viernes. 19.04.2024
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Opinión • Tormenta perfecta, inflación y deterioro del poder adquisitivo • Alejandro Gómez Tamez

Opinión • Tormenta perfecta, inflación y deterioro del poder adquisitivo • Alejandro Gómez Tamez

Esta fue una semana bastante sombría con relación a las perspectivas económicas a nivel global. El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés) disminuyó su expectativa de crecimiento del PIB mundial para 2022 al 2.3% desde el 4.6% previo, haciendo mención de los efectos económicos de la invasión de Rusia a Ucrania, los cierres de China como respuesta a la nueva ola de Covid-19 y el endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos. Para el caso de México, el IIF redujo su pronóstico de crecimiento económico a apenas 1.2%, para China al 3.5% y en el caso de Estados Unidos a 2.5%. 

Además de recortar pronósticos de crecimiento, el IIF también espera que los flujos de capital hacia los mercados emergentes se reduzcan en un 42% con respecto al año pasado y considera que el riesgo de recesión global ha aumentado. Como veremos en un momento más, la restricción de flujos de capital pondrá en apuros a muchos países que necesitan de mayores divisas para adquirir alimentos importados cada vez más caros y para hacer frente a sus compromisos financieros internacionales. 

Pero eso no fue lo único preocupante de la semana que recién concluye, ya que también se llevó a cabo una reunión más del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) de Davos, Suiza, en un tono muy pesimista respecto al futuro económico del planeta, en especial de los países más pobres. La situación apunta a que muchos países en desarrollo y de renta media enfrentan una triple crisis: alimenticia, energética y financiera, misma que ha sido exacerbada por la guerra en Ucrania. 

De acuerdo con Achim Steiner, administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el contexto actual de una elevada inflación y restricciones de política monetaria, sobre todo en los Estados Unidos, podrían empujar a más de 70 países al incumplimiento de sus compromisos de deuda. Se prevé que muchos sigan la ruta de Sri Lanka, que recientemente se convirtió en el primer país asiático en dejar de pagar su deuda este siglo en medio de protestas que se volvieron violentas y llevaron al colapso del gobierno.

Por su parte, los suministros de trigo y otros alimentos están bloqueados en los puertos ucranianos del Mar Negro, lo que crea escasez y eleva los precios en países como Egipto, el mayor importador de trigo del mundo. Algunas de las cadenas de suministro de petróleo y gas también se han roto, ya que el petróleo ruso es cada vez más rechazado en los mercados petroleros mundiales.

Los precios del trigo en Chicago, el precio de referencia mundial, han subido más del 50% este año y están cerca de alcanzar máximos históricos de alrededor de 12 dólares por bushel. El maíz ha subido un 32% y la soya un 26%. Los precios del crudo Brent de referencia han subido un 46% a alrededor de $114 por barril, mientras que los precios internacionales del diésel y la gasolina se han disparado, mientras que los precios del gas natural de EE.UU. se han más que duplicado en lo que va de 2022. En México, desde luego que hemos visto una relativa “estabilidad” en los precios de los combustibles, derivado de los fuertes subsidios por parte del gobierno federal, mismos que tendrán un costo fiscal altísimo (se estima que de hasta 400 mil millones de pesos) y que seguramente lo veremos reflejado en un déficit fiscal para este año de aproximadamente 1.5 billones de pesos. 

Los shocks de  precios de las materias primas han acelerado la inflación en muchos países; México, Estados Unidos, la Unión Europea no han sido la excepción y esto ha provocado que los bancos centrales suban sus tasas de interés. En el caso de México la tasa objetivo pasó de 4.00% en junio de 2021 al nivel actual de 7.00%, y se espera que llegue a 8.50% al cierre del año. En cuanto a Estados Unidos, la tasa paso de un rango de 0 a 0.25% al actual rango de 0.75 a 1.00%, y se espera para este año al menos dos incrementos más de medio punto porcentual para llevarla al 2.00%. El alza en tasas de interés perjudica el crédito y la inversión productiva, pero la elevada inflación daña a los consumidores, en especial a los de menores recursos, ya que en el caso de México éstos destinan hasta un 70% de su ingreso a la compra de alimentos básicos. 

Crisis alimentaria

La preocupación más apremiante para los funcionarios y ejecutivos que se dieron cita en el WEF es la disponibilidad de alimentos, ya que Rusia bloquea los puertos del Mar Negro de Ucrania y se han interrumpido los suministros de fertilizantes provenientes de Rusia y Bielorrusia.

Rusia y Ucrania juntas representan (2021):

·        El 33% de las exportaciones mundiales de trigo,

·        El 27% de las exportaciones mundiales de cebada, 

·        El 17% de las exportaciones mundiales de maíz, 

·        El 24% de las exportaciones mundiales de semillas de girasol,

·        El 73% de las exportaciones mundiales de aceite de girasol. 

Y la mayoría de estas exportaciones se mueven a través del Mar Negro.

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, acusó a Rusia de bombardear los almacenes de granos en Ucrania, bloqueando barcos ucranianos llenos de trigo y semillas de girasol y acaparando sus propias exportaciones de alimentos como una forma de chantaje. “Esto es usar el hambre y el grano para ejercer el poder”, dijo.

Por su parte, Svein Tore Holsether, director ejecutivo del principal productor de fertilizantes Yara International ASA, dijo que el mundo se encuentra en una grave crisis alimentaria. Incluso si se restableciera la paz en Ucrania ahora, tomaría un tiempo considerable restablecer las líneas de suministro que respaldan la industria alimentaria mundial.

Por su parte, hay preocupación por parte de funcionarios y economistas de que los gobiernos pueden empeorar el problema de escasez de alimentos al luchar para abastecerse de suministros y, en el caso de algunos países productores, prohibiendo las exportaciones de alimentos.

Los aumentos de precios de las materias primas inducidos por la guerra, entre otras presiones, llevaron al Fondo Monetario Internacional a elevar el mes pasado su pronóstico de inflación para 2022 para las economías de mercados emergentes y en desarrollo a 8.7%, 2.8 puntos porcentuales más que su proyección de enero. En los países del África subsahariana donde el trigo, el maíz y el sorgo son una gran parte de la dieta, la inflación ha sido causada casi en su totalidad por los precios de los alimentos.

Crisis energética

En el mercado energético, el déficit es particularmente agudo en los productos refinados. Eso se debe en parte a la falta de capacidad de refinación a nivel mundial y porque Rusia es un importante exportador de diésel y gasolina.

Daniel Yergin, vicepresidente de S&P Global e historiador de la energía, dijo que, según algunas medidas, el mundo está experimentando su peor crisis energética desde la crisis del petróleo de la década de 1970. Pero esta vez la crisis abarca el petróleo, el gas natural y el carbón, ya que las reservas de los tres principales combustibles fósiles se están agotando.

En muchos países, los altos precios de la energía están provocando la inflación en los precios de los alimentos al aumentar el costo de los fertilizantes, que se fabrican con gas natural, y por el mayor costo del transporte. El setenta por ciento del costo de los alimentos proviene del precio de la energía, según Yergin.

Erosión del poder adquisitivo en México 

En este contexto, es pertinente analizar cómo ha afectado la inflación y la débil recuperación económica a los ingresos promedio de la población ocupada en México. Esto lo podemos analizar gracias a que el INEGI recién publicó los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOEN) correspondientes al primer trimestre de 2022. 

Comparando los resultados de la ENOEN del primer trimestre de 2021 con los del mismo trimestre de 2022, vemos que la población ocupada aumentó de 52.973 millones de personas a 56.079 millones, lo que implica un incremento de 3.105 millones o un 5.9%. Desde luego que buena parte de este fuerte incremento se debe a que en el primer trimestre de 2021 muchas personas seguían fuera del mercado laboral por miedo a la pandemia y muchos de ellos ya se han reintegrado a la fuerza laboral.  

Al analizar cómo ha evolucionado la población de ingreso, debemos tomar en cuenta que el salario mínimo pasó de $141.70 pesos diarios en 2021 a  $172.87 pesos diarios en 2022. Con esto en mente, vemos que entre el primer trimestre de 2021 y el mismo trimestre de 2022 la población ocupada que no recibe ingresos aumentó de 2.785 millones a 2.893 millones de personas, lo que significa un incremento de 3.9%; los que ganan menos de un salario mínimo (sm) aumentaron en 5.764 millones de personas, equivalentes a un espectacular 43.0% de aumento; mientras que los que ganan de 1 a 2 sm disminuyeron en 735 mil personas, equivalente a -3.9% menos. Por su parte, vemos caídas importantes en la cantidad de población ocupada con los rangos de ingreso más altos, de manera que los que ganan de 2 a 3 sm disminuyeron de 6.958 millones a 5.759 millones, lo que implica una caída -17.2%; los que ganan de 3 a 5 sm disminuyeron en 966 mil personas, que representa una caída de -29.5%; los que ganan más de 5 sm pasaron de 1.174 millones a 826 mil personas, lo que representa una caída de -29.7%; finalmente, los que no están especificados (no dijeron cuánto ganan) aumentaron en 481 mil personas, lo que implica un incremento de 7.6 por ciento.  
 

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Es así que en el primer trimestre de 2022, si excluimos a los que no revelan cuanto ganan, a nivel nacional el 5.9% de la población ocupada no percibe ingresos, el 38.9% gana menos de 1 salario mínimo, el 37.2% percibe entre 1 y 2 sm, el 11.7% gana entre 2 y 3 sm, el 4.7% tiene ingresos diarios de entre 3 y 5 sm y solamente el 1.7% de la población ocupada gana más de 5 salarios mínimos al día.  Es decir, en el primer trimestre de este año, solamente 17 de cada 1,000 mexicanos que trabajan, ganan más de 26,270 pesos al mes.

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De acuerdo con cálculos de un servidor, todos estos ajustes en la proporción de personal ocupado por nivel de ingreso, significan que la población ocupada pasó de ganar 1.63 salarios mínimos en promedio en el primer trimestre de 2021 a percibir un promedio de apenas 1.37 salarios mínimos diarios. ¿Cuánto significa esto en términos de pesos? Antes de responder esta pregunta quiero dar un poco de contexto. 

En un estudio llamado “EL CONEVAL PRESENTA INFORMACIÓN REFERENTE A LA POBREZA LABORAL AL SEGUNDO TRIMESTRE DE 2021” se menciona que dicho organismo estima que en el segundo trimestre 2021, el ingreso laboral real promedio de la población ocupada a nivel nacional fue de $4,380.71 al mes. Los hombres ocupados reportaron un ingreso laboral mensual de $4,755.36 y las mujeres $3,803.92.

De acuerdo con mis estimaciones, obtengo un salario promedio diario de 230.85 pesos en el primer trimestre de 2021 y uno de 236.21 pesos diarios en el primer trimestre de 2022. Esto significa que el salario mensual promedio de la población ocupada pasó de  $7,017.77 pesos mensuales en el primer trimestre de 2021 a  $7,180.65 pesos mensuales en el primer trimestre de 2022, lo que significa un incremento nominal de apenas 2.3% en el año. Si tomamos en cuenta que la inflación del periodo fue de 7.3%, pues eso nos arroja que el ingreso promedio de la población ocupada disminuyó -4.6% en términos reales entre el primer trimestre de 2021 y el mismo trimestre de 2022. Ese ha sido el impacto de la inflación de precios al consumidor en México en el poder adquisitivo de las personas. 

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De la información de la tabla anterior, sólo agregaría que al tomar en cuenta el personal ocupado total, la base salarial creció 8.3% en términos nominales en el último año, pero si ajustamos los datos por inflación el aumento es de apenas 1.0% en términos reales. Así, la inflación comienza a afectar negativamente las posibilidades de crecimiento del consumo en términos reales. 

¿Qué pasará con la inflación  en el corto plazo?

Es relevante analizar lo que pasará con la inflación, ya que de ello depende lo que sucederá con el poder real de compra del poder adquisitivo, las decisiones de política monetaria y el ritmo de crecimiento económico. El INEGI informó el pasado 24 de mayo, que en la primera quincena de mayo de 2022, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) disminuyó 0.06% respecto a la quincena anterior. Con este resultado, la inflación general anual se ubicó en 7.58%, tasa ligeramente por debajo del 7.68% observado al cierre de abril. 

Este dato ha provocado que algunos piensen que ya se llegó al pico inflacionario y que en los próximos meses la inflación comenzará a descender. Pero la realidad no es así de simple. Hay diversos factores que debemos analizar para tratar de pronosticar como se comportará la inflación en el corto plazo, mismos que son abordados en un artículo del Wall Street Journal que leí esta semana y que menciono a continuación:  

Inflación subyacente

En ocasiones, la inflación es impulsada por factores a corto plazo, como aumentos en los precios de la gasolina o los alimentos, que no reflejan presiones de precios más amplias en la economía. Los economistas han desarrollado lecturas que ayudan a identificar la inflación en toda la economía. Es recomendable prestar atención al INPC que elimina los precios de los bienes y servicios más volátiles (agropecuarios) o de los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno, y de ahí obtenemos la inflación subyacente. En México la inflación general anualizada en la primera quincena de abril de 2022 fue de 7.58%, pero el gran problema es que la inflación subyacente fue de 7.24% y ha venido mostrando una clara tendencia ascendente (acumula 15 quincenas por arriba del 5% anual). 

La demanda de productos manufacturados aumentó a principios de la pandemia de Covid-19 y cayó bruscamente en el caso de los servicios. Ese atracón, junto con las interrupciones en la cadena de suministro también relacionadas con la pandemia, provocó un desequilibrio entre la oferta y la demanda, lo que resultó en una escasez rampante y precios más altos. Los consumidores están cambiando a un equilibrio más normal de gasto en bienes y servicios, lo que podría reducir la presión sobre los precios de los productos. 

Mercado laboral ajustado

A medida que algunos consumidores retoman sus niveles de gasto prepandemia, la demanda de bienes y servicios de algunas actividades ha aumentado, lo que a su vez ocasiona que se requiera más personal en los centros de trabajo. He escuchado a empresarios del sector calzado, textil, vestido, construcción, automotriz, entre otros, quejándose de la escasez de mano de obra (aunque el empleo en condiciones de informalidad sigue creciendo y las tasas de desocupación en algunos lugares sigue elevada). Este fenómeno ha presionado al alza los salarios y se puede traducir en mayores presiones inflacionarias en el corto y mediano plazos. 

Sectores sensibles al Covid

Los precios de los servicios de viaje que a menudo implican interacción personal, en particular, las tarifas aéreas, los hoteles y el alquiler de automóviles, han oscilado ampliamente durante la pandemia a medida que las infecciones por covid-19 aumentaron y disminuyeron. En los meses recientes hemos visto como las aerolíneas y hoteles han aumentado sus tarifas de manera importante a medida que se observa una recuperación más generalizada del sector turismo. 

Futuros de Petróleo

Si bien en México los precios de los combustibles han estado contenidos por intervención del gobierno federal, no se puede dejar de analizar el impacto que en otros países tiene el alza de los combustibles en la inflación general, sobre todo para el caso de Estados Unidos. En cuanto a México el tema es  particularmente importante dado que cerca del 44% del valor de nuestras importaciones proviene de dicha nación y entonces podemos tener inflación importada. En los Estados Unidos, el aumento de los precios de la energía ha contribuido en gran medida a la inflación, y los precios de la gasolina han alcanzado máximos históricos esta primavera. Observar los precios de los contratos para entregas futuras del petróleo West Texas Intermediate, el punto de referencia de EE.UU. para el petróleo crudo, ofrece una guía aproximada de dónde pueden estar los precios de la gasolina dentro de algunos meses o un año. 

Expectativas de inflación

La inflación tiene una forma de alimentarse a sí misma una vez que la gente comienza a percibirla. Es por eso que vale la pena observar las llamadas expectativas de inflación. Aquí viene a colación el concepto de profecía autorrealizada, de manera que si los agentes económicos piensan que la inflación este año será del 7.0%, pues todos empiezan a ajustar precios en esa magnitud (proveedores, fabricantes, comercializadores) de manera que la inflación acaba siendo del 7.0% aunque en principio no hubiera razones para que fuera de tal magnitud. Es por ello que las encuestas de expectativas económicas son tan importantes. En este sentido es pertinente mencionar que en la más reciente Encuesta Citibanamex de Expectativas, los encuestados mencionaron que para este año esperan que la inflación general cierre en 6.75% y que la subyacente se modere a 6.30%, estos son pronósticos más altos que los observados en la encuesta previa. 

Conclusión

Esta entrega ha sido bastante extensa, pero hemos visto tres temas importantes. El mundo, sobre todo el de los países subdesarrollados la esta pasando bastante mal por las crisis alimentaria, energética y financiera, todo en un contexto de desaceleración económica global. La inflación en México está causando mella en el poder adquisitivo de las personas ocupadas y esto puede frenar el consumo de ciertos bienes, dado que la gente no dejará de comprar alimentos, pero si puede dejar de comprar otros artículos y servicios que considere menos importantes. Finalmente, hay indicios para pensar que la inflación se mantendrá elevada durante un tiempo considerable, probablemente hasta mediados de 2024. 

El gran problema es que en México no hay políticas públicas que impulsen el crecimiento económico y que hagan que mejore la expectativa de incremento del PIB. Las decisiones de política monetaria por parte de la Junta de Gobierno del Banco de México pueden descarrilar el escaso crecimiento económico proyectado para este año, pero no vemos a un gobierno federal impulsando la inversión productiva con mayor gasto en obras públicas, ni vemos incentivos fiscales a la inversión, ni una banca de desarrollo volcada a dar las garantías para que el crédito cueste más barato, esas son las grandes cosas que están ausentes y que nos sentencian a que sea hasta el 2023 cuando recuperemos los niveles de actividad que teníamos antes de la pandemia del Covid-19. 

Director General GAEAP*

[email protected]

En Twitter: @alejandrogomezt