EXPERIMENTAL
Tachas 576 • Inventar palabras • Jeanne Karen
Jeanne Karen

Ha sido un día muy triste. En mi mente ya trabajaba en un texto, en algo distinto para hoy, cuando de pronto recibí una noticia que me dejó helada; entonces no tuve remedio que comenzar a pensar en otras cosas, en las que realmente son importantes.
Sucede que sentimos que nuestra vida será larga, quizás hasta próspera, pero en realidad nadie lo sabe. De ahí parte todo, de ese punto, de esa lógica. Nos atrevemos a veces a tan pocas cosas, por ejemplo a iniciar una relación con alguien inesperado, no sé, una persona de otra edad, o algo así.
Estamos esperando que nuestra existencia sea lineal, una cadena de sucesos predecibles, es más hasta calculados.
Pero, el gran pero, la historia nos demuestra una y otra vez que estamos equivocados. Yo por ejemplo, llegaba a imaginar, cuando tenía poco más de quince años, que no llegaría a la mediana edad, y ahora me veo y estoy justo ahí, o ¿aquí?
Trato de ser una adulta responsable, pero en el fondo sigo siendo la misma, esa muchacha llena de incertidumbre, pero con arrojo.
Pienso que llega el tiempo, el momento de atrevernos, de escribir diferente, de visualizar lo que sucede desde otros ángulos. No todo lo que está programado nos lleva a la felicidad o a la perfección, estamos más cerca del aburrimiento.
Tengo diez años deseando dejar mi ciudad, irme, aunque no sea tan lejos, pero quiero explorar otros rumbos, últimamente siento que estoy cayendo en la desesperación por no encontrar ese sitio, pero ya llegará porque estoy decidida, solamente falta un golpe de suerte o un golpe de dados para que suene poético, pensando en Stéphane Mallarmé.
Cierro los ojos, como todo loco que desea invocar un cielo, una llave, puertas perdidas en algún sitio, un conjuro para salir de su monotonía, de su ir y venir entre la claridad y la completa oscuridad.
Así somos los poetas, a veces cuando todo es bello, cuando todo está en paz, solemos ponernos de pie y llamar al mar, a que salga de su calma, de sus días sin tormenta. No podemos estar quietos, en silencio, sin palabras. Inventamos una y otra para nombrar el dolor, cada dolor distinto, cada dolor que surge, que aparece en una parte del cuerpo o de la mente.
Me decía alguien a quien quiero muchísimo, que nunca estoy conforme con mi vida, que parece que hay una densa niebla entre mis días, pero ahora que lo pienso, más bien siempre trato de encontrar un rayo de sol, una pulsación, un salto, una alegría inesperada, también sin nombre, a la que yo misma pueda llamar por primera vez, algo que inaugure mi siguiente poema.
***
Jeanne Karen (San Luis Potosí, México, 14 mayo 1975). Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Temas como la muerte, la introspección y la complejidad semántica en la comunicación en relación con el autismo y las ciencias exactas como las matemáticas y la física, influyen su trabajo en un debate casi ético. Premio estatal de poesía Viene la muerte cantando (1998) Premio de Poesía Salvador Gallardo Dávalos (1999), de Poesía Manuel José Othón (2002 y 2006) Premio de Periodismo Francisco de la Maza por Publicación o Programa de Difusión Cultural (2009).
Ha publicado los libros: Simulación dinámica (Bitácora de Vuelos, 2015), Cementerio de elefantes (Múltiples editoriales). Hollywood (Ponciano Arriaga), Menta (Ponciano Arriaga).