Recuerdo
abro los ojos
y me adentro en la penumbra
para quitar hojas a los árboles del tiempo.

Mi pie derecho da en el centro de la tierra: amanezco y
Canto para él
elevo mi presente del pasado.
Como un árbol perenne que emerge desde sus raíces
levanto mi presente  en el pasado.¹

Parado
en la copa del futuro el cardenal silba
cotidiana
la señal divina.

Una vez más
he vuelto
de la muerte. 

¹Interpretación del poema “For him I sing” de Walt Whitman.

***

Gustavo Iñiguez (Valle de Guadalupe, 1984). Licenciado en Turismo por la UdG. Textos de su autoría han aparecido en diversas publicaciones periódicas. Dirigió la revista literaria Quiescencia. Autor de Dromedario (2008), Espantapáramos (2013). Becario del PECDA en 2015. Junto a Luis Armenta Malpica es compilador de Equinoccio. 50 poemas ecuatorianos del siglo XX. Coordinador editorial y editor adjunto de Mantis editores. Autor de la columna semanal crítica Muérdago. Ha sido traducido al alemán por Rike Bolte Una parte de su libro Vocación animal.

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