viernes. 19.04.2024
El Tiempo
Es lo Cotidiano

CRÍTICA

Tachas 507 • Caminos de la lírica popular brasileña • Valdemar Ramírez

Valdemar Ramírez

Condinome beija-flor, de Agenor de Miranda Araujo Neto
Condinome beija-flor, de Agenor de Miranda Araujo Neto
Tachas 507 • Caminos de la lírica popular brasileña • Valdemar Ramírez

Me gustan los prólogos. Con esto quiero decir, entre otras cosas, que me gustan las historias acerca de cómo otras historias vieron la luz, como el largo camino a la publicación en español del épico y deslumbrante Popol Vuh, o de cómo ciertas historias llegaron a la vida de alguien y decidieron quedarse ahí para siempre, como me ocurrió con la canción Condinome beija-flor, de Agenor de Miranda Araujo Neto, Jose Ezequiel Moreira Neves y Reinaldo Arias Gomes. Dicho esto, lanzo esta sonda espacial o su antecesor, tan profusamente mencionado que casi ya no nos dice nada: lanzo esta botella al mar, esperando encontrar no vida inteligente (hay razones para dudar que nuestra especie lo sea) sino alguna sensibilidad afín a la mía.

Nunca antes las personas, al menos las que no vivimos en extrema pobreza, tuvimos acceso tan fácil y rápido a música de todo el mundo. Gracias a las plataformas digitales y sus motores de búsqueda, hoy es posible encontrar incluso piezas muy viejas o de lugares muy lejanos. En algún momento llegué a creer que el hip-hop era una suerte de lingua franca que, de alguna manera, si no unía los pueblos, al menos era una señal de que esta diversidad que somos conserva grandes semejanzas. Tal vez sea esta una motivación pueril, pero el caso es que encontré eso en la música pop, tan denigrada por algunos entusiastas de otros géneros.

En fin, mi búsqueda tenía también otra motivación: guardar en la memoria auditiva algo que no fuera sólo pop estadounidense. Así di con el pop griego, y mi primer descubrimiento fue Μαλού Κυριακοπούλου (María —Malou— Kyriakopoulou, nacida en Kalamata, en el Peloponeso, en 1989). Lo primero que me atrapó fue su voz, su apasionada interpretación y, claro, la sonoridad del griego moderno. También gracias a los medios digitales, hoy es relativamente fácil tener una idea bastante aproximada acerca de qué dice un texto de otro idioma.

Pues bien, después de un tiempo de escuchar las increíbles interpretaciones de Malou (sin ello habría sido mucho más difícil sobrevivir en cierto lugar de trabajo), descubrí que también canta en italiano y portugués, y con una pronunciación que el público lusoparlante suele alabarle.

Es muy fácil copiar y pegar el título en griego en una nueva pestaña del navegador, añadir las palabras “letra traducida” y dar con varias páginas de participación colectiva que ofrecen traducciones de canciones en varios idiomas. Así fue como hallé la letra original en portugués de Condinome beija-flor y con su video oficial.

No todas las traducciones son hechas por profesionales, pero con un poco de lógica, con ayuda de programas de traducción y cierto dominio del propio idioma, es posible tener una versión aproximada de un sinfín de letras. No soy políglota, pero sí dedico tiempo a explorar otros idiomas, así que cuento con algunos rudimentos de portugués que también ayudan a detectar cuando una frase tal vez no está bien traducida porque carece de sentido.

Llegados a este punto debo ser muy claro en lo siguiente: un programa de traducción jamás sustituirá la labor humana, meticulosa y seria de un traductor profesional, sus conocimientos culturales acerca de su lengua materna y aquella otra lengua a la que ha decidido dedicar su vida. Mi intención no es alentar a alguien a lucrar con traducciones fraudulentas, eso sería traicionar al propio gremio editorial, la nación a la que debo mi oficio.

Hablemos de la pieza en cuestión. En medio del universo de canciones de ruptura y despecho que van desde lo trillado hasta lo burdo y violento, he aquí una canción de ruptura de una delicadeza que uno ni siquiera se habría atrevido a intentar. Su tema (o su lema) me trae a la memoria un fragmento de aquellos versos breves y luminosos de José Martí: “Yo he visto vivir a un hombre / con el puñal al costado / sin decir jamás el nombre / de aquella que lo ha matado”. La otra canción de ruptura que me sigue fascinando por su elegancia es Un mundo raro, de José Alfredo Jiménez, de la cual hablaré en otra ocasión.

He aquí la letra en portugués y una propuesta de traducción con unas pocas intervenciones mías.

Codinome Beija-Flor
Pra que mentir
Fingir que perdoou
Tentar ficar amigos sem rancor
A emoção acabou
Que coincidência é o amor
A nossa música nunca mais tocou
Pra que usar de tanta educação
Pra destilar terceiras intenções
Desperdiçando o meu mel
Devagarinho, flor em flor
Entre os meus inimigos, beija-flor
Eu protegi teu nome por amor
Em um codinome, Beija-flor
Não responda nunca, meu amor (nunca)
Pra qualquer um na rua, Beija-flor
Que só eu que podia
Dentro da tua orelha fria

Dizer segredos de liquidificador

Você sonhava acordada

Um jeito de não sentir dor
Prendia o choro e aguava o bom do amor
Prendia o choro e aguava o bom do amor.


Nombre en clave Colibrí
Para qué mentir,
fingir que perdonaste,
tratar de ser amigos sin rencor.
La emoción terminó.
¡Qué coincidencia es el amor!
Nuestra música nunca volvió a sonar.
¿Por qué ser tan educado
para destilar terceras intenciones? [¿terceras opiniones?]
Desperdiciando mi miel
lentamente, florecer
entre mis enemigos, colibrí.
Protegí tu nombre por amor.
Nombre clave: Colibrí.
Nunca respondas, mi amor (nunca).
Para cualquiera en la calle: Colibrí.
Que sólo yo podía
dentro de tu oído frío
contar secretos de licuadora[1]
Soñabas despierta
una manera de no sentir dolor.
Retenías el llanto y regabas lo bueno del amor.
Retenías el llanto y regabas lo bueno del amor.

La interpretación de la cantante griega:

 

El video oficial en portugués:

 

La traducción tal como la encontré:

https://www.letras.com/cazuza/468416/traduccion.html





[Ir a la portada de Tachas 507]

 

[1] Ésta sería la única parte donde la poesía se va un poco lejos. ¿Será correcta la traducción? Encuentro también “mortero” y “batidora”. Tal vez se trate de una de esas traducciones que no nos dejan del todo satisfechos, como sucede a muchos con “yo voy y vengo entre tus riñones”, en Je t'aime moi non plus”, de Serge Gainsbourg, fragmento demasiado crudo para algunos hispanohablantes.