Apreciado señor Panqueva, así rezaba el correo electrónico, ¿por qué recomienda a Dante? ¿Por qué defiende esa concepción judeo-cristiana del más allá, que es la causa de todos nuestros males y culpas actuales? ¿Por qué no nos brinda alternativas escatológicas y literarias diferentes a la tradición del infierno-cielo-purgatorio?

Aquí, por motivos de espacio y salud mental de los lectores, finalizo la cita de una lectora de esta guía, que firmó su misiva bajo el pseudónimo de Florecita budista.

No quise entrar en polémicas, y preferí aprovechar la crítica para buscar algo que satisficiera las exigencias místicas de Florecita y, como era de esperarse, encontré una novela relacionada con la transmigración de las almas, también conocida como reencarnación. Por fortuna, no tuve que echar mano del Mahabharata ni de algún escritor hindú o chino clásico. Esta historia comienza en los altos de Jalisco en el siglo XX con el nacimiento de Jerónimo Rodríguez. Hijo de españoles inmigrados. A lo largo de su historia en “esta vida” nos iremos enterando de sus vidas pasadas, que se remontan desde la última glaciación hasta su presente cosmopolita. Álvaro Enrigue (Guadalajara, 1969) recorre con fluidez, elegancia y un exquisito sentido del humor, la extensa vida de Jerónimo, con apariciones a lo largo de los siglos y los continentes. El lector visitará Marsia, Mongolia, Palestina, Nápoles, entre otras, fluctuando entre lo real, muy bien documentado, y lo ficticio, personajes creados como comparsas de figuras históricas como Pablo de Tarso o del escritor Francisco de Quevedo.

Editada por Anagrama (de acuerdo, no es un libro barato) en 2008, es relativamente fácil de encontrar hoy en las librerías. Como link puedo dejarles esta muestra del primer capítulo, publicada por el diario El País.

Con la tranquilidad que me brinda haber cumplido con Florecita, dejo como ñapa la recomendación de Álvaro Enrigue su trabajo narrativo posterior, Decencia (Anagrama, 2011). Y un link para los que quieran conocer más sobre su trama.

Gracias, Florecita.

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