Donde Ángel Ortuño lo presenta a la secta Gymkata que le ayudará a abrir las puertas del infierno para tratar de besar por primera vez a Eva

En doyo profano
Ortuño y una cabra negra
alumbrados por flamas
suplican licencias a su amo


La locación
(lonchería-doyo-gimnasio)
“El Gymkata”
Propiedad de un hombre blanco
(novena parte apache)
muerto
Habitación de un puño
(de jóvenes artistas miméticos marciales)     
cimbrada en el maldito suelo del Mojave
   
En los anocheceres 
furiosos
cantan, rezan y bailan
hasta que la luna les dispare
Entonces
Ladran
Graznan
Silban                mientras corren llanuras descalzos
Devoran viento violeta
y entonan  
en tótem delirante
antiguas canciones
libres de amor
llenas de odio
de celos
de resentimiento
Hoy 
discípulos del occiso 
forman polígono maldito
unión de montículos
de tierra, maíz 
y sangre
En el centro
de pitagórica figura
voz grandilocuente 
de metálico hechizero:
¡Agnosco veteris vestigia flamma!
El amo ha respondido
La oscura cabra que ya es ángel
suspira:
¡Cáspita!
en este orbe sin banquetas
vagabundeemos pues 
como ebrias meretrices
Las puertas del infierno están abiertas

***
Enrique López Velarde (Oaxaca). Ha realizado cortometraje, guion, narrativa y poesía.

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