El pinchazo para el glucómetro sirve pero no es suficiente • Maricruz Romero Ugalde

“Mucha gente evita el uso diario del glucómetro, por dos causas principalmente: el costo y el miedo a pincharse…”

 

El pinchazo para el glucómetro sirve pero no es suficiente • Maricruz Romero Ugalde

El glucómetro, aparato para medir la glucosa (azúcar) en sangre, se conoce como una herramienta para el control de la glucemia capilar. El invento, de acuerdo con la Federación Mexicana de Diabetes, AC,[1]  surge más o menos hace 45 años. Existen otros métodos para medir el azúcar, como los monitores que en lugar de medir en sangre lo hacen en el líquido intersticial que está debajo de la piel, o también se puede medir a través de exámenes de orina.

Hoy intentaré escribir de una manera más accesible. Recibí un comentario, que agradezco, en el sentido de que el texto de la semana anterior estaba muy bien para quien “fue educada en las áreas de las ciencias exactas”. En realidad espero poder comunicarme con lectores sensibles, a quienes la información que comparto les permita reflexionar y llegar a sus propias conclusiones.

El tema del autocuidado para prevenir, controlar o evitar riesgos y complicaciones de quienes viven o están en contacto cotidiano con personas con diabetes mellitus tipo 2 (DM-T2) es un poco árido, como espero haber comprobado en las últimas seis entregas a Es lo cotidiano. Nos enfrentamos con un exceso de información, tanto en el mundo digital como en la difusión y promoción del sector público de salud. Sin embargo, esto no ha tenido la repercusión deseada en cuanto a la disminución del padecimiento entre la población; al contrario, se incrementa exponencialmente y en edades más tempranas.

El glucómetro

En esta ocasión como lo prometí, seguiremos con la 5ª conducta del autocuidado propuesta por la Australian Diabetes Educators Association (ADEA), “Monitoreo de la glucosa en sangre y el uso de los resultados para mejorar el control de la diabetes.

El glucómetro sirve para medir y por ello, como muchos profesionales de la administración piensan, lo que se mide se puede evaluar y corregir. Difiero de esta percepción en parte. Claro que la medida contribuye a conocer el nivel del azúcar en sangre, pero medir no es suficiente; se requiere de un registro y valoración. Por ello, lo que el equipo de salud llama “diario de vida” es el complemento indispensable para que tanto quien vive con el padecimiento como el equipo multidiscipliario que debería atenderlo (médico, nutriólogo, profesional de la activación física, odontólogo, enfermero, gerontólogo, pediatra o ginecólogo —según el caso de la persona atendida-, entre otros) conozca y reconozca la bioquímica de su cuerpo, identificando su relación con sus prácticas cotidianas: revisando peso, talla, medida de abodomen así como, tipo de alimentación, actividad física, calidad de sueño, manejo de emociones, y obviamente, el dato de glucosa, entre otros. Estos dos elementos, cuando existen, se vuelven en una gran herramienta para fortalecer el autocontrol y con ello, el autocuidado.

Un dicho que escuché por primera vez en León, Guanajuato, dice: “La conciencia no es alcahueta de nadie”, palabras sabias que si las aplicamos a este vínculo que implica llevar un registro diario de la información relevante, posibilita la valoración de las conductas y con ellas, tomar acciones diferentes.

Desafortunadamente, en nuestro país el analfabetismo funcional existe. Me refiero a que muchos sabemos leer y escribir. No obstante, el uso que hacemos de estas dos grandes formas de adquirir conocimiento no necesariamente implica que las practiquemos de manera cotidiana fluidamente. Subsanando esto, si nos aplicamos y llevamos el registro de las medidas del glucómetro y el diario, podríamos ofrecer a nuestro equipo de salud de apoyo información suficiente para tomar las mejores decisiones en relación con el tratamiento farmacológico (medicamentos) y no farmacológico (dieta, ejercicio, etc.), como se consigna en la Norma Oficial Mexicana 015[2]

Vayamos por partes: en el ensayo de la Dra. Oliva López Sánchez titulado “La diabetes mellitus en México: algunas reflexiones socioculturales del padecimiento”[3] se evidencian por lo menos tres factores de incidencia en la población mexicana. Por un lado, lo que ya hemos expuesto en relación con los patrones culturales de consumo de alimentos, donde se privilegia la comida grasosa y el consumo de azúcares procesados, además, del sedentarismo.

Lo que destaca es que no es lo mismo la manera en que se recibe y atiende el diagnóstico en personas jóvenes o adultas, ni si se es mujer u hombre, por un lado; por otro, el que existe un grave problema en proceso del diagnóstico: en primer lugar, porque no se hace de manera oportuna y, cuando se lo llega a tener, la persona no lo toma en cuenta.

Estaríamos en este sentido en la primera fase del modelo transteórico: precontemplación. De ahí que en la entrega pasada hemos dedicado gran parte a cómo tener una meta clara y a la importancia, del modelo transteórico, para identificar en qué fase estamos ante un posible cambio de conducta.[4]

El miedo a pincharse

Mucha gente evita el uso diario del glucómetro, por dos causas principalmente: el costo y el miedo a pincharse. En investigación en campo, nos hemos enfrentado a que la gente recibe en obsequio el aparato, muchas veces traido de Estados Unidos de Norteamérica (EEUU) y es complicado, a veces imposible, encontrar de manera cercana y fácil, tanto las tiras reactivas como las lancetas. De ahí que existan recomendaciones específicas para la compra, tanto del aparato como de los insumos que permiten su operación. La sensibilidad al autopicarse la yema de alguno de los dedos es otra limitación. Salvando estos dos obstáculos, lo importante es contar con una lectura fidedigna, y registrarla.

El correcto uso del glucómetro

¿Cómo utilizar el glucómetro? Implica tanto conocer el aparato como saber de los cuidados para utilizarlo. La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos de América (EEUU) recomienda: seguir las instrucciones del fabricante, pedir a un prestador de servicios de salud que observe mientras uno mismo se hace la prueba para recibir retroalimentación, y mejorar la técnica.  Los valores pueden verse alterados por factores como: la calidad de las tiras reactivas, se sugiere que sean originales y compradas en almacenes de reconocido prestigio; porque se aduce que esto garantiza un buen manejo, tanto en el almacenaje como en su conservación. La temperatura ideal en que pueden estar sin alterar su función oscila entre los 4 a máximo 40 grados centígrados y debe existir control de humedad.

Antes de comprar las tiras reactivas es necesario revisar la fecha de caducidad, luego colocar la sangre suficiente en la tira y colocar ésta adecuadamente en el aparato. Una vez adquirido, guardar y portar el glucómetro implica seguir los mismos cuidados en relación con la temperatura y la humedad. Los materiales de desecho como son los de punción (lancetas), las tiras reactivas y las torundas con alcohol con las que desinfectamos el lugar donde realizamos el piquete, requieren un manejo especial. Hay que concentrarlos en recipientes herméticos y sellados para llevarlos a los centros de salud u hospitales para su manejo como residuos peligrosos. Cuidar de nuestra salud es tan importante como el medio ambiente.

 La higiene y el lugar de punción son importantes. La higiene incluye tanto la limpieza y desinfección del aparato —que es personal-. Las lancetas (con las que se realiza el piquete) son desechables y de uso, una por vez. El lavado de manos antes de la manipulación del glucómetro y la desinfección del área donde se realizará la punción son imprescindibles. En relación con el área, se pueden utilizar varias. No obstante, el anterazo y las palmas son menos recomendables, porque ahí los cambios de niveles son rápidos después de comer o hacer ejercicio. Los costados de las yemas de los 8 dedos, exceptuando los pulgares, permiten hacer lecturas menos 16 veces sin repetir la zona de punción. Hay que ir conociendo tanto la sensibilidad, grosor de la piel y el tipo de dato que arroja el glucómetro.

Los valores ideales de glucosa

Según la NOM 015, los valores ideales de glucosa en sangre para la población mexicana son aquellos rangos que no se encuentran ni en el de GLUCOSA ALTERADA DE AYUNO mayor o igual a 100 miligramos por decilitro (mg/dl) y menor o igual a 125 mg/dl. La HIPERGLUCEMIA EN AYUNO es cuando después de un ayuno de 8 horas se tiene un valor mayor de 100 mg/del y después de dos horas de la comida, pospandrial, mayor de 140 mg/dl o bien en la HIPOGLUCEMIA, disminución de la glucosa menos de 70 mg/dl.

Es importante contrastar los números que arroja el aparato con estos valores, verificando cómo nos sentimos: por un lado, redactando la información básica o relevante en relación con nuestras conductas, como: qué comimos, con qué frecuencia, si hicimos o no actividad física, ejercicio o deporte, a qué hora, cuánto tiempo; cómo dormimos, cuánto tiempo; si experimentamos alguna emoción relevante y de qué manera la manejamos, así como los datos básicos de peso, diámetro de abdomen y algún otro dato o acontecimiento relevante. De esta manera podemos ir conociendo el impacto de nuestras acciones en nuestro cuerpo.

Algunos síntomas de la diabetes

En ocasiones no relacionamos con la presencia de la diabetes síntomas como la polidipsia (sed excesiva), polifagia (mucha hambre), poliuria (ganas de orinar con frecuencia), pérdida de peso en un periodo breve sin causa aparente y visión borrosa. Si los experimentamos, acudamos al servicio de salud de nuestra preferencia. Aprendamos junt@s.

En la próxima entrega abordaremos la 6ª conducta del autocuidado “Resolución de problemas para los niveles elevados y bajos de glucosa en la sangre y para los días de enfermedad”. Hasta entonces.




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Maricruz Romero Ugalde. Mujer curiosa y risueña. Etnóloga de la Universidad de Guanajuato. Ejerce el oficio de la antropología y su pasión, el cine.  Su sueño de vincular ciencia y arte lo ha puesto en práctica al fundar y coordinar desde 2007 el Lab ETNOAI de la Universidad de Guanajuato. En sus 30 años de haber migrado de la Ciudad de México a la zona antes conocida como El Gran Tunal o La Gran Chichimeca, residió primero en Aguascalientes, luego en Zacatecas y ahora, Guanajuato. La sección “Medio Ambiente y Salud” promueve la reflexión sobre la conexión vital entre la acción personal y su repercusión colectiva.

Datos de contacto: [email protected], canal Youtube ETNOAI UGto.

Ir a la anterior entrega de esta serie sobre el autocuidado de la Diabetes mellitus, aquí.

 

[1] https://fmdiabetes.org/

[2] https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5521405&fecha=03/05/2018

PROY-NOM-015-SSA2-2018, PARA LA PREVENCIÓN, DETECCIÓN, DIAGNÓSTICO, TRATAMIENTO Y CONTROL DE LA DIABETES MELLITUS

[3] https://www.gob.mx/salud/cnegsr/documentos/revista-completa-genero-y-salud-en-cifras-vol-8-no-2-mayo-agosto-2010

[4] Los invito a revisar la entrega de la semana anterior “Donde hay voluntad, hay una manera” en esta misma columna Medio ambiente y salud donde se trata el tema más ampliamente.