POESÍA
Tachas 525 • Soliloquio por cobrar • Alberto Romandía
Alberto Romandía

Nunca viene
sabe bien que lo nuestro fue charada.
La nuca ajada que le absorbe vibraciones,
(, desde tambores a retamas encendidas,)
poco podría hoy añadir a nuestro entierro.
Desde aquellos anales
(su página: ruiseñor muy jilguerillo)
fuera yo quien desentonara las coartadas,
cuando 1ª persona se pronunciaba
encantada por maliciar erudiciones arrogadas.
Ella acaricia mis angustias
al través de sus versos de composta;
casi nada le vale (casi nadie le ve):
salgo a flote cual rata primeriza
saliendo bien parada del naufragio.
Quien sabe, sabe, por lo demás y por lo pronto
(como dijere un mara’akame a su niérika).
Para afirmar que asumo ésa –su ambición aquella–
me basto con un manojo desenraizado de morfemas;
¿y su dolor?
para tal interjección no existen letras
ni comas o nudillos
que engalanen estampados en la página,
colofones en plena migración: puños de higa.
Rosa náutica no somos,
esfera al menos y quién sabe.
Acaso monicacos blandiendo tinta entre las aguas.
Querríamos huir, y ¡de qué sirve!
Yo misma escucharme ¿(quisiera)?
cuando caiga.
Nada me dice. O sí:
más harías por sucumbir que con la guarda.
***
Alberto Romandía (Zapopan, 1978). Estudió idiomas en diversos institutos (ICMNJ, Proulex, Ciel, entre otros), artes audiovisuales en el CAAV (1998-2000), y filosofía en la U de G y la Eberhard-Karls Universität, Tubinga, Alemania (2000-6); realizó una estancia de investigación antropológica en la UDLAP (2006-7); desarrolla proyectos de labor social en comunidades mayas y huicholas; escribe ensayo, poesía y traducciones, así como artículos como periodista independiente, para algunos diarios y revistas.
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