Opinión • Metalismo • Víctor Hugo Pérez Nieto
n esta ocasión abordaré una preocupación que nos aquejaa muchos, no solamente en México, sino en casi cualquierlugar del orbe: la preservación de nuestros escasos ahorros,sobre todo a quienes estamos ya en una línea que cruzó lamedia de la edad laboral. (Si tienes más de 45 años teinteresa el tema).
Ya no existen las jubilaciones dignas y lo que ocurra conlas AFORES es algo que me tiene casi sin cuidado.Fueron la gran estafa del siglo XX y ya bien entrado el siglo XXI continúan siéndolo.
Decía mi abuela “quién de joven no guarda, de viejo ladra”. Y todo trabajador y profesionista de a pie debebuscar la manera, ya no de invertir, sino de evitar que el dinero que logre guardar se le devalúe.
Y como no soy economista que les pueda sugerir fibras o instrumentos de inversión, sino uno de esos ciudadanosde a pie, la situación que percibo es la siguiente:
La propiedad privada está en riesgo con las políticas populistas que se le puedan ocurrir al gobierno en turno.Invertir para tu futuro en propiedades es como poner todos los huevos en la misma canasta: si se congelan las rentas o te expropian, quedarás como empezaste. Y aunque los inmuebles tienden a apreciarse con rapidez, como factor en contra tienen la poca liquidez en caso de que requieras disponer de tus ahorros de manera inmediata. Además, rentar es tedioso y puede ser frustrante. Se supone que lo que buscas ya viejo es descanso, no más mortificaciones. No obstante, estáopción es por lo pronto una de las mejores.
El ahorro en dólares es otra opción, siempre y cuandotengamos en cuenta que el dólar es una moneda fiat,expuesta a las fluctuaciones y que no tiene un valor intrínseco real. El que tiene la imprenta saca los boletoscomo quiere y al precio que quiere. Está burbuja tarde o temprano explotará, e igualmente, terminaremos comocomenzamos. Invertir en bonos del tesoro es ya máscomplicado y necesitaras asesoría de un experto. Ya no espara un ahorrador común y corriente de clase trabajadora.
El Bitcoin ni lo abordo, ya quedó lejos de los ciudadanosde a pie. Hace 15 años una bolsa de papitas valía mas queuna criptomoneda, muchos las perdieron en suscomputadoras viejas y hoy tienen mas valor que el oro.Quién no las compró hace una década, perdió laoportunidad, aunque el hubiera no existe. El que tenga unpar de Bitcoins en su cartera de ahorros no tiene de quepreocuparse, quizás solo convertirlo en algo tangible comooro antes de que se desplome, quién no compró cuandoestaban al alcance ya se la peló por el momento.
Otra opción es la plata. En mis últimas vacaciones salí del país 2 semanas aprovechando que logré comprar unpaquete de viaje a inicio de año, antes de las elecciones, cuando presumían al súper peso y el dólar todavía rondaba los 16 “súper pesos”. También logré hacerme de algunas onzas libertad a menos de 500 pesos. La semana pasada que regresé de vacaciones, quise comprar otro lote de libertades y en Banco Azteca ya estaban a $694 por unidad. El dólar a 20 ex súper pesos. Muy malas señales para el corto plazo.
Podría recomendar el ahorro en plata, pero tiene uninconveniente: es un metal muy volátil ya que está expuesto a las especulaciones, más que a la oferta y la demanda debido a que por su uso industrial en celdas fotovoltaicas y autos
eléctricos, no la dejarán nunca llegar a su valor justo. Esobvio que a Elon Musk le conviene más pagar la onza de plata para Tesla a 29 que a 60 dólares, que es aproximadamente su costo estimado real, medido por elratio oro/plata histórico. México, quien es el principalproductor de plata a nivel mundial, puede intervenir monetizando nuevamente la plata y sacarla a circular con un elevado valor nominal para evitar que llegue a su puntode fusión (así se le llama cuando el valor intrínseco de una moneda excede al valor nominal y es más rentable fundirlas y hacerlas lingotes). Si a una moneda bimetálica con centro de 10 gramos de plata esterlina y aro decuproniquel se le da un valor nominal de mil pesos y se respalda al cambio de 1 grano (ojo, grano, no gramo) deoro de 10 kilates, tendría un valor intrínseco, un respaldo, y continuaría circulando sin fundirse, ya que no sería rentable hacerlo ni sacarla de la circulación, si la onza de plata pura 0.999 se puede conseguir a $694.00. Algosimilar, pero a la inversa ocurrió con las primeras onzas debalanza: costaban 6 pesos mientras que en los 40’scirculaba una moneda de ley 900 y casi 29 gramos de pesocon valor nominal de 5 pesos (el famoso Cuauhtémoc).Nadie compró aquellas primeras piezas que hoy son de un alto valor numismático porque casi todas quedaron enstock y se volvieron a fundir.
La siguiente opción que, aunque sería la ideal, no está alalcance de todos, es el oro. Es verdad que tiene un premium muy alto (se compra caro y se vende barato), pero es inusual ver caer su precio y por lo regular, siemprese terminará superando ese premium que se pagó de más.La desventaja es su almacenamiento. Ni puedes conseguirlo y acumularlo fácil, y sobre todo, no puedes tener en tu casa así como así 20 centenarios o 20 onzas de 24 kilates. Cualquiera estaría dispuesto a torcerte elpescuezo. Tampoco es buena opción enterrarlo en el jardín. Y tenerlo en activos es como tenerlo pero no.
Así que no sería mala idea que el gobierno monetizara nuevamente la plata para su cuño corriente (el peso resplandor circuló por todo el mundo durante 35 años), y como en los viejos tiempos, llenar el cochinito sin tanto riesgo de ver que se esfumen todos tus ahorros, que las polillas se coman tus billetes de 100 dólares o tus bieneste los expropie el gobierno, y si no te los quitan, al finaltampoco te vas a poder llevar ni siquiera una escritura al más allá.
La miseria que te dará tu AFORE podrás complementarla con algo de efectivo para tener una vejez más digna y chuparte tu plata, porque en el cielo no encontrarás bancos ni banqueros. Todos están en el infierno.