Opinión • 450 años de León • Miguel Ángel García Gómez

En 1976 se festejaron los primeros 400 años de fundación de León. Estamos a unos meses de hacer lo propio medio siglo después, cuando aquel 76 aún está en la memoria de muchos leoneses que lo vivimos, que celebramos cuando vimos, por ejemplo, a nuestro equipo de futbol portando en la camiseta el orgulloso: “León 400”, utilizada durante las temporadas 1975-1976 y 1976-1977, equipo que formaba con jugadores como los Hermanos Razo, Batocletti, el Capi Ayala, Salomone, Alberto Jorge, Mantegazza, Manuel Guillén, etc. Este equipo y esta camiseta, ahora parte de nuestra memoria, fueron también emblema e identificador de los festejos que en el transcurso de aquel año se dieron en todos los ámbitos, desde el deportivo, artístico y cultural hasta la música y fiestas tradicionales. 2026, el año que viene, podrá ser un año memorable también, por cumplirse 450 años de la fecha de fundación formal de León.

Alberto Cortés fue el artista que el 10 de enero, en el marco de la feria que cada año celebra la fundación, actuó en el baile de coronación de la Reina; la presentación de Joan Manuel Serrat el 11 de mayo en el teatro del Seguro Social, o la inauguración de la remodelación de la Plaza de los Fundadores con su fuente de los leones (originalmente llamada “Fuente IV Centenario”), o la participación de la Universidad de Guanajuato por medio del Teatro Universitario, entonces dirigido por Enrique Ruelas, presentándose en San Juan de Dios la obra Pasos de Lope de Rueda, y tantos otros eventos y obras materiales que a lo largo de aquel año nos permitieron reafirmar la identidad a través de recordar la fundación formal de la ciudad el 20 de enero de 1576.

Una estampilla postal y un trofeo emblemático fueron algunos de los elementos que dieron identidad objetiva a la celebración; el orgullo de lo leonés fue el centro de la conmemoración. Cada uno de los leoneses de entonces tenemos un recuerdo particular, un evento o un hecho que permaneció en nuestro recuerdo de niños, jóvenes y adultos que vivimos ese año; seguramente lo guardamos como uno particularmente significativo, como una suerte de privilegio que nos permitió vivir año y celebración tan especial, hoy tan lejana y a la vez tan cercana en la memoria.

La Casa de la Cultura, dirigida entonces por el Lic. Eduardo Salceda López, publicó la revista IV Centenario, en cuyo número 1, de abril de 1975 (este mes se cumple ya medio siglo) se da cuenta de la forma como se preparó la celebración de la Fundación a partir de la solicitud a la Legislatura del Estado para que se decretara a 1976 como el año de la Celebración del Cuarto Centenario, para posteriormente formar un organismo especial que integra un Coordinador General que es el señor Rodolfo Padilla y ha establecido una oficina en las antesalas de la Presidencia Municipal que atiende el Lic. Jorge del Campo y ha nominado más de cincuenta comisiones coordinadoras, cada una de las cuales tiene una misión específica para que prepara un programa a desarrollar durante 1976… Atento el Dr. Lozano Madrazo a la coordinación con que actualmente se trabaja en la cosa pública, para lograr mayor efectividad y unidad entre pueblo y autoridades, ha invitado al Primer Mandatario del Estado, al Lic. Luis H. Ducoing, para que presida también el Comité y preste su más amplia y decidida cooperación, la cual no se ha hecho esperar, pues el Lic. Ducoing, además de haber invitado ya al Presidente de México y haber logrado que esté con nosotros en enero de 1976, trajo a León una serie de obras de inmediata realización que simultáneamente, al resolver graves y ancestrales problemas, serán base de la infraestructura de León moderno y digno.
En el número 2 de la misma revista se escribió: “La celebración del IV Centenario de la Fundación de León no se reducirá solamente a eventos sociales, artísticos, culturales y deportivos, sino que se busca plasmar esa celebración en algo más trascendente como es la serie de obras, que simultáneamente vengan a resolver problemas ancestrales, sean base de una infraestructura que permita el pleno desarrollo y progreso de los leoneses…”. También se anotaba: “Existe un optimismo contagioso para lograr el éxito apetecido pues poco a poco se está logrando que diversas instituciones aporten su cooperación…”.
En 1976 León era una ciudad que rebasaba ya los 500 mil habitantes y ocupaba una superficie de poco más de 4 mil has., habiendo tenido un crecimiento extensivo en las dos décadas previas. El 14 de febrero de ese 1976, el Sol de León publica una nota que dice en su título: “En un 235% creció el área citadina. Se multiplican los problemas urbanos”, y dice en el texto: […] en solo 25 años (León) duplicó su número de habitantes […] tomando por sorpresa a una ciudad con una inadecuada infraestructura y dando como consecuencia también, la multiplicación de los problemas urbanos. Tres días después, el 17 de febrero, se publica en el mismo medio una nota con el encabezado: “25 mil viviendas sin drenaje”: […] de las 50 mil tomas instaladas en la ciudad, 25 mil carecen de la salida natural de las aguas. Esto nos puede dar una idea del tipo de problemas urbanos que los leoneses de entonces se ocupaban de enfrentar y resolver. Tal como ahora en la escala metropolitana, los problemas urbanos eran una de las necesidades por atender para una sociedad leonesa que, por su empeño y laboriosidad, buscaban que la celebración no sólo fuera en los ámbitos sociales o culturales, sino que se trasladara al de la infraestructura y atención de los problemas urbanos.
Fue en abril de 1975, este mes hará 50 años, cuando las comisiones coordinadoras, de acuerdo con la publicación mencionada, presentaron sus anteproyectos de programas que dieran lugar posteriormente a un anteproyecto general. Estamos entonces en el tiempo del inicio de los preparativos para festejar los 450 años. Sabemos que ya hay muchos leoneses preparando con entusiasmo la celebración de 2026; el 20 de enero del año próximo será especial, volveremos a recordar y a celebrarnos como leoneses, tendremos nuevamente la posibilidad de ser testigos de una celebración que reafirmará nuestra identidad (aunque ahora se habla más de “identidades” para referirse a la diversidad de manifestaciones identitarias de una ciudad metropolitana tan compleja como es hoy León). Hoy, por su escala, León está formada por un mosaico de entornos urbanos diferenciados por su condición material y su distancia respecto de la ciudad histórica (formada por su centro histórico y barrios tradicionales) que multiplica las necesidades de atención, tanto en lo material como en lo social, cultural, deportivo, etc. El centro histórico que en 1976 fue intervenido con obras como la plaza de los fundadores y posteriormente con la zona peatonal (en 1978), tiene su equivalente urbano actual en la Ciudad Histórica de León: si comparamos el tamaño que tenía León en 1976 con el que tendrá en 2026, nos damos cuenta de que la parte histórica se hará más pequeña en relación con el área total de una ciudad que crece y lo seguirá haciendo en las siguientes décadas, hasta el punto en el que la Ciudad Histórica sea sólo una pequeña parte de la complejidad metropolitana de los próximos años.
En 2007 se realizó en León un evento internacional sobre Centros Históricos, del que surgió una Declaratoria cuyas propuestas se convirtieron en la agenda de muchas ciudades del país para la atención de su patrimonio, sus centros históricos y la preservación de su identidad. En 2016 publiqué un texto en este mismo espacio en el que daba cuenta de dicho evento, así como del surgimiento del Proyecto Ciudad Histórica de León, texto que se puede consultar aquí. Desde 2007 entonces se viene promoviendo que la Ciudad Histórica de León sea declarada como Patrimonio Cultural del Estado de Guanajuato, en los términos de la ley correspondiente. La Ciudad Histórica de León ocupaba en 1976 casi la cuarta parte del área total de la ciudad, mientras que para 2026, cincuenta años después, esta misma Ciudad Histórica corresponderá sólo al 4.5% del área total del actual León metropolitano.
El gráfico que acompaña esta colaboración ilustra el cambio de escala de la actual ciudad metropolitana de León respecto de lo que era hace ya cincuenta años, más de tres veces el número de sus habitantes en una extensión mayor a cinco veces la de entonces. La celebración de los 450 primeros años de vida de la ciudad de León será motivo para recuperar la memoria, recordar lo que hemos sido y proyectar lo que seremos en el futuro. Por cierto, la Declaratoria para la Ciudad Histórica de León como Patrimonio Cultural sería una buena forma de celebrar que esta área urbana es la de la memoria e identidad de lo leonés, es nuestro patrimonio.