sábado. 20.04.2024
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Tachas 506 • Premiata Forneria Marconi: Progresión a la italiana • Fernando Cuevas

Fernando Cuevas

Premiata Forneria Marconi
Premiata Forneria Marconi
Tachas 506 • Premiata Forneria Marconi: Progresión a la italiana • Fernando Cuevas



Entre finales de los años sesentas y la primera mitad de los setentas, el rock progresivo nació, se desarrolló y consolidó con particular fuerza en Inglaterra, pero alcanzó otras geografías, como la alemana, la holandesa y la italiana. De esta última, surgieron bandas que pronto se volvieron de culto y trascendieron fronteras, en particular tres: Banco del Mutuo SoccorsoLe Orme y Premiata Forneria Marconi (PFM), si bien aparecieron otras relevantes como AreaMuseo RosenbachOsannaIl Balleto Di Bronzo, Il Castello Di Atlante y Perigeo, entre otras. De todas ellas, la que ha alcanzado una mayor internacionalización fue, justamente, PFM.

Formado de las cenizas del grupo sesentero I Quelli, el grupo quedó integrado por una sólida alineación de músicos que ya contaban con experiencia en estas lides de vanguardia y de texturas complejas, sobre todo creada junto al músico Lucio Battisti, quien resultaría una fuerte influencia musical y letrística: Franz Di Cioccio (batería), Flavio Premoli (teclados), Franco Mussida (guitarra), Giorgio Piazza (bajo) y Mauro Pagani (flauta y violín). Acordaron nombrarse así en honor a la panadería en cuyo sótano ensayaban.

Después de abrirle a Yes un concierto, uno de sus fuertes referentes junto a GenesisKing Crimson y Procol Harum, con quien también compartirían escenario después, debutaron con Storia di un minuto(1972), álbum que seguía los principios estructurales del progresivo pero que además dejaba que ciertos vientos mediterráneos se colaran entre sus armonías: siete cortes de rock sinfónico con todas las de la ley, infestado de apuntes folk y esencias jazzeras, justo para celebrar con una fiesta las impresiones de septiembre, mes mágico. Un gran primer disco que resultó un fuerte impulso para permanecer en la escena mucho más que un minuto.

Per un amico (1972) consolidó el prestigio del quinteto tras su imparable debut con esas melodías que de pronto nos trasladaban al Renacimiento, incluyendo armonías cual sostén del revoloteo de la flauta, y despertó el interés de los notables de la comunidad progresiva al grado que mereció una versión en inglés titulada Photos of Ghosts (1973) con el apoyo de Greg Lake y letras adaptadas por Pete Sinfield (King Crimson, Roxy Music): esta versión le consiguió a la banda italiana volverse conocida en el mundo. Con el bajista francés Patrick Djivas entrando al quite en lugar de Piazza, grabaron con épica y grandilocuencia L'isola di niente (1974), como para ver la luna nueva desde esa isla misteriosamente vacía y apreciar la belleza de la Dolcissima Maria; igual que se predecesor, fue reeditado por Manticore, el sello de Emerson, Lake & Palmer, como The World Became The World (1975). 

Apareció su primer disco en vivo, Live in USA (Cook) (1974), producto de su reconocimiento de este lado del Atlántico y volvieron al estudio para grabar en inglés Chocolate Kings (1975), construyendo intrincadas estructuradas sostenidas en el órgano Hammond, denotando fuerte influencia de Genesis y con una orientación política que incluyó un fuerte mensaje de apoyo a la causa palestina, lo que provocó cierta censura; cerraron la década, ya sin Pagani y con la incorporación de Lucio Fabbri, a través de Jet lag(1977), todavía grabado en Estados Unidos en una lógica de fusión jazz-rock y de cierto enfoque espacial; con Passpartù (1978), ya de regreso a sus terrenos, señalando un nuevo camino para la banda, disminuyendo el énfasis en la progresión y abriendo mayor espacio para el pop electroacústico y el folk mediterráneo, y con un par de volúmenes aparecidos en 1979 junto a Fabrizio De Andrè.

Además de varios discos en vivo, durante los ochenta grabaron Suonare suonare (1980) en tesitura rockpop y con la ausencia de Premoli, que regresaría en 1995; Come ti va in riva alla città (1981), acentuando el énfasis pop, al igual que P.F.M.? P.F.M.! (1984), con todo y canción de dicada a Marlon Brando, y Miss Baker (1987), con ciertos acentos funkies, presencia de metales y cuyo tema titular fue compuesto en honor de la bailarina estadounidense Josephine Baker. Tras una pausa de diez años y después de este periodo que pasó más o menos desapercibido, volvieron con Ulisse (1997), apoyados por las letras del connotado Vincenzo Incenzo y mirando hacia sus orígenes progresivos, cual ciclo propio de la odisea homérica en la que se regresa al punto de partida tras un largo periplo.

Empezaron el siglo con el energético Serendipity (2000), a manera de pasar lista de cara al nuevo milenio, al que le siguió Dracula (Opera Rock) (2005), banda sonora de la puesta en escena dirigida por el argentino Alfredo Rodríguez Arias. Presentaron el instrumental Stati di immaginazione (2006), navegando de pasajes acústicos y parajes más rockeros y de ahí grabaron A.D. 2010 - La Buona Novella (2010), una reformulación del disco clásico de Fabrizio De Andrè de 1970 con algunas aportaciones propias. Rindieron un homenaje en el 2013 a Mozart, ni más ni menos, proponiendo algunos arreglos a este clásico inmortal.

Tras otra pausa, con la salida de Mussida y solo con Di Cioccio de la formación original, volvieron con el doble Emotional Tattoos (2017), liderado también por el bajo de Djivas e integrado por un disco en inglés y el otro en español, con la guitarra de Marco Sfogli y los teclados de Alessandro Scaglione; presentaron después I Dreamed of Electric Sheep - Ho sognato pecore elettriche (2021) con Premoli de regreso y en clave cienciaficcional de corte conceptual que incluyen reminiscencias a Philip K. Dick, contando con invitados de lujo como Ian Anderson y Steve Hacket. No han dejado de aparecer antologías y discos en directo que dan cuenta de la profusa obra de esta banda progresiva que si bien tuvo su auge en los setentas, como buena parte del género, nos sigue regalando momentos sumamente disfrutables.

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