miércoles. 24.04.2024
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Tachas 483 • Hipótesis nula • Daniel Olcay Jeneral

Daniel Olcay Jeneral

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Tachas 483
Tachas 483 • Hipótesis nula • Daniel Olcay Jeneral

20 eyes in my head 

20 eyes in my head 

20 eyes in my head 

They're all the same, they're all the same 

When you're seeing 20 things at a time 

You just can't slow things down, baby 

When you're seeing 20 things in your mind 

Just can't slow things down 

Misfits  

Él me ha hablado de ti, entiendo que tienen el mismo problema. 

El problema del silencio. Pero ¿De cuál silencio? 

Los hay de cuatro tipos. 

Silencio literal, alegórico, moral, divino. […] 

I Silencio literal 

“Somos una mutación controlada, un cáncer parasitario. La evolución es una forma romántica de describir lo grotesco de nuestra naturaleza. El amor, a fin de cuentas, es una invención, una fantasía, una mentira, necesaria para poder incubar el organismo de la hembra, sin la culpa que trae consigo la violación del cuerpo femenino. Por otro lado, los sentimientos son conductas heredadas de la cultura, por tanto, no podemos librarnos de esa culpa, la cual termina siendo algo inherente, sin realmente serlo. Mi propuesta Nietzcheniana, apelando a la filosofía europea, trasciende el sentido moral que actualmente rige a la humanidad. Lo sé. Sin embargo, me atrevo a decir que soy un visionario, sin soberbia en mis palabras. Creo que, en algún futuro, mis palabras cobrarán sentido, y será posible la vida más allá de lo que imaginamos. Procreamos y logramos nacer en base a una mutación exponencial de células que se multiplican de manera interdependiente, creando un sistema nuevo, un organismo nuevo, resistente al ambiente al que será expuesto, una vez se abre paso a través del útero de forma violenta. Por tanto la premisa es clara, en la medida que sea posible experimentar con la exposición de cuerpos orgánicos y la intervención de ellos, probablemente en un contexto en el que se vean obligados a interrelacionarse, algo así como un injerto vegetal, las capacidades humanas se verán puestas a prueba, a evolucionar, siendo posible la resistencia a ambientes extremos, ambientes desconocidos” 

Traducción de un extracto de la conferencia “Los eufemismos de la evolución” 

del Doctor Lucious Vermillion 

II Silencio alegórico 

Las empresas del mundo, en unión fálica con sus gobiernos, decidieron propagar un virus lingüístico mortal. Todos en asociación, con una intención clara, asumieron la misión de salvar a la humanidad. Sabían que el planeta Tierra ya no era habitable. El secreto se mantuvo sellado en sus memorias por años, sin embargo, el momento había llegado. Si bien iniciaron el plan el correcto año de la luna, promoviendo la sexualidad entre primos, y el incesto con las madres, cuando el padre, sin medicación, era incapaz de sostener una erección, aún se encontraban a la espera de la perfecta alineación de los cuerpos celestes. 

III Silencio moral 

Los cuerpos se volvieron escamosos al poco tiempo. Confinar a una hembra y un macho, desnudos, en un espacio de un metro cuadrado, es un arte digno de apreciación estética que solo puede otorgar la ciencia. 

Los sujetos de control tenían dieciocho años, tres meses y doce días de diferencia respecto de su edad. Ambos eran físicamente, si nos basamos en la simetría corporal, hermosos, al menos el primer día del experimento. Al despertar, la confusión y la vergüenza era natural. La sensación de ahogo, humillación y adormecimiento sensorial se volvió paulatinamente legítima. En la desesperación, la sexualidad se volvió un escape instintivo, tal como se tenía previsto. La mujer fue la primera en orinar frente al hombre, mientras que el hombre, pese a sus intentos por evitarlo, fue el primero en defecar. Tal situación no impidió el desarrollo de los futuros actos sexuales entre ambos. 

La siguiente etapa, tenía el propósito de asociar o injertar, duplas de control en otras, a la espera de la magia o alquimia de la evolución. 

IV Silencio divino

La misión fue un éxito. Cada sacrificio fue un acto de profundo heroísmo hacia la humanidad y la ciencia. Si bien el virus lingüístico no pudo ser aplacado, pues se salió de control. La alternativa que brindó la ciencia, único mecanismo para migrar a otro planeta era simple. La convocatoria para ser parte del todo fue abierta a la población en general, aunque bien sabemos que siempre se pueden desarrollar vicios en estos procesos. De igual forma, la misión se llevó a cabo. Quienes no fueron seleccionados permanecieron en la Tierra infectada y purulenta. Por otro lado, el cohete espacial, con solo un viajero en su interior que aún reaccionaba al nuevo proceso de evolución, dejó tenues colores verdosos al despegar. Millones de ojos, extremidades, bocas, cerebros y mentes, eran parte de un todo, el superhombre materializado y manufacturado con la esperanza de seguir sobreviviendo a un nuevo ambiente, nacer en aquello que aún era desconocido, ya se encontraba en el espacio. El planeta Tierra, se veía inmensamente ridículo desde la ventana. 

[…] y después llega la armonía. ¿Entiendes? 

Esto sucede 163 veces en la vida, 

y después se muere

Palombella rossa  

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