún lugar, pero seamos sinceros, la gran mayoría de los padres de familia tendrá –durante los días de descanso escolar– un horario laboral regular.

El panorama para las mamás-chofer pinta, de un inicio, maravilloso. No más carreras matutinas intentando a convencer a sus retoños que es por su bien, revisando mochilas, uniformes, loncheras en un día a día que a estas alturas parece interminable. Ahora tendrán idílicas mañanas rodeadas de niños felices, levantándose más tarde de lo usual y descansando mientras los pequeños se entretienen dulcemente en casa. Unos días después, veo nuevamente a esas queridas ingenuas volverse locas mientras sus pequeños corren y brincan dentro de la casa, disparándose y gritando de emoción, rebotando de un sillón a una puerta, discutiendo a quién le toca el juguete o el videojuego, y por supuesto llorando, culpando o defendiéndose según el papel que jugaron en una travesura que salió mal. Y eso en el caso de que sean niños sanos, juguetones e inquietos acorde a su edad.

Y es que muchas veces olvidamos que también para descansar hay que hacer la tarea: planear las actividades que podremos realizar en familia o las que pueden realizar los niños, ya sea por sí mismos o bajo supervisión de un adulto. Si estarán en casa o pasarán algunas horas en un Curso de Verano y quién estará a cargo de ellos. Justo en esta época, poco antes del último día de clases, comienza una batalla publicitaria y la oferta se maximiza: existen actividades de todo tipo y de diferente duración e intención. Y es nuestra labor como padres elegir con prudencia, tomando en cuenta nuestras circunstancias familiares, laborales, económicas, así como los gustos y habilidades de nuestros hijos, para convertir esta temporada en una experiencia motivadora y positiva.

Escuelas, museos, bibliotecas, clubes deportivos, centros culturales, academias, gimnasios, salones de fiestas e incluso personas independientes ofrecen actividades para los niños en estos días. Puede ser como actividades sueltas desde una o dos horas, ya sea en familia o únicamente los niños a cargo de un tallerista, o cursos que abarcan de una a varias semanas durante el transcurso de la mañana. Existen alternativas para madres y padres de familia trabajadores que ofrecen turnos completos, y otras que complementan una visita familiar al parque o al museo. El momento es ideal para iniciar a los niños en actividades artísticas o deportivas que no hayan experimentado antes, o de reafirmar gustos en cursos que profundicen su conocimiento o afición –Ojo, no se trata de un intensivo de regularización (a menos que hubiera sido prescrito por algún especialista y no haya otra alternativa) porque de lo que se trata es, al igual que los adultos, de salir de la rutina–. Por ello es importante revisar las opciones en familia, para que desde ese momento los niños sean parte de la elección y tomen la actividad como suya.

También hay que pensar que este tiempo tiene mucho de entretenimiento y juego. No hay que eliminar estos aspectos, porque son parte esencial de las vacaciones. Hay tiempo para todo, y para los niños la risa y el juego son como vitaminas que complementan su desarrollo integral. Una buena película en familia, ya sea en casa o en cine, un juego de mesa, un paseo por el parque y los momentos que nos regala la mascota de la familia, son recuerdos que los pequeños guardan como tesoros. Sí, llega el tiempo de descanso y relajación y podemos asegurarnos de tenerlo para cada miembro de la familia: levantarse un poco más tarde, tener un día de fachas o hasta organizar un Spa hogareño (¿Qué niño no disfrutaría embarrando la cara de mamá, papá y hasta él mismo de mezclas caseras o dar y recibir masajitos en la espalda?). Desgraciadamente, tenemos el caso de quienes prefieren enchufar al pequeño a la televisión, computadora y videojuegos bajo la bandera de Es que es lo único que le gusta… ¡Mentira! Un poco de entretenimiento de ese tipo no constituye problema, pero permitir que ello absorba la mayoría de sus vacaciones es fomentar la apatía de los niños por evitarse la fatiga de buscarles actividades constructivas, es deslindarse de la responsabilidad de ofrecerles una mejor opción, es limitarles el desarrollo personal.

Sí, esta temporada implica también un trabajo, pero puede ser uno muy placentero si consideramos que al salir de la rutina, estamos abriendo las puertas de nuevas y divertidas experiencias que dejarán huella en nuestros hijos y en toda nuestra familia. Disfrutemos el proceso y ¡Felices Vacaciones!