POESÍA
Tachas 576 • Perfección fugaz • Elías Nandino
Elías Nandino

para el poeta Carlos Pellicer
Pinté el tallo,
luego el cáliz,
después la corola
pétalo por pétalo,
y,
al terminar mi rosa,
la induje
a soñar su aroma.
¡Hice la rosa perfecta!
Tan perfecta,
que al día siguiente
cuando fui a mirarla,
ya estaba muerta.
***
Elías Nandino (Cocula, 1903–Guadalajara, 1993). Médico cirujano de profesión, fue jefe de Servicio en el Hospital Juárez, en la Penitenciaría y en clínicas oficiales y privadas. En su juventud conoció al grupo de los “Contemporáneos”. La poesía de esta primera etapa tiene una marcada influencia de su cercanía a algunos de los miembros de este grupo, particularmente de Xavier Villaurrutia. Muchos de sus temas son afines: la muerte, el sueño y la noche. En los años cincuenta su poesía empieza a tener una voz propia y madura: su poesía va dejando los juegos de palabras y formas retóricas de su primera etapa para ganar profundidad y una sencillez que serán características de sus poemas de vejez. Su última etapa está marcada por temas eróticos y metafísicos mezclados con un tono confesional, pero siempre irreverente.