Sucede que a veces me harto
de brincar de una tarde a otra
de fastidiar esta tierra con mis pasos
me cansa ir de una noche transparente
a un amanecer colmado
de la suciedad de mis vicios
a la ducha nocturna y el descanso.

Sucede que a veces amanezco
palpando con dedos invisibles
cada tramo de mis huesos
reconozco la extensión
el volumen de mi cuerpo
la masa de mis moléculas carcomidas
por el óxido de la noche, acerbo
otra vez me levanto y arrastro
la cobija de mi alma, el desconcierto.

Sucede que a veces desconozco
la sencillez del hombre,
el súbito gozo
que llegó a vestirme la tristeza
saco viejo, roto
con el que salgo cuando siento que de nuevo caigo.

Y pedaleo con vigor la bicicleta,
corriendo atravieso valles,
como y bebo,  abrazo y beso,
amo a la mujer que la vida me desnuda.
Sin embargo me resulta inevitable
darme cuenta de que el pájaro
menudo y leve ya no es el mismo
papalote colorido
cuando cae la tarde.

Jorge Olmos
De formación normalista, se desempeña como editor en la ciudad de Guanajuato. Dirigió el suplemento cultural Malacate del desaparecido periódico El Nacional. Ha sido parte del consejo editorial de diversas revistas de circulación regional. Varios libros publicados.