miércoles. 24.04.2024
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Opinión • ¿Discurso demagógico, doble moral o esquizofrénico? • María Esther Bonilla López

“Cada mañana hemos estado escuchando el mismo discurso…”

Opinión • ¿Discurso demagógico, doble moral o esquizofrénico? • María Esther Bonilla López


Cada mañana hemos estado escuchando el mismo discurso. Al día 15 de abril de 2021, el Presidente López Obrador había encabezado 587 conferencias de prensa matutinas, con una duración en promedio de 108 minutos, había pronunciado la palabra conservador y sus derivados 1, 609 veces, y mencionado 54,324 afirmaciones no verdaderas, es decir, en promedio por día 86 afirmaciones sin sustento, 86 afirmaciones al día que carecen de argumentos, afirmaciones que están en la cabeza del presidente, afirmaciones que no admiten el mínimo de análisis de la Lógica, afirmaciones que se machacan como emblemas de una eterna campaña (http://www.spintcp.com/conferenciapresidente/infografia-50/).

No he sido tan masoquista para escucharlo todos, todos los días, pero sí he estado presente de alguna manera, y acudo a los datos confiables de instituciones de análisis político. Realizar un recuento cuantitativo y cualitativo, es decir, registrar los temas, las afirmaciones y las ocasiones en que repite una y otra vez que le robaron la elección en 2006, etc., puede ser atestiguado por cualquier ciudadano. La diferencia es que sus fanáticos no se cansan de escucharlo, sino que alimentan su alma con la esperanza de que seamos una dictadura más, sin posibilidades de desarrollo, con pobreza extrema, sin empleos dignos y con dádivas nocivas hasta que el país aguante. El colapso podría ser una guerra civil; a eso le apuestan sus seguidores.   

El colmo de la demagogia fue la publicación de la “Guía Ética para la Transformación de México”, documento que más bien debió titularse “Guía de todo lo que el Presidente nunca hará”, pues a lo largo de la lectura podemos constatar que los postulados del documento son la antítesis de lo que ha venido haciendo y diciendo el Presidente López Obrador y su partido. Esa guía es un buen ejemplo de la tan mencionada falta de coherencia y de congruencia, de la que debemos huir los padres de familia, los docentes, todo profesionista, todo gobernante, toda persona, de acuerdo con los especialistas en educación, en filosofía educativa, en psicología, etc. De acuerdo con el sentido común, no podemos caer en el tan mencionado ejemplo del padre de familia que educa para que su hijo proceda con “la verdad” y le ordena: “Dile que no estoy”.

La lectura de la guía es una ofensa para cualquier ciudadano, pues las palabras que allí se encuentran difieren totalmente con la realidad de lo que ha ido construyendo el Presidente en México. Texto y realidad son el blanco y el negro. Texto y realidad son el agua y el aceite. Solo a manera de ejemplo:

¿Qué dice la Guía Ética?

¿Qué hace el Presidente?

1. 1. Del respeto a la diferencia Evitemos imponer “nuestro mundo” al mundo de los demás La humanidad es diversa por naturaleza y de muchas maneras, y el ejercicio de la libertad desemboca de manera inevitable en la diversidad. En el caso de México, esta diversidad es religiosa, política, ideológica, económica, social, cultural, idiomática, de tradiciones y hábitos, de género e identidades sexuales. Cada estado, cada municipio y cada barrio tienen una identidad propia. No todas las personas son como tú, no todas piensan como tú piensas ni hablan como tú hablas, no todas actúan en la forma en que tú actúas. Respeta la forma de ser de los otros y no pretendas imponerles tus conductas, gustos, opiniones o preferencias (p. 9).

1. El Presidente todo el tiempo ha mostrado y sigue manifestando un desprecio a los que no piensan como él. No ha sido capaz de establecer un diálogo con quien piensa diferente sino que a priori los descalifica ¿dónde está el respeto? Siempre ha expresado menosprecio, rechazo y burla a los que no piensan como él.

Un ejemplo entre miles es: cómo ha desestimado el valiosísimo trabajo de los profesionales de la salud del sector privado ante la pandemia, no ha autorizado la aplicación de la vacuna ¿por qué? ¿ahí está demostrando respeto?

A las mujeres que se manifestaron el 8 de marzo las descalificó como fifís… No se diga la polarización que ha estado alimentando todo el tiempo ¿dónde está el respeto?

2. Una persona miente cuando tergiversa o deforma los hechos en forma deliberada, aun sabiendo que lo que expone es parcial o totalmente falso. Esa conducta deteriora rápidamente las relaciones sociales y a la larga termina por afectar al mentiroso. Defiende la verdad en la que crees y abre tu mente a la verdad de los otros, y sobre todo no te aferres en la defensa de una mentira. Una forma particularmente perniciosa de la falsedad es prometer algo y no cumplirlo, o prometer acciones en un sentido y posteriormente actuar en sentido contrario, es decir, faltar a un compromiso adquirido. Existe la traición a la palabra propia y, aun más grave, la traición a la confianza de los demás. La mentira y la traición destruyen la confianza, que es la credibilidad que otras personas han depositado en ti. Cuando esas prácticas se extienden y generalizan, acaban con los cimientos mismos de la convivencia civilizada. Exprésate siempre con veracidad, honra tu palabra y no abuses de la confianza de nadie (pp. 16-17).

2. El Presidente miente y deforma los hechos en forma deliberada.

Justamente ha hecho lo opuesto a proceder con verdad.

Ha traicionado nuestra confianza y no tiene credibilidad.

Está dañando nuestra convivencia como sociedad y país.

3. De las leyes y la justicia. No basta con que existan leyes para que haya justicia. Debe haber además instituciones apegadas a la legalidad y servidores públicos dispuestos a cumplirla en forma imparcial, equitativa y sin distingo. A eso se le llama “Estado de derecho” y de esa forma se genera en la sociedad certidumbre jurídica. Cuando, por el contrario, las leyes no se aplican o se aplican en forma facciosa, discrecional y arbitraria, proliferan la injusticia y la impunidad; es a lo que se le llama “Estado de chueco”. Si la justicia depende de ti, procura ponerte en el lugar de quienes la reclaman y de actuar apegado a leyes y reglamentos y de acuerdo con tu conciencia (pp. 21-22).

3. El Presidente ha estado violando la Constitución, ha estado modificándola a su capricho, sigue haciendo campaña cada día, cuando por ley no debería de hacerlo.

Ha estado violando leyes y ha estado haciendo lo contrario de lo que menciona la guía: blanco y negro.

Se burla del Estado de Derecho.

4. De la autoridad y el poder. El poder sólo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás. El poder es la facultad de actuar y tomar decisiones en nombre de otros. La autoridad es la confianza que otros depositan en ti para que actúes en función de sus necesidades y de su interés. Ni el poder ni la autoridad son derechos o atributos de tu persona. Uno y otra sólo tienen sentido ético cuando se ejercen para servir a los demás. Si lo usas en provecho propio o de tus allegados incurres en corrupción, perviertes el cargo, traicionas la confianza depositada en ti, destruyes tu dignidad y tu prestigio, dañas a tu familia y a tus personas cercanas y no conocerás la satisfacción de servir a los demás (pp. 19.20).

4. El Presidente y su partido han estado usando el poder en beneficio propio, han estado politizando el resentimiento y polarizando por medio de amenazas entre otros recursos, están promoviendo la violencia en lugar de combatirla. Por ejemplo, cuando Félix Salgado Macedonio se dirigió a sus huestes morenistas, refiriéndose al Dr. Lorenzo Córdova Vianello: “¿No le gustaría al pueblo de México saber dónde vive Lorenzo Córdova? ¿Cómo está su casita? ¿De qué lámina negra, que cuando llueve gotea y moja su cuerpo? ¡Cabroncito!”.

Y después, Félix Salgado colocó una corona fúnebre sobre un ataúd que llevaba el nombre del Consejero Presidente del INE.

¿Esa es una actitud ética?

5. La política es un asunto de todos. Aunque no ocupes un cargo público, no debes desentenderte de los asuntos políticos ni descuidar cosas que son del interés general. Individuos y sociedades apáticas son alimento del autoritarismo y la opresión. Mantener una actitud participativa, crítica y vigilante sobre tus gobernantes es la esencia de la democracia y la mejor manera de preservar la libertad, el bienestar y la paz (p. 23).

5. La actitud “participativa, crítica y vigilante sobre los gobernantes que es esencia de la democracia y la mejor manera de preservar la libertad, el bienestar y la paz” ha sido y es menospreciada y rechazada por el Presidente y su partido.

Lo que él desea es “que se alimente su autoritarismo y su opresión”, está destruyendo los pilares de la democracia.

 

Más claro, ni el agua. Estamos ante un discurso sumamente dañino. El Presidente dice mentiras, habla desde el autoritarismo, descalifica la postura de quienes piensan diferente, es antidemocrático, está violando la Constitución y publica una “Guía ética para la Transformación de México” que da risa, que está de florero, cuyo contenido es diariamente pisoteado por el Presidente y sus seguidores.

En un artículo titulado De linchamientos y linchadores, publicado en Excélsior el 3 de marzo de 2021, la Dra. María Amparo Casar afirma que aparte del linchamiento político, el instrumento preferido del presidente López Obrador es el linchamiento mediático, señala que:

“Su medio de comunicación es la conferencia matutina. A la gran mayoría de sus críticos y a las instituciones a las que pertenecemos nos ha linchado sistemáticamente y nos ha dejado, como dice Carlos Elizondo, en una posición difícil. Si no contestamos, pareciera que otorgamos. Si lo hacemos, contribuimos a su maniática retórica de inventar adversarios y desviar la atención de los problemas que, lejos de resolver, ha agravado.

Una de sus críticas favoritas es que callamos como momias en sexenios anteriores. Hay pruebas abundantes y contundentes de que no fue así y él lo sabe. Engaña a sabiendas de que no puede probar su dicho, pero de que él es el dueño de las mañaneras y ahí no hay quien lo enfrente. Ni los diarios y noticieros callaron ni tampoco lo hicimos la gran mayoría de los editorialistas, académicos e intelectuales que seguimos haciendo lo que hacíamos en el pasado y seguiremos haciendo en el futuro. Dañar de manera deliberada y mentirosa la reputación de sus críticos es muy grave, denota un talante autoritario y atenta contra la libertad de expresión.

Tanto o más peligroso es el linchamiento mediático que ha hecho de las instituciones autónomas que aún no controla y por las que antes de ser Presidente suspiraba. Lo ha hecho con el INE, el INAI, la CNDH, cuando su titular no respondía a sus órdenes, con la Cofece, el IFT, el SNA y todas las demás. Toca ahora a la Auditoría Superior de la Federación. (…)

“Basta de linchamientos”, ha dicho el principal linchador en su incomprensible defensa de Salgado Macedonio. Reviro: basta de linchamientos desde la posición privilegiada del Presidente a los medios de comunicación, a las organizaciones de la sociedad civil y a los que asumimos la tarea de analizar y criticar los actos de gobierno.

Basta de linchamientos a las instituciones creadas para vigilarlo y contener sus arbitrariedades. El lunes, en su conferencia matutina, volvió a decir: “El tribunal que me juzga es mi conciencia”. No, señor, a quien le toca juzgarlo es —además de a la opinión pública y a la opinión publicada— a las instituciones legalmente constituidas para hacerlo”

Estamos entonces, ante una Guía Ética que el Presidente pisotea cada mañana, cada día, cada minuto. Estamos también ante una retórica de doble moral, de hipocresía y de esquizofrenia. Estamos ante un gobierno que carece de respeto a la diferencia.

El Presidente ha pronunciado más de 50 mil afirmaciones no verdaderas, afirmaciones que carecen de sustento, afirmaciones que están en su mente de los años setenta y que, desafortunadamente, miles de mexicanos aplauden a ciegas.

El hecho de haber repetido más de 1,600 veces la palabra “conservador” es porque ha repetido también muchas veces el supuesto fraude en 2006; invierte tiempo y energía en culpar y culpar y culpar a sus adversarios, como un niño resentido que no puede olvidar que en tercero de primaria un compañerito le sacó la lengua y eso le impide vivir el presente. En lugar de enfrentar los problemas actuales y buscar soluciones a través de una convocatoria de expertos en todos los temas y un diálogo nacional, López Obrador sigue repitiendo que un día alguien le sacó la lengua. Un hecho también muy preocupante es cómo el Presidente y algunos de sus seguidores han estado alentando a la violencia.

¿Qué sigue?, ¿una guerra civil?, esperamos que no, a pesar de la “maniática retórica”. Esperamos que muchos mexicanos abran los ojos ante estos desastres. Votemos este 6 de junio.

*Licenciada en Letras Españolas por la Universidad de Guanajuato,

Maestra en Desarrollo Educativo y Doctora en Educación por la Universidad Pedagógica Nacional.