GOZO COTIDIANO
Los discos del 2015: Las mujeres al frente
Fernando Cuevas Garza
Empezamos nuestro recorrido por los sonidos del año que recién terminó. Como ha venido sucediendo, cada vez se cuenta con mayor acceso para conocer propuestas diversas por vías varias, más allá de los grandes estudios de grabación. Signo de nuestros tiempos, el aporte femenino a la música popular sigue siendo sustancial, tal como se despliega en las siguientes líneas.
Expansionismos
La artista multidisciplinaria Laurie Anderson realizó Heart of a Dog, filme y disco, alrededor del significado del amor, la vida, la pérdida y la muerte, con dedicatoria especial para su marido Lou Reed y en recuerdo de su querido can, cual símbolo de los afectos que escapan a la razón. Después de diez años de silencio, el feminismo descarnado de Sleater-Kinney se mantiene intacto, como se puede advertir en el conciso y macizo No Cities To Love. A partir de su propia ruptura de pareja, Björk sangra y contagia en Vulnicura, donde las cuerdas se tensan hasta mitigar el dolor.
Julia Holter tejió fino en Have You in My Wilderness, disco del año para Uncut y Mojo, en el que el toque arty se enraíza en una particular cercanía que atrapa a las primeras de cambio y por voluntad propia. Por su parte, la arpista Joanna Newsom vuelve a crear en Divers un universo propio, donde el amor es barroco e inescrutable y la quietud, impensable. Deradoorian, en su camino separada de Dirty Projectors, abre el abanico de su incremental apuesta y nos invita a la utopía en The Expanding Flower Planet.
Ya en sus sesentas, Rickie Lee Jones explora impulsos y motivos en The Other Side of Desire con su tradicional combinación de folk jazzeado. Su influencia se ha extendido a cantantes y compositoras notables como los casos de Laura Marling, quien se mantiene como una compositora brillante, tal cual se escucha en Short Moving, y en Aly Spaltro, conocida en el medio como Lady Lamb the Beekeeper, autora del encantador After, un segundo disco de atmósferas reconfortantes.
Búsquedas
Con Art Angels, la canadiense Claire Boucher (a.k.a. Grimes) aprovechó las posibilidades del pop para recrear un mundo de fantasía y, de paso, apoyó a Nicole Dollanganger para grabar Natural Born Losers, cargado de aniñada oscuridad. Megan Remy, perpetró Half Free a través de su proyecto U. S. Girls, absorbente recorrido por el peligro de violencia que se anida en el hogar, y Colleen Greene declaró intenciones en I Want to Grow Up, a través de un lo-fi emergente. La canadiense Tamara Linderman, alias The Weather Station, grabó el inspirador y delicado Loyalty, su tercera entrega.
La fashionista irlandesa Róisín Murphy, ya sin Moloko, entregó el diversamente electrónico Hairless Toys, su tercer disco solista, y Holly Herndon hizo lo propio con Platform, segunda obra que bucea en las posibilidades artísticas de la lap top como transformadora de sonidos circundantes en el mundo virtual. Torres regresa rockeando al mundo tangible con más confianza en su opus 2 titulado Sprinter.
Katie Crutchfield ha desarrollado una obra alternativa notable como solista bajo el nombre de Waxahatchee, consolidada con Ivy Tripp, su tercer disco, mismo número que Ezra Furman, quien nos obsequia el variado e imaginativo Perpetual Motion People. Desde Noruega, Jenny Hval nos dio aviso de la situación en la que podemos estar en Apocalypse, girl, con su característico pop experimental, y Susanne Sundfør le cantó a esa mezcla de sentimiento incontrolable y decisión voluntaria en Ten Love Songs.
Country, pop y otros felices encuentros
En los terrenos del neocountry, como para mantener y engrandecer la tradición, cuatro ejemplos representativos: Kacey Musgraves presentó Pageant Material; Ashley Monroe grabó The Blade; Gretchen Peters, confirmándose como una de las cantantes a seguir en el género, el álbum Blackbirds y Allison Moorer sigue consolidando su trayectoria con discos notables como Down to Believing. Jewel ha mantenido una carrera discreta y constante en el folkpop y este año grabó Picking Up the Pieces. La cantante de Malí Kandia Kouyate demuestra experiencia y sensibilidad ancestral en el revivificado Renascense.
En el ámbito del pop, Adele regresó con más platillo que bombo en 25; Miranda Lambert con el efectivo Platinum; siguiendo su conocida vertiente, Florence + The Machine firmó How Big, How Blue, How Beautiful, y Christine and The Queens, con buenas dosis de promesa, levantó la mano con el homónimo Christine and The Queens; la canadiense Carly Rae Jepsen se encaramó en las listas con E-MO-TION y Leona Lewis con I Am; en tono introspectivo que parece ya incorporado, Lana Del Rey contribuyó con el agridulce Honeymoon.
Recién llegadas
Jessica Pratt se presentó con acentos folk salpicados de psicodelia vía On Your Own Love Again; Natalie Prass, originaria de Nashville, recupera tradiciones y las actualiza con sentida dosis de pop en Natalie Prass, su carta de presentación. La australiana con la energía a flor de piel Courtney Barnett, presentó su primer LP oficial Sometimes I Sit and Think, Sometimes I Just Sit, aunque sus EP anteriores se editaron en un largo, con la suficiente ironía para que la rabia se expanda con enjundia.
Después de acompañar a Tricky, Francesca Belmonte regaló elegancia electrónica en Anima. Empress Of presenta Me, un primer largo que denota enfoque en los terrenos del electropop por parte de la angelina Lorely Rodriguez. Ibeyi está formado por unas gemelas veinteañeras con sangre cubana nacidas en París y grabaron el ídem Ibeyi, arranque homónimo con un R&B sazonado a partir de cierto aliento alternativo. Rhiannon Giddens, integrante de The Carolina Chocolate Drops, aprovecha la oportunidad en Tomorrow Is My Turn, con el consabido sabor de la música de raíces.
El tecno de la alemana Helena Hauff, que no niega la cruz de su parroquia, se despliega en Discreet Desires, su LP debut aunque ya tenía algunas otras grabaciones. La galesa integrante de The Pipettes conocida como Gwenno, sorprendió con el pulido pop sintético de Y Dydd Olaf y el par de adolescentes angelinas de The Girlpool, bajo y guitarra en mano, se apuraron antes de que fuera demasiado tarde y llegara la adultez, en Before the World Was Big.
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Fernando Cuevas Garza. Es asesor de proyectos educativos y escribe sobre cine, música, literatura y arte en general desde hace cerca de 20 años, buscando aprender y disfrutar de estas manifestaciones humanas. Ha colaborado en diversos medios y entre sus publicaciones se cuenta Historia y apreciación del arte, editado por Pearson en el 2010.