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GUÍA DE LECTURA

Niños tristes, de Gabriel Rodríguez Liceaga

Jaime Panqueva

Niños tristes, de Gabriel Rodríguez Liceaga

¿Qué sería de la difusión de jóvenes autores mexicanos sin las ediciones que pueden conseguirse a un precio muy asequible en muchas de las librerías del país gracias al Fondo Editorial Tierra Adentro? Sin duda no faltará quien desee polemizar al respecto, pero deberá reconocer que sin éste, muchas publicaciones de cuento y poesía, difícilmente verían la luz por la dificultad de encontrar un buen editor (ya ni siquiera digamos uno con buena distribución) que asuma el riesgo. Lo anterior lo comento porque creo importante dar también espacio en estas recomendaciones a algunos jóvenes autores que he tenido de leer en sus ediciones, y quiero compartir con ustedes. Sí, ya sé que el término joven también es muy discutible. Sin embargo, para ser consecuente con los estándares nacionales, sostendré que es joven todo aquel situado por debajo de los 35 años, lo cual, concuerda con la pirámide generacional del INEGI y, además, con los avisos clasificados de empleo.

Gabriel Rodríguez Liceaga (Ciudad de México, 1980) entra con facilidad en esta categoría, la de joven, pues tiene un par de novelas en editoriales de mayor difusión; Balas en los ojos (2011) y El siglo de las mujeres (2012) con Ediciones B. El ejemplar que cayó en mis manos, Niños tristes, es una colección de cuentos ganadora del Premio Nacional de Narrativa María Luisa Puga, publicado por Tierra Adentro el año pasado.

Escritos con mucha agilidad, sentido de la ironía y capacidad de observación, cada relato se abre a un mundo particular; un reino de eunucos vengativos y reprimidos; la guerra del centavo en Tlalpan; la producción de cine en la selva amazónica; sosias del facebook; una pareja joven en un departamento del DF habitado por roedores, entre otros, dan fe de un autor con muchos recursos y que ha sabido abrevar de diferentes tradiciones. Los relatos de Rodríguez Liceaga deleitan, hacen sonreír y, a la vez, tocan fibras sensibles en el lector porque también saben poner el dedo en las llagas de nuestra sociedad, la infelicidad urbana, la crueldad, las vidas no vividas. Vale la pena seguirle la pista a este escritor, si quiere una muestra adicional visite su blog No estoy borracho, en: http://no-estoy.blogspot.mx/