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POESÍA

Poemas y cosas

Fay Zwicky

Fay Zwicky
Fay Zwicky
Poemas y cosas

Yad Vashem, Jerusalén, 1994

En el siglo once
Wei T’ai nos dijo cómo
un poema se concentra sobre la cosa
para comunicar mejor el sentimiento.

Sé preciso, dijo el sabio Wei T’ai
con respecto a la cosa
pero reticente
con respecto al sentimiento.

Cuando la mente responde, conecta
con la cosa, y el sentimiento se muestra.
Así, él dijo, es como un poema
entra profundo en nosotros.

Si el poeta escribe sus pensamientos
que agobian, no se guarda nada,
nos atiza superficialmente,
dice Wei T’ai desde

la oscuridad del siglo once.
El poeta que no se guarda nada
no puede hacer que las manos, los pies
se muevan sin querer, pisoteen sin querer,

no puede consolidar la moralidad,
refinar la cultura, poner el cielo y la tierra
en movimiento, invocar a los necesarios
espíritus de los muertos.

Estos son los atributos de un poeta
según el sabio Wei T’ai
quien habla desde la
oscuridad de la antigüedad.

Hoy en Yad Vashem[1]
visité la oscuridad de nuestro
siglo veinte y le pregunto a Wei T’ai de nuevo
qué es un poema, qué un poeta,

manos quietas sin querer,
pies congelados, ojos aterrados
ante un cielo y una tierra
una vez puestos en ferviente movimiento.




***
Fay Zwicky
(1933-2017) fue una poeta y escritora australiana. Su nombre de nacimiento es Julia Fay Rosefield. Es célebre por su poema autobiográfico Kaddish, en el que se pone frente a frente con su identidad judía.

La traducción es de Esteban Cisneros.

[Ir a la portada de Tachas 296]

 

[1] Yad Vashem es una institución oficial israelí constituida en memoria de las víctimas de la Shoah, el Holocausto, ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial. Es también conocido como The World Holocaust Remembrance Center y consiste en un museo histórico en el Monte Herz en Jerusalén y distintas actividades de financiación para publicación de material, memorias, exposiciones itinerantes y conservación de archivos históricos. El nombre puede entenderse como, literalmente, un monumento y un nombre, y hace alusión al profeta Isaías, quien usó el término “yad vashem” como sinónimo de nombre permanente.