jueves. 16.01.2025
El Tiempo
Es lo Cotidiano

DISFRUTES COTIDIANOS

Tachas 554 • Cuando acecha la maldad: Vínculos devorados • Fernando Cuevas

Fernando Cuevas

Cuando acecha la maldad (Argentina, 2023)
Cuando acecha la maldad (Argentina, 2023)
Tachas 554 • Cuando acecha la maldad: Vínculos devorados • Fernando Cuevas

Advertencias de la presencia del mal que busca despojar de todo a los pobladores: conciencia de sí, libre albedrío, capacidad de decisión, sentido de comunidad, vínculos familiares y hasta sus posesiones: la tierra misma hasta todo con lo que se cuenta, incluyendo animales de pastoreo o mascotas, según el contexto. Encarnada en un cuerpo que ha perdido toda forma humana en un sitio remoto, allá hacia un rincón extraviado del mundo, la maldad se va gestando de manera monstruosa y dolorosa, generando un cerco de protección a su alrededor ante cualquier intento por ser detenida o destruida.

La escuela como espacio no de cambio y mejora social, sino de protección y cuidado para que el mal termine de nacer, asistido no por profesores o padres y madres de familia, sino por estudiantes poseídos que engañan, atacan y están dispuestos a cualquier cosa con tal de salvaguardar el proceso de nacimiento definitivo de la maldad, cual entidad que los podría guiar hacia un nuevo amanecer, ya en pleno dominio del territorio: a la maldad le gusta las niñas y los niños y a ellos les gusta la maldad, plantea una de las habitantes con experiencia en estos siniestros menesteres metafísicos, caracterizados por la fuerza contagiante del odio y que apenas podría contenerse si se siguen la siete reglas básicas para la sobrevivencia. 

En una ranchería, dos hermanos (Ezequiel Rodríguez y Demián Salomón) encuentran un cadáver destripado junto a unos extraños instrumentos, que los conduce a una pequeña casa donde yace un hombre totalmente deformado debido a que está aparentemente invadido por una entidad maligna (embichado, le llaman); a pesar de la negativa de su madre y su hermano menor, deciden avisar al dueño de ese terreno (Luis Ziembrowski), y entre los tres lo sacan de ahí para alejar el mal, pero en la carretera se cae y en lugar de contener el problema, lo expanden hacia un pueblo cercano, donde viven la ex esposa (Virgina Garófalo), su actual pareja (Federico Liss) y los hijos de uno de los susodichos hermanos, a quienes intenta sacar de ahí con su madre, ya en un estado de alteración creciente y de alto potencial de contagio.

Escrita y dirigida por el bonaerense Demián Rugna (No sabés con quién estás hablando, 2016; La última entrada, 2007), quien se diera a conocer entre mayores audiencias con la siniestramente lograda Aterrados (2017), Cuando acecha la maldad (Argentina, 2023) es otra desasosegante inmersión en el terror provocado por un legendario ser demoníaco reconocido entre la comunidad, que se vuelve a presentar de manera explícita y amenazante, controlando a seres humanos -con sus diferencias según los rasgos personales-, y animales en disposición provocativa, para ejecutar violentos actos, mostrados sin cortapisas, que buscan sembrar el caos necesario orientado a permitir su manifestación definitiva.  

La perspectiva visceral, metafórica y literalmente hablando, va inoculando y devorando el relato que por momentos toma forma de una road movie escapista con tintes de crítica política, tal como los personajes se van introduciendo en esta pesadilla que parece no tener resolución, ni siquiera consiguiendo un helado de manzana, a pesar de la intervención de la mujer preparada y con experiencia (Silvina Sabater) para enfrentar este tipo de fenómenos, semejante a un contagio que mata la personalidad para instaurarse como La invasión de los usurpadores de cuerpos (Siegel, 1956) y en La cosa del otro mundo (Carpenter, 1982), fotografiada con la tensión y la urgencia necesarias, bien abonadas por el score, y con el apoyo de funcionales efectos y lucidor maquillaje supurante.

El miedo se presenta como una puerta para que el mal permanezca acechante, esperando el momento preciso para entrar y revelarse con toda su fuerza, trastocar los equilibrios de la comunidad y destruir sus nexos, enfrentar entre sí a extremos caníbales a sabiendas de a quién, cuándo y cómo poseer según sus capacidades y disposiciones (incluyendo a un joven con autismo profundo, interpretado por Emilio Vodanovich) para dar a luz  una especie de nuevo mesías para conducirse hacia un nuevo y siniestro amanecer. 

Una de las grandes películas de terror del siglo XXI, en donde nos sentimos igual que los personajes: a merced de las eventualidades difícilmente predecibles, diabólicamente encarnadas, endemoniadamente desesperanzadoras y brutalmente desplegadas, al margen de la atrayente luz eléctrica generadora de sombras transformadoras y sin posibilidad de usar un arma de fuego, cuya detonación no hace sino generar más violencia, justo el estado de cosas ideal para la instauración de un nuevo régimen.

[Ir a la portada de Tachas 554]