miércoles. 17.04.2024
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PASAN PRUEBA DE FUEGO LA OSY Y EL PIANISTA…

Impecable interpretación de Rachmaninoff en teatro Bicentenario

Impecable interpretación de Rachmaninoff en teatro Bicentenario

León, Gto. Una Sinfonía y un Concierto para piano y orquesta de Rachmaninoff fueron interpretados por la Orquesta Sinfónica de Yucatán (OSY) el pasado domingo en el Teatro del Bicentenario, del Fórum Cultural Guanajuato.

Las obras interpretadas fueron el Concierto para piano no. 3 y la Sinfonía no. 2, ambas con estructuras musicales diferentes. El concierto es una composición para uno o más instrumentos acompañados de orquesta, y por lo general consta de tres movimientos. En cambio, en la sinfonía participan todos los instrumentos de forma “unida” y, se compone además, de cuatro movimientos contrastantes que dan un carácter más alegre a la composición.

El Concierto no. 3 de Rachmaninoff es considerada una de las piezas de mayor exigencia técnica y expresiva. Para muchos pianistas significa la “prueba de fuego”.  Esta obra fue popularizada por ser el tema central en la película Shine (Scott Hicks, 1996), que trata de la vida del “perturbado” pianista David Helfgott.

La ejecución de la pieza por el pianista ruso Alexei Volodin fue impecable. El movimiento de sus manos sobre el piano fue hipnótico: una mano perseguía a la otra, dialogaban,  jugaban… Se acariciaron y fluyeron.  La ejecución fue una danza perfecta de las manos; se alejan, se acercan, pasa una por la otra, se hablan y se ignoran; se enamoran. 

Alexei Volodin es un pianista ruso que ha actuado con prestigiosas orquestas como la Sinfónica de Londres, de la Radio de Baviera, del Teatro Mariinsky, Nacionales de Rusia y Francia.  Ha trabajado con directores de la talla de Valery Gergiev, Marek Janowski y David Zinman entre otros.

La obra pide pasión en la interpretación.  Es una pieza que necesita ser “sentida” para poder entregarse ante las manos del pianista.  Sucedió. Suavidad, fuerza, energía, acompañamiento, sensibilidad, armonía y virtuosismo hicieron de este concierto un enorme placer.

Después de intermedio de 15 minutos, la Sinfónica de Yucatán interpretó la Sinfonía no. 2, una de las mejores obras del sinfonismo ruso por su capacidad de conmover.

La selección de las obras por parte de la OSY fue equilibrada; la potencia y la exigencia técnica que precisa el Concierto no.3 combinó a la perfección con el carácter melancólico, musical y romántico presente en la Sinfonía no. 2, que la convierte en el agrado de todos los públicos.

Fue un concierto “de variados gustos”, que ha dejado satisfechos a melómanos exigentes y conocedores y a noveles en el mundo de la música clásica.

Al final, el público consideró que la obra fue demasiado buena, y después de aplaudir cuatro veces seguidas, comenzó a aplaudir rítmicamente con el fin de alentar al solista a que volviese al escenario e interpretara un fragmento adicional, normalmente virtuoso o fuera de programa, llamado encoré o bis. En León sucedió.

Tw: @enrike_cultura