sábado. 15.03.2025
El Tiempo

Esclavo y amo de ¿la letra de la canción? El derecho moral de integridad • Sara Janeth Esquivel

“¿Quién es el amo y quién el esclavo de esa canción que cantarás con tanta efusividad en estas fiestas patrias?”
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Javier Solís
Esclavo y amo de ¿la letra de la canción? El derecho moral de integridad • Sara Janeth Esquivel


El bullicio sabatino en las calles es acompañado por motivos tricolores por todos lados: desde los carritos ambulantes que ofrecen a la venta banderas, corbatines, moños, trajes típicosy más productos; hasta las calles, casas, oficinas y restaurantes adornados con sombreros, rebozos y banderas. En este tricolor ambiente, estando con seres queridos en un restaurante, entre deliciosa comida típica mexicana y papel picado multicolor enmarcando el techo del lugar, se aproxima un grupo de mariachis y preguntan si quiero alguna canción. El grupo de músicos uniforme e impecablemente vestidos se mantuvieron alertas para levantar sus instrumentos musicales a la mínima señal de afirmativa, mientras uno de ellos repasaba su repertorio para mi elección. Determinada y sin demora, contesté: “Esclavo y amo” de Javier Solís.

El grupo de mariachis comenzó su maravillosainterpretación: No sé qué tienen tus ojos, no sé qué tiene tu boca… Continuaba la interpretación y los de la mesa acompañándolos también, y llegando la frase “Me siento morir mil veces cuando no te estoy…” de repente un ligero titubeo entre los que entonábamos la canción en la mesa, en las mesas aledañas, y los mariachis al momento de terminar con la frase “…mirando…”. ¿Mirando? ¿amando? ¿cómo va?

El momento de titubeo, según comentamos en la mesa, se debe a que en la versión de esta canción interpretada por el grupo musical peruano “Los pasteles verdes”, esta frase finaliza “Me siento morir mil veces cuando no te estoy amando”, versión que hace algunos ayeres fuera también muy popular. Probablemente, al momento de cantarla, algunos relacionaron esa palabra con la versión de Los pasteles verdes y otros no.

Lo anterior me hizo preguntarme en lo que el autor de la letra de la canción, el compositor José Vaca Flores, pensaría por el cambio de una palabra en la letra. Pero, lectores, para nada es lo mismo el verbo “mirar” que “amar” en el contexto de la canción. ¿O sí? ¿El cambio importa? ¿cambia el sentido de la canción? ¿cambia el sentido de la frase, de la canción completa? ¿qué pensaría al respecto el autor, José Vaca Flores? ¿Pensaría que la frase tiene más sentido o es más acorde a lo que quería expresar, con el verbo “mirar”?

Estas preguntas son el preámbulo para abordar un derecho de autor íntimo e importante: el derecho moral de integridad. ¿Qué es y por qué es importante para el autor?

Mientras el mariachi continúa la interpretación con su desgarrador ¿Qué influencia tienen tus labios, que cuando me besan tiemblo?, empecemos por reflexionar en el acto de creación. Cuando el ser humano crea una obra literaria, artística, un invento, deja de sí en un objeto, que es el soporte material de la creación, llámese obra pictórica, un dibujo, una caricatura, una formulación, una película, entre muchas otras materializaciones; y de pasar de ser solo un objeto, se convierte en una obra literaria o artística. El autor dota al objeto de otra vida, donde hay trozos de humanidad del creador.

Entonces, podríamos decir que el acto de creación es la posibilidad de dejar sombras de la propia impronta e ingenio del creador fuera de su propio cuerpo. Justo así es como trasciende este tipo de propiedad (propiedad intelectual), no como en el caso de la propiedad privada a través de alguna herencia o donación, sino en la verdadera entrega, darse a sí mismo como autor, inventor, como creador, y legarla a la humanidad.

Ante tal vínculo tan íntimo entre autor y obra, es natural y legal que el autor tenga el derecho a que su obra sea respetada, tal cual la creó, y que tenga el derecho a oponerse a cualquier acto que la deforme, mutile o modifique, así como cualquier acción o atentado a la misma que cause demérito a la obra o perjuicio a la reputación de su autor, y al ser éste un derecho moral, es perpetuo. Esto es justamente el derecho de integridad: el respeto a la obra en las vertientes antes apuntadas, consagrado en el artículo 21 en la fracción III de la Ley Federal del Derecho de Autor, que viene incluso desde el Convenio de Berna para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas, instrumentointernacional que es la piedra angular de la protección al derecho de autor, en su artículo 6 bis 1).

Así entonces, y como ya vimos en el artículo anterior, el cantante necesita la autorización para interpretar la canción por parte de su compositor, pero no tiene el derecho de modificar, deformar o mutilar la letra. Esta situación se torna complicada, pues desde un punto de vista fáctico es sencillo que, al estar cantando una canción, se le cambie la letra.

Incluso, vemos esta situación muy seguido y en todos los géneros, en artistas nacionales e internacionales, sobre todo en los conciertos en vivo. Por mencionar algunos, artistas como Bob Dylan, Bono de U2, Taylor Swift recién en sus presentaciones en nuestro país, el “Divo de Juárez” Juan Gabriel (quien, por cierto, con todo y avión rosa conmemorativo, estrena álbum con canciones inéditas pese a estar fallecido, interesante caso de cómo operan las sucesiones en el derecho intelectual, que se abordará en un próximo artículo), han modificado la letra de las canciones que interpretan.

Por otro lado, hay que considerar también la magnitud de la modificación, si es sustancial, hasta qué punto lo es o no, o si existió mutilación, deformación, o bien, si la modificación fue menor pero causó demérito a la obra, si cambió su sentido, si estos cambios resultaron en perjuicio a la reputación del autor. 

Bien, pues sin olvidar que pueden existir compromisos contractuales con los sellos discográficos que apunten a la integridad no sólo de la letra sino de la canción en su conjunto (letra y música), un factor importante es el hecho de que el intérprete sea también el autor, como es el caso de los artistas antes nombrados, pues de inicio tendrían el derecho de modificar su propia obra. Pero cuando el intérprete no es el autor, es donde puede existir una probable trasgresión al derecho moral de integridad y, en consecuencia, los reclamos legales, de acuerdo con elartículo 216 bis de la ley autoral antes mencionada.

Así, podríamos concluir que el compositor se erige como el amo de su canción, y a su vez, y al no tener la facultad de modificarla, deformarla o mutilarla, el intérprete es esclavo (en el sentido de que carece de libertad) de la integridad de la canción. En el caso de la canción que ha motivado estas reflexiones, el indudable amo es el compositor José Vaca Flores, y ha tenido diversos intérpretes o “esclavos” del derecho moral de integridad de la canción, como lo son el mismísimo Rey del Bolero Ranchero, Javier Solís y Los pasteles verdes, cuyo vocalista a propósito de las reflexiones, interpreta la letra cambiando una palabra, y en el deber ser, este cambio debió ser consentido por José Vaca Flores.

Llega el final de la melodía que pedí, y entre las últimasnotas de las cuerdas del mariachi en mi mesa, hemos encontrado al Amo y al esclavo de la letra de esta gran canción y, con la anuencia del compositor José Vaca Flores, le hemos encontrado un doble sentido a eso de ser esclavo y amo: el romántico y el legal. Ahora pregunto, querido lector: ¿Quién es el amo y quién el esclavo de esa canción que cantarás con tanta efusividad en estas fiestas patrias?  

Sara Janeth Esquivel Soto.

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