Cada noche me habita la cama
paciente aguarda el transcurrir del día
para tenerme sin prendas, sin tabús.
Sábanas, manos que suben por las piernas 
alcanzan mis pechos
se ensanchan y apuntan hacia el cielo.
El almohadón entre los muslos
llega hasta el jardín de mi vientre,
rubor de pétalos.
El fruto despierta, crece, se ofrenda
el néctar se derrama.
El lecho es brasa
todo arde
la oscuridad me sabe mujer y me penetra
jauría voraz en lo profundo
todo muerde
lo devora.
Sobre  las mantas
nace un redondel humedecido

sol de medianoche en la alcoba.

***
Diana Alejandra Aboytes Martínez. Celaya, Guanajuato. Narradora y poeta. Mujer de aire y fuego. Ha publicado en diversos libros antología y en el año 2022. Su primer libro es Pasiones Textuales.

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