Copa América [VIII]: Las semifinales
"Se disputaron los partidos para definir a los finalistas del torneo"

Se disputaron los partidos para definir a los finalistas del torneo. Mientras que en uno la resolución llegó más o menos pronto y de manera predecible, en el otro se mantuvo la indefinición hasta el final del partido, con todo y diversas eventualidades que incluso trascendieron más allá del silbatazo final.
OTRA VEZ EN LA FINAL
El equipo de Canadá, la revelación de este torneo, se enfrentó al de Argentina, campeón de América y del mundo, que había avanzado con lo necesario, sin alcanzar los niveles exhibidos hace un par de años. En este segundo partido entre ambas selecciones en el torneo -el primero fue el inaugural- la tónica fue más o menos similar: la albiceleste tratando de controlar la pelota sin demasiada prisa, y los de la hoja de maple luchando y empléandose a fondo para dar la batalla, incluso siendo los primeros en acercarse a puerta vía Shaffelburg. Se fueron conectando Messi y Di María, junto con Álvarez para empezar a proponer al frente, hasta que este último recibió servicio de Rodrigo De Paul para anotar con solvencia el primero. Tomó el control la albiceleste y pudo ampliar el marcador, si bien los canadienses tuvieron la suya hacia el cierre del episodio inicial.
Cerca del arranque de la segunda parte, Fernández lanzó un tiro que alcanzó a ser desviado por Messi para introducir la pelota fuera del alcance del portero y poner el segundo en la cuenta, dando tranquilidad al equipo campeón. Pero los canadienses, como sucedió en toda su participación, no bajaron los brazos y se disponían a morir de algo: Koné y Oluwaseyi tuvieron sus opciones pero fallaban en momento definitivo, en tanto los argentino más bien se pusieron en papel de gestores de la ventaja, de pronto confiándose de más y recurriendo al fingimiento de faltas que tanto daño le hace al espectáculo. Al final, Canadá se va con la cara al sol, brindando un gran torneo en función de sus alcances, y Argentina, siempre competitiva, ya está instalada una vez más en el último enfrentamiento del certamen.
LA GARRA NO ES SUFICIENTE
En un partido con altas expectativas dado que se enfrentaban los dos equipos que mejor habían jugado en el torneo, se desplegaron pasajes con alta tensión e intensidad, no siempre por las mejores razones, y finalmente prevaleció más la lucha y fuerza que el talento y la creatividad. Primero fue Colombia quien dominó el partido durante el primer cuarto de hora que incluyó un cabezazo de Lerma que pasó muy cerca del palo izquierdo; Uruguay iba recuperándose y Núñez tuvo la primera suya y del equipo pero su disparo salió desviado: vendrían otras tres del delantero que no podía aprovechar, si bien mostraba permanente presencia en el área. La recta final de la primera parte fue determinante: Lerma recibió servicio de James para anotar de cabeza el gol que mandó al frente a los suyos y después de una oportunidad de Ríos para ampliar el marcador, Muñoz salió expulsado por dar un codazo bien visto por el VAR, tras ser provocado.
La segunda mitad, en consecuencia, cambió de manera radical: los uruguayos tuvieron la pelota gran parte del tiempo, mientras que los colombianos trataban de mantener ventaja sin dejar de enviar ciertos avisos al frente, como pronto lo hizo Córdoba con la cabeza. Vinieron los cambios y la presión arreciaba, pero sin conseguir generar un peligro continuo, entre algún disparo de media distancia y algún centro que no encontraba compañero desmarcado. El eterno Luis Suárez, quien entró de cambio, dejó una pelota en el poste y Valverde lanzó un disparo muy cercano. Giménez tuvo un par de cabezazos y del otro lado, Uribe fallaba dos que hubieran sentenciado el partido desde. Al final decepcionó el equipo uruguayo, como bien lo reconoció Bielsa, incluso recurriendo a provocaciones fuera de lugar, y Colombia se instaló en el juego definitivo. El árbitro Ramos resolvió bien un enfrentamiento muy complejo que incluso terminó con trifulca entre aficionados e incluso jugadores. Penoso.