Tigres de Papel • El manotazo que mató al MIR en El Guaje • Francisco Javier Mares

Tigres de Papel • El manotazo que mató al MIR en El Guaje • Francisco Javier Mares

Esta vez, después de doce años y ocho alcaldes, el golpe parece definitivo.

Más impresionantes las armas, más duros los kendos, menos la convicción ideológica o más cautivadoras las promesas, pero la colonia se dividió.

La ocupación policiaca dura ya 54 días y cumple a satisfacción su encargo: se muere la semilla del 'Movimiento de Izquierda Revolucionario', el MIR, en La Morelos, 'El Guaje.'

Harold Gabriel jefaturó la primera golpiza, pero aquellos se crecieron al castigo.

Fito Padilla y Antonio Torres Gómez desdeñaron al movimiento.

Antonio Hernández Ornelas se desmoronó en el frente, y Arturo Villegas Torres falló en la conciliación.

Carlos Medina Plascencia regresó a los golpes y despejó el sendero; Facundo Castro Chávez perdió hasta los alegatos.

Eliseo Martínez Pérez cambió la estrategia y se acerca al aplastamiento.

Hoy las calles parecen las mismas, pero son otras; las delatan sus bardas que perdieron coherencia y persuasión en la consigna, para enfrascarse en la guerra vecinal.

Lo mismo pinta una mano adolescente vivas a la policía en el frente de su casa, que le responde una vieja militante con idéntica estrategia.

  • Adolfo está llorando, porque en la colonia Morelos ya no está mamando.
  • Aquí y en donde quiera el MIR rifa y no se vende por una pieza de PAN.
  • PPS, vienes por la escoria que quedó en la Morelos, llévatelos.
  • El MIR en pie de lucha.

El 23 de noviembre del año pasado llegaron para quedarse los hombres de la 'furia gris', los agentes de la policía judicial y los uniformados de la preventiva.

Ahí siguen 30 aprendices de la academia de policía, ocho preventivos de la montada y 16 elementos de las fuerzas de seguridad pública del estado.

En grupos recorren las calles seguidos por niños con el ombligo al aire y perros taciturnos, acompañados de las miradas de las mujeres que cuchichean a cielo abierto.

Uniforme en el discurso, la Morelos es cada vez más diferente al resto de las colonias de la ciudad: de ello dan cuenta un cuartel y una fiscalía.

Jever Magaña, agente del Ministerio Público, hoy despacha en 'El Guaje'. Se le comisionó para recibir denuncias en contra de los hermanos Andrade, según boletín de prensa de la Presidencia Municipal.

Pero algo falló. Jever lleva ahí más de una semana, de lunes a viernes, de las nueve a las 16:00 horas, y sólo ha recibido cuatro denuncias: tres por amenazas entre vecinos y una por robo.

—“Nada que tenga que ver con asuntos políticos”, dice lacónico el abogado.

El fiscal se entretiene orientando a los colonos que se acercan por creer que él puede hacer algo contra los cobros altos del Sapal o la CFE. Unas 40 asesorías al día.

En el auditorio, a falta de otra presa, los policías académicos matan el tiempo como pueden: se hacen bolita para platicar, se recuestan en las bancas y hasta se ponen a estudiar.

Una capa de pintura amarilla en los muros los libró de los ojos acusadores de Rubén Jaramillo y Camilo Cienfuegos, personajes desconocidos que los recibieron, hoscos, en noviembre.

Afuera, sobre la calle que todavía lleva el nombre de Lucio Cabañas, el responsable de los uniformados, Arturo Vélez, instructor de la academia de policía, es optimista: los habitantes de la Morelos están contentos con la policía y el agente del Ministerio Público. Y éstos no tienen orden de retirarse.

Nadie apuesta al retorno de Miguel, Arturo y Adolfo Andrade, para eso son el cerco y las órdenes de aprehensión. Sus propios seguidores lo saben y son cautos a la hora de hablar.

Los de enfrente, casi a hurtadillas, se acercan en el andar por la colonia. Abundan los testimonios, sobran las lamentaciones, menudean los insultos: terrenos con tres dueños, pertenencias saqueadas, la anécdota de los muchachos encerrados en una alcantarilla, aunque ni los colonos que iniciaron el movimiento sepan dónde se encuentra...

Encono y odio. O, como dijera una muchacha: “pinches comisiones y marchas; ya se hartó uno.

Hasta el párrafo anterior, este artículo se publicó originalmente el 17 de enero de 1993 en 'El Nacional de Guanajuato'. Forma parte el libro Aquí nadie es inocente. Escenas de prensa de este columnista, en Tlacuilo Ediciones.

Después de 40 años, en León la colonia Morelos sigue estigmatizada de origen. A Eliseo Martínez le siguieron Luis Quirós Echegaray, Jorge Carlos Obregón Serrano, Luis Ernesto Ayala Torres, Ricardo Alaniz Posada, Vicente Guerrero Reynoso, Ricardo Sheffield Padilla, María Bárbara Botello Santibáñez —priista- y Héctor Germán René López Santillana, en funciones, en su segundo turno consecutivo. 16 alcaldes desde 1980, uno incluso reelecto. Poco o nada ha cambiado respecto al trato oficial a ese núcleo urbano. Ni la fobia ni el método.

Los procesos electorales, de suyo con la difamación y la incitación a la violencia de boca en boca, en 2021 dejarán en claro los alcances de las redes sociales en esas 'variantes' de la propaganda. Nadie espera jornadas tersas. 'El Guaje' es, otra vez, una alerta. Alguien debiera hacer algo. Ya.


 

(A) La Jaula

La Nochebuena que antecede a la Navidad, las fiestas de Año Nuevo y la romería de la Noche de Reyes, prueban la ausencia de liderazgos político/sociales, la incapacidad gubernamental de alentar y encauzar los esfuerzos ciudadanos, y que 'Civismo' nunca debió desaparecer de las aulas.

 

 

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