Pongamos que hablo de León • Septiembre: León y la Historia • Luis Ernesto Camarillo
Septiembre obliga a la reflexión sobre los sucesos que encaminaron a la independencia de México para el año de 1821. Como historiador, si bien tengo otras inclinaciones historiográficas, el hecho de ser de Guanajuato obliga a tener una postura sobre el proceso independentista, más del inicio y esos primeros nueve meses de la lucha que va del llamado Grito de Independencia a la captura de los héroes patricioshasta su fusilamiento: de septiembre de 1810 a julio de 1811.
Si bien Guanajuato, por ser capital de intendencia, así como el curato de Nuestra señora de los Dolores por ser ahí el sitio donde inicia la lucha, Atotonilco en San Miguel el Grande, y otros pueblos del centro de la entonces Nueva España tienenhistorias que contar sobre el hecho, hay otros de los que poco se habla, como es el caso de la entonces Villa de León, sitio que para 1810 tendría algo más de 18 mil habitantes y eran más importantes las haciendas de la periferia que el propio casco de la ciudad: Loza de los Padres, Santa Ana o Santa Rosa eran prósperas y, sin duda que esa bonanza atrajo a la turbamulta insurgente, así como a los realistas, para conseguir abastecimiento a sus ejércitos.
La entonces Villa de León vio entrar a un grupo de insurgentes el 27 de septiembre de ese 1810, un grupo que tomó la ciudad y, como en otras poblaciones, depuso a las autoridades y nombró a nuevas. En el caso de León toco el nombramiento de Sub Delegado al señor José Ramón Hoyos. Las huestes de Rafael Iriarte toman la ciudad por segunda ocasión en octubre del mismo año, y León sirve de enclave para extender las operaciones hacia el norte: Aguascalientes, Zacatecas y San Luis Potosí. Se conoce por las memorias de Toribio Esquivel Obregón que en León estuvo más tiempo Félix María Calleja y que habitó la casa de los Obregón, desde donde dispuso una serie de medidas para defender, tanto la ciudad como el resto de la intendencia y ciudades del derredor.
León y sus inmediaciones fueron teatro de batallas, pero la temprana muerte de quienes iniciaron el movimientoprovocó que la guerra se dirigiera a otros rumbos del sur del país, mas para el año 1817 vuelve a tomar notoriedad esta zona, con la llegada de Javier Mina a la Nueva España. Las células de insurgentes, que funcionaron más como guerrillas,sobrevivieron al acecho de los realistas, pero en la Sierra de Lobos se mantuvo un grupo importante de rebeldes en lo que se llamaba en fuerte del Sombrero.
Pascual Liñán tuvo al acecho el fuerte hasta que se logró su desocupación al bloquear el abasto de alimentos y agua. Los líderes debieron huir; Pedro Moreno y Javier Mina trataron de llegar al fuerte de los Remedios, ubicado en la sierra de Pénjamo, más en su huida, al pernoctar en el rancho el Venadito, cercano a la Tlachiquera, fue capturado el militar de origen español, y Pedro Moreno decapitado. En noviembre de ese año Mina fue fusilado como un traidor a la corona española y se dio fin a siete meses de campaña de un joven que revivió la lucha insurgente en el bajío novohispano.
De la guerra insurgente quedan como evidencias la calle 27 de septiembre, que pasa a un costado del templo del Barrio Arriba; también en el barrio de San Miguel están las calles Centenario e Independencia, ambas nombradas para las fiestas del Centenario en 1910. También en la plaza del mismo barrio, frente a la parroquia, está una columna dórica que conmemora el Centenario de la Independencia; aunque después de 113 años, pocos vecinos sabrán el motivo por el que fue levantada.
Escuelas, parques, calles, esculturas y otros elementos que funcionan como referentes sobre la efeméride fundacional del México Independiente. León, como sitio importante del centro de País, no podía quedar fuera de los acontecimientos y afectados sus intereses. Por eso debemos seguir indagando en nuestro pasado para conocer el verdadero impacto de la guerra de Independencia, que se juró en las casas consistoriales, localizadas frente a la Parroquia del Sagrario.
Rememoremos todos los días nuestro pasado, y retomemos las tradiciones que nos traen orgullo e identidad.
Vivan los héroes y heroínas que nos dieron patria y libertad y, por supuesto, ¡que viva León y Viva México!