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UN RATITO DE TENMEALLÁ

Entrevista con Manolo Marcos

Francisco Rangel

Entrevista con Manolo Marcos

P ¿Cuál es tu filosofía de la composición?

R En una sola imagen, en un sólo verso, puede condensarse lo más importante que uno tenga que decir. Asumí este paradigma cuando reparé en la importancia de la brevedad. Siempre me he enfrentado a poemas de "largo aliento", por ejemplo los que contiene el Canto General de Neruda, con escepticismo y falta de fe. No creo que una poética haya de tener necesariamente un determinado tipo de lirismo o un  número de versos mínimo ni nada parecido. La composición está particularmente relacionada con el estilo, hasta el punto de condicionarse mutuamente, así que es el estilo, es decir, el temperamento artístico, el que lo elige a uno y va dando forma a los poemas. No hay propiamente una filosofía de la composición en mis poemas, sino una filosofía de la emoción: la composición está al servicio de ella.

P Hay tres cosas que se pueden identificar en tu poesía claramente: Humor (en la más de las veces ácido); un ritmo claro, preciso, de respiración natural; y la búsqueda de imágenes de tinte surrealista o dadá, pero a diferencia de aquellas vanguardias, lo tuyo trata de comunicar algo concreto. Empecemos por lo primero ¿Qué entiendes por humor? Y ¿Cómo lo proyectas dentro de sus artefactos literarios?

R Es una definición certera. El sentido del humor en poesía, como bien sabes, es difícil de tratar, no tiene, ni ha tenido nunca buena prensa, excepto en la figura, genial y fuera de serie, de Nicanor Parra. La poesía ha estado siempre revestida de un halo de solemnidad, en la mayoría de los casos, ridículo y pomposo; no obstante, la mejor poesía ha de tener siempre una gravedad, una seriedad (por más que se le haga aparecer a través de la ironía) acorde a los problemas del hombre, y a su condición de bípedo implume, mortalmente herido de literatura y vida. Trato de no perder nunca el humor, procuro dosificarlo en ácidas gotas, precisamente para dotar al poema de intensidad reflexiva: lo que los cursis llaman profundidad.

P El ritmo. ¿Cómo lidias con él? Principalmente porque tus textos guardan mucho el tono y el timbre del soliloquio apesumbrado, pero el contenido te forza a la carcajada plena.

R La mejor forma de "lidiar" con el ritmo es que la idea no pierda tono ni timbre mientras dura el poema. Porque la poesía, como la vida, es un problema de duración bien culminada. La carcajada llega si tiene que llegar, aunque yo no suelo enterarme, esto es cosa del lector. Un verso sorprendente puede inducir a la risa por muchas razones, pero sí es cierto que en lo que escribo, late siempre un pulso entre lo grave y lo ligero, insoslayable. Para mi es importante no perder nunca este pulso.

P La imagen. ¿Cómo seleccionas la imagen, cómo la construyes?

R Si te refieres a las imágenes con las que suelo ilustrar mis poemas, hay dos maneras: a veces un colaje me lleva al trance necesario para escribir y otras veces, después de escribir, elijo una imagen que abone la idea que contiene el poema. No es fácil, pero en esto, como en el mismo proceso literario, casi siempre es mejor sugerir que apuntalar.

P En muchas ocasiones me encuentro ante tu trabajo un tipo de construcción como de músico. ¿Hay algo de eso?

R Ha de haberlo por fuerza. Cuando se consigue expresar una idea, con musicalidad, armónicamente, dice Robert Louis Stevenson en un libro fascinante, "El arte de escribir"; se han recorrido todas las pericias y aptitudes que  el hombre puede acumular, por eso es tan raro hallar versos y obras realmente brillantes. No creo sinceramente haber conseguido, desde luego, sino rozar tangencialmente, lo que entendemos por obra de arte, y ello gracias a las maravillas que he leído. En este punto, siempre me acuerdo de Borges, que decía que lo mejor que se puede ser es buen lector: esto ya llevaría una vida y faltaría tiempo. Desde este punto de vista, todo aquel que escribe es un pretencioso merecedor de la hoguera. Ardamos en el infierno de la vanidad.

P También tus referentes son un tanto eclécticos. ¿Cuáles son?

R Son tantos que me da pudor reconocerlo. Elijo para la ocasión a: Cervantes, Quevedo, Cernuda, Parra, Poe, Borges y Voltaire. Sin olvidar, por supuesto, a mis amigos, que han sido siempre fuente continua de conocimiento e inspiración: esto puede parecer una perogrullada, pero me ahorra un montón de explicaciones.

P Te imagino más como un poeta de nuevos medios. Funcionan muy bien tus construcciones lingüísticas con las imágenes que eliges, ¿podríamos llamarlos montajes? O ¿Qué son? ¿Cómo inició todo esto?

R Uno no elige la época que le ha tocado vivir. Me gusta la inmediatez de la escritura en un blog, me espolea la posibilidad de publicar casi diariamente, pero no olvido que una obra literaria, como cualquier trabajo artístico, requiere muchas horas de taller. El cerebro piensa con palabras e imágenes. Siempre me ha parecido muy estimulante combinarlas para dar una visión del mundo. Ya en la mayéutica de los diálogos de Platón hay un reporte, una relación intrínseca entre las dos, donde el ejemplo lógico y visual forma parte de esa visión filosófica de la realidad. El poeta ha de ser también filósofo, si puede y quiere, claro está.

P Los soportes de la poesía. ¿Cómo los percibes?

R Los soportes de la poesía son insoportables. Es un milagro que un libro aún pueda contener poemas, y no una guía continua para perplejos, que es lo que debería ser, desde mi punto de vista. Tengo en alta estima a Maimónides. Los percibo holográficamente: al actual ritmo de producción poética en red, sólo le falta un grado más de fantasmagoría, la aparición ectoplasmática. Me sumo a la interminable nómina de culpables que perpetran cada día el asesinato indoloro de las bellas artes. De todo este maremagnum espero, al menos, que se salve lo sustancial. Lo mejor. Y que recupere su soporte más adecuado, que es el papel, aunque acabe finalmente siendo pasto de las llamas.

Las publicaciones. ¿Dónde te podemos encontrar? ¿Publicaciones en papel?

R Por el momento en el blog PLUS ULTRA, Ínfula de Barataría (al-juarismi.blogspot.com) y en la página de facebook, Manolo Marcos. Hay un par de proyectos: un e-book de poemas y un libro de cuentos, que están en estado de buena esperanza. Espero que en el transcurso de este año se den felizmente a la luz, de parto natural.