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CRÍTICA

Tachas 479 • Geometría ruidista en pleno esplendor de La Movida • Efra Paéz

Efra Paéz

La Movida
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Tachas 479 • Geometría ruidista en pleno esplendor de La Movida • Efra Paéz

Esplendor Geométrico son el disparo en la muñeca de la movida, como lo fue Rimbaud en la muñeca de Verlaine

 

Pablo Cerezal[1]

Relegados a estatus de “banda de culto” dentro de su país, alabados y versionados por referentes de la música industrial como Aphex Twin, Coil, Autechre y Chris & Cosey (proyecto de los ex integrantes de Throbbing Gristle), Esplendor Geométrico lleva más de 4 décadas generando ruidos ásperos y presentaciones energéticas.

Han conseguido sobrevivir a la mayoría de sus famosos compañeros generacionales, aquellos que bajo el nombre de “La Movida” monopolizaron la industria cultural española tras la dictadura franquista. El tiempo demostró que el discurso de liberación que vendieron los grupos de “La Movida” no era más que hedonismo conformista y filosofía de locutorio, pero en su seno se gestarían unos pocos proyectos anómalos, siendo Esplendor Geométrico el más radical de todos.

Su líder y único miembro fundador todavía en activo, Arturo Lanz conoció en el instituto secundario a Servando Carballar, con quien formarían Holoplástico, banda de tecno pop que daría lugar a Aviador Dro y sus Obreros Especializados, agrupación que en sus inicios se hallaba muy influenciada por el postpunk y que copiaba la estética y parte del discurso industrial-apocalíptico de los estadounidenses Devo.

Aviador Dro pronto abandonó su primigenio molde postpunk y derivó en synth pop de fácil digestión, llegando a convertirse en uno de los buques insignia de la ya mentada “movida”. En ese vuelo ya no estaría Lanz, quién en 1980, junto con dos de los “obreros especializados”, Gabriel Riaza y Juan Carlos Sastre, se escinde de la formación para crear Esplendor Geométrico.

Si bien el nombre de “Esplendor Geométrico” aparece en un poema del escritor futurista –y fascista- italiano Filippo Marinetti, Lanz en una entrevista para Rockdelux (2010) aclara que esto no se debió a filiación intelectual o ideológica alguna:

No elegí el nombre de Esplendor Geométrico por afán intelectual, sino porque es bonito. Pero sí que es verdad que Marinetti, la vanguardia… puede hacer que la gente nos crea elitistas. Se puede dar esa interpretación, pero para desmentirla existen las entrevistas y el directo. Porque ahí sí te das cuenta de que de intelectuales tenemos muy poco.[2]

Recorrer la más de treintena de discos oficiales e infinidad de grabaciones en vivo y piratas de Esplendor Geométrico sería un trabajo pantagruélico, pero se puede ir reconociendo hitos y transformaciones a lo largo de su trayectoria.

En sus inicios se decantaron por el industrial con imaginería soviética, pasando por periodos donde combinaron lo electrónico con la música árabe y de ruidismo noise, género con el que son mayormente identificados. En la actualidad están enfocados en lo que autodenominan música tribal del siglo XXI:

Mi música, al igual que la tribal, lo que yo entiendo por eso, tiene una función. No es únicamente el goce de escucharla, sino que hay algo objetivo que en muchos casos es el de la concentración, no pensar en nada más. Eso es lo que pretendo cuando hago música por las noches.[3]

Lo único que se mantiene constate en Esplendor Geométrico es su modo de producción Do It Yourself. Si bien constan en catálogos discográficos de todo el mundo, en su mayoría los lanzamientos de Esplendor Geométrico han sido realizados por su propio sello, Geometrik, la cual cambió de nombre y actualmente se denomina ROTOR discos.

Debutaron con “Moscú está helado”, single que hasta la fecha sigue siendo el más popular de la banda pero que nunca tocan en vivo, ya que lo consideran un tema de Aviador Dro y no de Esplendor Geométrico.

En esta primera época sus líricas eran sórdidas y el afán claramente provocador, más cercano al punk que los propios “punks” de la movida, quienes se horrorizaban ante la fiera actitud de los Esplendor.

El grupo fue rechazado por toda la intelligentsia contracultural de la época, temerosa de que el radicalismo de su propuesta fastidiara el clima de alegre libertad creativa.[4]

Cuenta la historia que en 1981 compartían estudio con Alaska y los Pegaminoides, quienes tras su estética “dark” escondían una mentalidad conservadora. Lanz se cruzó con Eduardo Benavente, baterista de Alaska –y futuro líder de Parálisis Permanente-, quien tras escuchar “Necrosis en la poya” quedó horrorizado y le dijo a Lanza:

Menuda mierda de disco habéis hecho, tío.

A lo que Lanz respondió:

Menos mal. Si te hubiera gustado, habría empezado a preocuparme.

Juan Carlos Sastre abandona la formación en 1981, pero sigue colaborando con la línea gráfica de Esplendor Geométrico. Ya sin guitarrista el sonido de la agrupación se vuelve más crudo y las letras pierden espacio para cedérselo a montajes con discursos políticos y fragmentos de noticieros que –sacados de su contexto original- adquieren un cariz decididamente perturbador.

El fin último que persiguen las canciones de Esplendor Geométrico es que el oyente pierda su identidad. No pensar y caer en trance para anular toda pretensión artística o mensaje ideológico.

Tengo un problema en reconocer las manifestaciones artísticas. ¿Es más ‘artístico’ una pintura, una composición musical, una escultura o un libro, que la ingeniería industrial o aeroespacial? ¿Podríamos considerar arte el llevar unas relaciones armónicas con otras gentes, culturas y entornos? Dicho esto, creo que las barreras son artificiales y me reafirmo en que EL ARTE ME LA PELA, más que nada porque no veo un concepto claro de lo que es…  La verdad es que nunca me han inspirado los paisajes industriales, y menos me van a inspirar las teorías económicas. No tengo fuentes de inspiración, simplemente dejo la mente vacía y disfruto de los ritmos hasta reventar.[5]

Tras publicar su primer LP, “Héroe del trabajo / El acero del partido” en 1982, toman un hiato de tres años. A finales de los 80’s mutarían su sonido hacia algo más rítmico gracias a las influencias árabes que adquirieron tras largas estancias en el Tánger y Melilla. Producto de ese influjo magrebí surgen dos de sus discos más alabados, “Sheikh Aljama” y “Arispejal Astisaro”.

De aquí en adelante casi todas sus canciones serán instrumentales para darle preponderancia al ritmo machacador y anti melódico del ruido que creaban desde sus máquinas infernales.

En 1992 se une a la banda Saverio Evangelista, un promotor musical italiano que había trabajado en el concepto visual de los shows en vivo de Esplendor Geométrico. Al poco tiempo Gabriel Riaza adoptaría la fe musulmana y abandona el grupo, el cual desde entonces funciona como una dupla entre Lanz y Evangelista.

Abandonan la veta árabe y regresan a la brutalidad sonora de sonidos metalúrgicos con “Polyglophone” (1997). Al año siguiente Arturo Lanz se traslada a vivir en Pekín, China, donde se desempeña como diplomático –anteriormente llegó a ser teniente del ejército español y en China lo han acusado de ser parte de un sistema de espionaje contra el gobierno de dicho país, acusación de la que Lanz se ríe- y regenta una mini cadena de restaurantes de comida mediterránea.

Desde entonces el trabajo de Esplendor Geométrico se ha desarrollado a distancia, con Lanz en Pekín y Evangelista desde Roma. Intercambian maquetas sonoras y trabajan on-line, pero cada cierto tiempo se reúnen para tocar en vivo en distintos festivales por Europa del Este, Holanda, Alemania y Japón, países con un movimiento industria consolidado, a diferencia de su España natal, donde su propuesta sigue siendo una rareza.

Pese a bordear los 60 años, Lanz –quien funge también de cantante en las pocas canciones que tienen letra de Esplendor Geométrico- corre por el escenario, se desnuda y aúlla por todo lo alto mientras se ahorca con el cable del micrófono. Su show suele ir acompañado por videos perturbadores de dictadores y soldados en actitudes grotescas. Evangelista considera que los conciertos de Esplendor Geométrico “se parece(n) más a cierto tipo de rock más que a un concierto de electrónica”.[6]

Con 42 años de trayectoria, Esplendor Geométrico sigue sacando material nuevo y presentándose en directo. Lanz se enorgullece de que ninguna de sus exmujeres disfrute su música y que sus hijos adolescentes le acusen de hacer ruido, considerando esta última acusación como una buena señal.

Es que si escuchara grupos que hacen lo que yo, me volvería loco, no me apetece. De hecho, no escucho ni lo que he hecho yo.[7]

Lanz afirma no estar al tanto de las vertientes contemporáneas de música electrónica, esa engorrosa labor investigativa se la carga a Evangelista. Si bien la evolución tecnológica le ha facilitado instrumentos y programas nuevos, Lanz no creo que hayan variado mayormente el sonido de la banda, pues el concepto sigue siendo el mismo que cuando empezaron: hacer ruidos anti melódicos y no intelectualizar sus discos. Tan extrema es esta decisión que Lanz ni siquiera escoge el título de sus canciones, deja esa labor al azar.

Su último disco de estudio es “Fluida Mekaniko” (2016), pero el 14 de marzo de 2019 lanzaron su nuevo single, “Clerencia”, el cual pueden escuchar aquí:

https://open.spotify.com/album/4WySA2Tmfa4pGJk7EmgUVk

Y para una selección de lo mejor de Esplendor Geométrico (según Spotify):

https://open.spotify.com/playlist/37i9dQZF1DZ06evO1hifyA




***
Fernando Escobar Páez (EFRA PÁEZ). Quito, 1982. Cuidador y rescatista de gatos gordos. Devoto seguidor del Barcelona Sporting Club y de El Monstruo del Espagueti Volador. Actualmente anda valiendo verga en su tesis maestría en Antropología Visual. Su obra poética ha sido traducida parcialmente al inglés, alemán, portugués, ruso y francés. Colabora regularmente con varios medios impresos en las secciones de cultura, política y esoterismo. Ha publicado los poemarios “Los Ganadores y Yo” (2006), “Escúpeme en la verga” (2013) y “Tu retorno con aliento a biberón, peluche y verga ajena” (2018), y el libro «anfibio» (microrrelatos + prosa poética) «Miss O’ginia», el cual ha sido publicado en Ecuador, España (ebook), Chile, Argentina, Bolivia (edición cartonera) y Francia.
Textos suyos constan en una veintena de antologías de poesía y crónica periodística, tanto en Ecuador como en el extranjero.

Le vale tres atados de verga la sarta de huevadas que se dicen en su contra.



 

[Ir a la portada de Tachas 479]

 

[1] Guionista del documental Geometría del Esplendor. El Asombrario & Co. 2016. “El terrorismo musical de Esplendor Geométrico se hace imagen”. Entrevista por Rubén Caravaca Fernández.

[2] Rockdeluxe, 2010. “Esplendor Geométrico: Autarquía de ritmo y ruido”. Entrevista a Arturo Lanz por Óscar García.

[3] Rockdeluxe. Ibídem.

[4] Diario El Mundo. 2010. “Miedo y asco en Madrid”. Por José Fajardo.

[5] La Fonoteca. 2015. “Entrevista a Arturo Lanz, Esplendor Geométrico” por Raúl Alonso.

[6] Diario El Mundo. Ibídem.

[7] Rockdeluxe. Ibídem.