Este fin de semana se lleva a cabo en todo el país la venta nocturna del Fondo de Cultura Económica, cuya actividad bajo la tutela de Paco Ignacio Taibo II, pese a quienes les pese, se ha dinamizado en particular con la producción y distribución de ediciones realmente económicas. Ya en este espacio comenté hace unos años el impulso de la colección Vientos del pueblo (Guía 308 / Tachas 314), a la cual ha seguido una explosión de títulos en su colección popular y en sus librerías digitales, todo esto en medio de la fusión con la malhadada cadena de librerías Educal y los trances que ha conllevado el saneamiento de su cartera.

Pero no deseo alejarme del asunto literario, en esta oportunidad los Vientos del pueblo, serie de la que compro ejemplares para regalar a diestra y siniestra, trajeron a mí a un autor polaco que no conocía y cuyo nombre no me atrevo a pronunciar, Jerzy Andrzejewski. Nacido en la primera década del siglo XX, cuando Polonia hacía parte del imperio austrohúngaro. Andrzejewski era considerado el autor católico más importante en idioma polaco cuando la segunda guerra mundial dio inicio con la invasión alemana a su país. Durante lo años de ocupación hizo parte de la resistencia.

La formación, o Apel, en polaco, fue publicado originalmente en Londres a mediados de 1945, y se ambienta en los inicios del campo de concentración de Oswiecin, que será conocido más tarde por todo el mundo como Auschwitz. Según comenta en la edición original su prologista, Andrzej Pomian, Andrzejewski conocía al testigo de los crímenes que narra en este relato largo cuando el campo concentraba presos políticos. “Varsovia aún no es libre. El hombre todavía lucha en eso, contra el pavor al mal y a la soledad en el vacío y el silencio.” Ese mismo mal, encarnado en las SS hitlerianas, que se ensaña contra los disidentes, pocos años después ejecutará la “Solución final” destinada al pueblo judío. La edición del Fondo de Cultura se complementa con espeluznantes ilustraciones de Edu Molina. 

Andrzejewski no sólo sobrevivió la guerra, tuvo tiempo para encantarse con las promesas del socialismo soviético, y luego para renegar de él y combatirlo. Su obra posterior, al igual que la de otros disidentes, se publicó fuera de su país gracias a las redes de polacos en el exterior. Sin embargo, no alcanzó a ver la caída del muro. Falleció en 1983.

Para cerrar, si estamos de plácemes por la venta nocturna y las novedades a precios accesibles en medio de esta inflación que parece no dar tregua, también hay que celebrar la visita del escritor Juan Villoro a Irapuato, patrocinada por el Fondo de Cultura y la librería Emma Godoy, el próximo jueves, 8 de septiembre, para presentar un nuevo ejemplar de la serie de su Profesor Ziper. La cita será en el Foro del CREA a las 6:00pm. No hay excusas. 

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