Esta historia trata de una mujer que tenía planeado suicidarse sólo para mortificar a sus familiares, a quienes consideraba unos infames misóginos por la forma en que la habían tratado desde niña; sin embargo, cada vez que la mujer intentaba llevar a cabo su propósito, algo o alguien se interponía entre ella y sus planes. 

Una noche, después de fracasar por enésima vez en su intento de quitarse la vida, decidió darse por vencida y esa misma noche, por curioso que parezca, conoció el amor.  

Pocos meses después salió de la iglesia vestida de blanco, y del brazo del que ahora era su esposo; lo que ella ignoraba, en ese momento, era que para muchas mujeres el matrimonio es una forma de suicidio, de modo que aunque siguió con vida, de alguna manera realizó sus planes y, para cerrar el círculo, decidió no volver a ver a sus odiados parientes.

[Ir a la portada de Tachas 528]