UNA DE VAMPIROS, PERO SOFISTICADOS Y CON ESTILO
Reseña de la película “Only Lovers Left Alive”
Comienza la temporada de premios. Hace algunas semanas los Spirit Awards iniciaron esta carrera para películas independientes. En la categoría de “Mejor Actriz Principal” se encuentra la extraordinaria Tilda Swinton, nominada por la película “Only Lovers Left Alive”, que también aspira al premio para “Mejor Guión”.
Con Tilda Swinton como actriz la cinta capta tu atención. Después sabes que la dirigió Jim Jarmusch (Dead Man, Coffee and Cigarettes), y cuando ves el poster sabes que debes apartar 123 minutos para verla.
El sombrío director se atrevió en esta época dónde estamos atiborrados de vampiros -los bonitos, la historia que no sabías, la jamás contada, los vampiros contraatacan, los que irradian brillantina– a hacer una, y le salió una de las mejores películas del año.
Va del eterno amor entre unos vampiros centenarios, un depresivo Adam (Tom Hiddleston, sí, es Loki y no puedes dejar de pensar en eso) que vive en el decadente Detroit, en una casa llena de melancolía, entre cuadros de Billie Holiday, Nikola Tesla, Edgar Allan Poe y demás viejos amigos, adicto a la buena sangre, a las guitarras y acetatos, el buen Ian (Anton Yelchin) es su amigo-zombie-traficante de guitarras y cosas extrañas.
Eve (Tilda Swinton) emprende un viaje a los brazos de su amado, después de percibir una crisis en él. Se lanza desde el otro lado del mundo, donde visitaba a su viejo amigo Marlowe (el imparable y versátil John Hurt) quien por cierto fue el escritor fantasma de Shakespeare. Antes de marcharse Marlowe augura que Eve tendrá que enfrentar a su descarriada hermana menor Ava (Mia Wasikowska) después de cientos de años sin verla. Al volver a América Adam y Eve tienen que lidiar con la aparición de Ava y a las consecuencias que trae a sus vidas su regreso.
Una película con hermosos diálogos, un soundtrack hermosos, un guión realmente original y con crítica social, excelentes actuaciones, además de una excitante fotografía y dirección de cámara.
Si bien en momentos puede pecar de “súper cool”, es un deleite total.