León, Guanajuato. El colectivo fotográfico Dä (“Somos ojo”, en otomí) realizará este sábado 22 Decrépito, un guateque cultural que cuestiona con arte de altura, en un espacio ciertamente decrépito de esta ciudad, las manifestaciones y espacios artísticos locales.

Conferencia de la fotógrafa Lourdes Grobet, exposición fotográfica, presentación Drag queen, exhibición de cortometrajes y un remate de fiesta con DJ, cabrán todos en los Baños Lucita, que alguna vez fueron centro de confluencia para los leoneses del rumbo de El Santuario y anexos.

El tema general, por cierto, será Mexicanas al grito de guerra, como toma de postura en favor de la mujer leonesa y la urgencia de que sea entendida y tratada con equidad y respeto. Como remate, los recursos que se obtengan serán destinados a Los recogebasura, colectivo de convocatoria efímera que se dedica a tareas que su nombre identifica, en los cerros y parques de la ciudad.

Corre entrevista con Jorge García, uno de los instigadores de Dä, Decrépito y otras consecuencias por el estilo.

—¿Qué es Decrépito?

Es un guateque cultural que abraza disciplinas del arte como fotografía, cine, música e instalaciones pseudo teatrales, que explora las diversas formas de expresión un tanto arriesgadas, creativas y hasta irreverentes, de artistas poco convencionales. Decrépito, es sin duda, una manera de toparse con las diversas personalidades de cualquier sujeto.

Su intención es mover y sensibilizar a un ser humano enfrascado en quehaceres mundanos y estresantes, acompañándolo con emociones viscerales.

—¿Por qué Decrépito desde una ciudad como León?

Por el hambre que se ve en las calles, en los ríos que la atraviesan, entre los árboles que la gente desdeña.

Porque es donde vamos a beber con extraños un día en las cantinas, en los bares, con sus espacios públicos donde se celebran las fiestas de La Luz y los torneos futbolísticos.

Porque merecemos que haya gente consciente, sensible a temas que están de alguna manera dentro de cada individuo, aunque no todos nos animemos a hablarlos.

Porque es una ciudad que crece como adolescente sin regaño ni aprensiones, y necesita mano dura respecto al arte.

—¿Entenderíamos que León es una ciudad modorra, conservadora en relación con el arte?

Estamos en pañales, en proceso.

—Palabras más, palabras menos, alguien definió a León como una ciudad que busca pasar de la premodernidad al siglo 21, sin haberse reconocido en el 20.

1. ¿Cabe pensar que León cuenta con artistas que metan el dedo en su llaga de decrepitud?
2. ¿De dónde saldrían estos artistas?
3. ¿Qué obras los representarían, más allá de la efimeridad de este ciclo de actividades?

1. Esperamos que así sea: que la comunidad de artistas de la vieja escuela y los emergentes se atrevan, pues pensamos que es la respuesta.

2. Se forjan a diario, descubriendo lugares nuevos y eventos que nutran esta hambre de las nuevas generaciones.

3. DÄ (“somos ojo” en otomí) es el medio de transporte de Decrépito. Del mismo modo estamos generando movimientos, presentaciones y performances que vayan sacando lo más íntimo de cada ser humano que se acerca a estos eventos. Esa es nuestra intención, sin más pretensiones que la euforia que puede causar una imagen o cualquier visual que presentemos.

—"Decrépito", según su cartel, no sólo es foto, ni performance ni teatro, sino más que eso. ¿Cómo se alimenta de todas esas expresiones?

Con la colaboración de diferentes artistas visuales y sonoros, que con su aportación hacen una envoltura más general y global, para disminuir en el evento el riesgo de monotonía.

—Decrépito, cuestionador, vanguardista... pero efímero y casi clandestino. ¿Se planteará este ciclo de actividades algún redimensionamiento en cierto momento, aun con el riesgo de ser "un festival más", como puede suceder a, por el ejemplo, el alguna vez pretendidamente vanguardista FIAC?

En primera instancia, no tenemos idea de dimensionarlo. Nos gusta que las cosas tomen el curso por su naturaleza. Si crece, estamos listos con un plan “B” para soportar el estirón de este muchacho.

En cuanto a las comparativas, no estamos en tiempos ni en calidad para sugerir cómo será. Total, vamos a darle hasta que lleguen nuevos estilos, nuevas formas y propuestas que quiten el hambre de arte a quienes vivimos la ciudad, andamos en ella y la respiramos.

Creo que somos el aquí y el ahora de lo que nos ocurre a nosotros, un grupo de artistas inconformes con la realidad generalizada como “única”; por eso queremos presentar esta propuesta.

—¿Por qué "Mexicanas al grito de guerra" como tema para esta segunda edición -y por favor recuérdame cuál fue el de la primera?

Queremos en esta ocasión dignificar y aplaudir a todas esas mujeres que están haciendo algo en sociedad para poner en igualdad al género femenino. Por eso hicimos alianza con “Nosotras, A.C.”, e invitamos a varias mujeres mexicanas que se la están rompiendo de una u otra forma para hacer que esta sociedad sea más inclusiva.

Por eso queremos hacer un homenaje de esa manera a toda mujer que hace su lucha y ha destacado muchas de las virtudes que poseen las mexicanas.

El nombre del primer Decrépito, por cierto, fue Todo por el cochino arte.

—Entre la primera y la segunda edición de Decrépito, además de obvias diferencias entre participantes, tipo de obras -si las hay-, espacios... ¿qué se percibe como radicalmente distinto?

Las instalaciones vivenciales que habrá durante el evento, el interactuar de espectador con la obra, y la integración de artistas de talla nacional e incluso internacional.

—¿Por qué en los baños Lucita?

Porque es un lugar decrépito. Es un sitio que se volvió una ruina desdeñada, muros y pasillos que la gente no voltea a ver, a pesar de la importancia que un día tuvo y la solución de higiene y esparcimiento que brindó a una necesidad en su momento. Así ocurre con el arte.

—La del camino... ¿Algo de las muchas cosas que no pregunté pero te parezca indispensable contestar?

Decrépito no está respaldado por institución ni partido político alguno.

Los interesados pueden consultar aquí el programa completo de Decrépito 2019.