POESÍA
Tachas 533 • Memoria • Laura Domingo Agüero

Por eso, soy parte del balcón,
del muro
y del sillón que gime
cuando debe trabajar.
De la forma en que alternan su ausencia
el café y el trigo,
el papel higiénico,
las lentejas y el chorizo,
el vinagre y las especias,
el aceite y el desodorante,
el champú y los taxis,
el invierno con su mágico rigor,
las flores sin mensaje,
los anuncios lumínicos
el silencio y la carne,
sobre todo, la carne
como pergamino en el que debíamos escribir.
Vengan los que quieran ver.
Les pido que se acerquen.
Si quieren venir, vengan.
Siéntense en medio de los escombros.
Pero no como animales de rapiña
pues hay bestias prehistóricas que se levantan
cuando escuchan la señal.
Vengan con la dulzura y las antorchas en alto
pues este es un país cuya dignidad excede la contradicción.
Pero ha habido una ruptura
que fundó el rencor
y un ansia que no llega a ningún sitio.
Por eso, si quieres, muéstrame la escarcha, Invierno,
muéstrame las ramas despobladas,
la inmovilidad.
Muéstrame la agonía del canto agudo.
¿No te atreves?
Mejor,
porque no esperaré para ajustar cuentas
—eso sería muy fácil
y la condena debe encontrarse en plena calma—.
No te atreves y a nadie le importa.
¿Qué razón?
La vida.
No es Dios ni piedad
lo que se escucha
sino un átomo como un sacramento,
el cáliz que vierten los vagabundos.
***
Laura Domingo Agüero (La Habana, 1985). Egresada del Instituto Superior de Arte. Ha ganado mención del XV Premio de poesía La Gaceta de Cuba, el concurso Wolsan-CubaPoesía en 2013 y la Beca de Creación Dador en 2015, entre otros certámenes. Memoria suyos están incluidos en antologías de Argentina y España. Autora del poemario De invocaciones y otros límites, que ha sido publicado por la Colección Sur, de Cuba y Proyecto Litoral, de México, DF.