Es lo Cotidiano

FUMADORES [XXIII]

Larry Bird

José Luis Justes Amador

Fumadores, Larry Bird
Fumadores, Larry Bird

El calvo gritando junto a Larry Bird es Red Auerbach. Sus amados Boston Celtics, de los que fue entrenador, mánager general y presidente, han vuelto a ganar un campeonato de la NBA. Ha pasado a la historia por sus triunfos, por haber hecho de los Boston Celtics un equipo mítico y, sobre todo, por su inseparable puro, “el puro de la victoria”.

En aquellos tiempos gloriosos en que se podía fumar en todos los lugares, incluidos los pabellones deportivos cerrados, el entrenador Auerbach se fumaba uno en el banquillo cuando el partido estaba entrando en su fase final. Siempre lo prendía. Si el equipo iba ganando, para celebrarlo en forma de relajación tras la intensidad. Si iba perdiendo, para amedrentar a los contrarios, dando por seguro que “el puro de la victoria” sería de la victoria.

Red Auerbach fue, también, el descubridor de Larry Bird, motor durante seis temporadas gloriosas de los Celtics. El puro, “el puro de la victoria”, que sostiene entre sus labios Larry, con una mano ocupada en hacer el signo de la victoria y la otra en un abrazo a Auerbach, ha salido probablemente de uno de los bolsillos interiores del traje de Red.

Pensar en tabaco es pensar en músicos, en escritores, en actores y actores, en imágenes icónicas, pero rara vez es pensar en deportistas. Por eso nos resulta tan extraño ver a Larry, el gran Larry Bird, con un habano en su boca. Aunque el baloncestista sea uno más de esa larga, no muy larga pero si más extensa de lo que podríamos imaginar, lista de deportistas que no le hacían ascos a los distintos derivados del tabaco.

Larry era blanco, blanquísimo, para una NBA en la que, coincidencias del destino, el primer jugador negro había sido fichaje de Auerbach. Tal vez por eso, por su color de piel, el puro de sus labios destaca más. Destaca contra su piel y contra su uniforme, contra todo lo que se espera. Larry sabe que en la hora de la historia, la hora del puro, no importa otra cosa que la alegría y el disfrute. Fuma porque lo sabe.

La fotografía, una fotografía tomada mucho antes de la dictadura de lo políticamente correcto, es una de las pocas que el Larry Bird Trust y la tienda oficial de los Celtics ofrece de la estrella con autógrafo incorporado. Por la celebración de una temporada más de los Celtics campeones, por los dos iconos –fumadores– del baloncesto juntos. Y no importa que Bird esté fumando, porque se lo ha ganado.

“Nuestro orgullo nunca se ha reflejado en las estadísticas, sino en nuestra identidad como los Boston Celtics”, dijo alguna vez Auerbach. Nuestro orgullo, podríamos versionarlo, no debe reflejarse en las estadísticas de fumadores o no fumadores, sino en nuestra identidad cada vez que prendemos un cigarro o un puro, aunque sea en la derrota.

En la esquina inferior derecha de la fotografía está el trofeo, menos importante –bastante menos importante- que “el puro de la victoria”.

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